miércoles, 27 de julio de 2016

La Plaga



Hoy es el día de la plaga. Todos los años ocurre lo mismo, el veinticuatro de marzo, la plaga nos invade. Ese día todos nos refugiamos en la habitación búnker de nuestras respectivas casas y esperamos a que pase el terror.
—¿Estamos todos? — Pregunta mi madre.
—Falta papá — contesta mi hermano pequeño abrazando a su oso de peluche.
—Ya te lo he dicho, Deni, papá pasará el día en el refugio de su trabajo.
—No te preocupes, yo estaré contigo — le digo a mi hermano para darle ánimos.
Mamá cierra la puerta de acero del búnker y esperamos.
—Deni, ¿Has hecho los deberes? — pregunta mi madre.
Deni niega con la cabeza y abraza más fuerte a su oso:
—Tengo miedo — dice.
—Pero si no es la primera vez que pasamos la plaga — digo.
Deni se encoge de hombros, todavía es demasiado pequeño para acostumbrarse a este miedo anual.

Imagen sacada de: fondos.wallpaperstock.net
—Mami, cuéntame la historia de la plaga otra vez — le pide.
—¿Si te la cuento harás los deberes?
Mi hermano asiente con la cabeza y espera impaciente la gran historia que yo estoy harta de escuchar:
—Hace mucho tiempo, creamos unos bichitos que nos ayudaban a curar graves enfermedades… — empieza mamá
—¿Cómo cuando me pongo malo de la garganta y me das el jarabe ese raro? — interrumpe Deni.
—Sí, como esa enfermedad y como muchas otras más graves que esa — prosigue — todos estábamos maravillados con esos bichitos, hasta que esos bichitos se descontrolaron y huyeron.
—¿A dónde huyeron?
—Nadie lo sabe, pero cada veinticuatro de marzo vuelven con nosotros y se llevan a los niños que se portan mal.
—Eso no es del todo cierto — interrumpo yo molesta.
—Jena, tu hermano solo tiene cinco años, no lo entendería — contesta mi madre.
—¡Sí qué lo entendería! — grita enfadado mi hermano — ¿Qué pasó de verdad, Jena?
Miro de reojo a mi madre que me fulmina con la mirada, pero contesto a mi hermano de todas formas:
—Lo que pasó es que los humanos crearon unos nanorobots con el objetivo de curar enfermedades, pero los nanorobots no dejan de ser robots, son listos y saben pensar y decidieron que en vez de curar a los seres humanos, lo mejor era matarlos. Son máquinas locas que por algún extraño motivo está en su programación atacar a los humanos cada veinticuatro de marzo.
Deni se queda pensativo y me pregunto si ha entendido todo lo que le he dicho. No obstante, no tengo mucho tiempo para pensar en eso, porque los ruidos de los nanorobots han empezado. Detectan nuestra presencia a través del acero de la puerta y se golpean ferozmente contra ella, ansiosos de atravesarla.
De repente el ruido cesa y mi madre y yo nos miramos atónitas, confusas y sobre todo preocupadas. El ruido de los nanorobots estrellándose contra la puerta nunca cesa, hasta que pasa el día de la plaga, que haya parado de repente, sin haber pasado las veinticuatro horas es muy extraño.
¡Abrid la puerta, por favor chicas!
Los tres reconocemos esa voz al instante, es la voz de papá.
—¡Clark! ¿Qué haces aquí? ¡Deberías estar en el refugio de tu trabajo! — grita mi madre acercándose a la puerta.
¡Abrid la puerta, vienen a por mí! — grita desesperado mi padre.
Mi madre se dispone a abrir la puerta y algo en mí me dice que no lo haga:
—¡NO! ¡No abras esa puerta! ¡Espera! — grito.
Pero ya es tarde, mi madre ha abierto la puerta y descubrimos a mi padre lleno de nanorobots por todo el cuerpo.
—La raza humana debe ser exterminada — dice mi padre.





Si te ha gustado…

En Madrid, en primavera, hay un día muy raro en el que todas las calles se ven invadidas por hormigas voladoras, si vives en Madrid, sabrás perfectamente de qué día te hablo. Ese día para mí, siempre ha sido el día de las hormigas. Esta mañana me he acordado de ese día en concreto y se me ha ocurrido pensar en ¿Qué pasaría si en vez de hormigas fuera otra cosa?
Cada vez que pensamos en una “Revolución de las máquinas” nos imaginamos a un Terminator o a un Cylon, es decir, un robot de aspecto humanoide, pero no tiene por qué ser así. Con este relato quería transmitir que a veces, las cosas más pequeñas e insignificantes pueden cambiar el curso de la historia. Una única persona puede ser capaz de cambiarlo todo, a mejor o a peor, pero puede. La pregunta aquí es, ¿Tú qué quieres? ¿Cambiar las cosas a mejor o a peor?
Dicho esto, espero que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y opiniones al respecto.
Y un saludo de Silvia!!


Imagen sacada de: https://www.youtube.com/watch?v=hIZ8SL0a7NM

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