Hoy es el día de la plaga. Todos los años
ocurre lo mismo, el veinticuatro de marzo, la plaga nos invade. Ese día todos nos
refugiamos en la habitación búnker de nuestras respectivas casas y esperamos a
que pase el terror.
—¿Estamos
todos? — Pregunta mi madre.
—Falta
papá — contesta mi hermano pequeño abrazando a su oso de peluche.
—Ya
te lo he dicho, Deni, papá pasará el día en el refugio de su trabajo.
—No
te preocupes, yo estaré contigo — le digo a mi hermano para darle ánimos.
Mamá cierra la puerta de acero del búnker
y esperamos.
—Deni,
¿Has hecho los deberes? — pregunta mi madre.
Deni niega con la cabeza y abraza más
fuerte a su oso:
—Tengo
miedo — dice.
—Pero
si no es la primera vez que pasamos la plaga — digo.
Deni se encoge de hombros, todavía es
demasiado pequeño para acostumbrarse a este miedo anual.
Imagen sacada de: fondos.wallpaperstock.net
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—Mami,
cuéntame la historia de la plaga otra vez — le pide.
—¿Si
te la cuento harás los deberes?
Mi hermano asiente con la cabeza y espera
impaciente la gran historia que yo estoy harta de escuchar:
—Hace
mucho tiempo, creamos unos bichitos que nos ayudaban a curar graves
enfermedades… — empieza mamá
—¿Cómo
cuando me pongo malo de la garganta y me das el jarabe ese raro? — interrumpe
Deni.
—Sí,
como esa enfermedad y como muchas otras más graves que esa — prosigue — todos
estábamos maravillados con esos bichitos, hasta que esos bichitos se
descontrolaron y huyeron.
—¿A
dónde huyeron?
—Nadie
lo sabe, pero cada veinticuatro de marzo vuelven con nosotros y se llevan a los
niños que se portan mal.
—Eso
no es del todo cierto — interrumpo yo molesta.
—Jena,
tu hermano solo tiene cinco años, no lo entendería — contesta mi madre.
—¡Sí
qué lo entendería! — grita enfadado mi hermano — ¿Qué pasó de verdad, Jena?
Miro de reojo a mi madre que me fulmina
con la mirada, pero contesto a mi hermano de todas formas:
—Lo
que pasó es que los humanos crearon unos nanorobots con el objetivo de curar
enfermedades, pero los nanorobots no dejan de ser robots, son listos y saben
pensar y decidieron que en vez de curar a los seres humanos, lo mejor era
matarlos. Son máquinas locas que por algún extraño motivo está en su
programación atacar a los humanos cada veinticuatro de marzo.
Deni se queda pensativo y me pregunto si ha
entendido todo lo que le he dicho. No obstante, no tengo mucho tiempo para
pensar en eso, porque los ruidos de los nanorobots han empezado. Detectan
nuestra presencia a través del acero de la puerta y se golpean ferozmente
contra ella, ansiosos de atravesarla.
De repente el ruido cesa y mi madre y yo
nos miramos atónitas, confusas y sobre todo preocupadas. El ruido de los
nanorobots estrellándose contra la puerta nunca cesa, hasta que pasa el día de
la plaga, que haya parado de repente, sin haber pasado las veinticuatro horas
es muy extraño.
—¡Abrid la puerta, por favor chicas!
Los tres reconocemos esa voz al instante,
es la voz de papá.
—¡Clark!
¿Qué haces aquí? ¡Deberías estar en el refugio de tu trabajo! — grita mi madre
acercándose a la puerta.
—¡Abrid la puerta, vienen a por mí! —
grita desesperado mi padre.
Mi madre se dispone a abrir la puerta y
algo en mí me dice que no lo haga:
—¡NO!
¡No abras esa puerta! ¡Espera! — grito.
Pero ya es tarde, mi madre ha abierto la
puerta y descubrimos a mi padre lleno de nanorobots por todo el cuerpo.
—La
raza humana debe ser exterminada — dice mi padre.
Si
te ha gustado…
En Madrid, en primavera, hay un día muy
raro en el que todas las calles se ven invadidas por hormigas voladoras, si
vives en Madrid, sabrás perfectamente de qué día te hablo. Ese día para mí,
siempre ha sido el día de las hormigas. Esta mañana me he acordado de ese día
en concreto y se me ha ocurrido pensar en ¿Qué pasaría si en vez de hormigas
fuera otra cosa?
Cada vez que pensamos en una “Revolución
de las máquinas” nos imaginamos a un Terminator o a un Cylon, es decir, un
robot de aspecto humanoide, pero no tiene por qué ser así. Con este relato
quería transmitir que a veces, las cosas más pequeñas e insignificantes pueden
cambiar el curso de la historia. Una única persona puede ser capaz de cambiarlo
todo, a mejor o a peor, pero puede. La pregunta aquí es, ¿Tú qué quieres?
¿Cambiar las cosas a mejor o a peor?
Dicho esto, espero que os haya gustado mi
relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y opiniones al respecto.
Y un saludo de Silvia!!
Imagen sacada de: https://www.youtube.com/watch?v=hIZ8SL0a7NM
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