domingo, 17 de febrero de 2019

Rocket Raccoon


Si la persona a la que vas a regalar es fan de los Guardianes de la Galaxia, Rocket Raccoon o Marvel en general, te recomiendo que envuelvas su regalo de una forma tan friki como la de este Mapache Cohete.




Envolver regalos en forma de animales, tal y como hemos visto en anteriores posts, es una forma muy sencilla de envolver envolver regalos de forma original. De todos los regalos que he envuelto, envolver regalos en forma de animales es de lo más sencillo que existe, por lo que si no eres muy habilidoso, no tienes nada que temer.

Ingredientes

  • Tijeras (el instrumento estrella)
  • Papel de envolver gris: lo puedes conseguir en cualquier chino.
  • Cartulina gris
  • Cartulina negra
  • Rotulador negro
  • Pegamento en barra
  • Folio en blanco
  • Celo

Pasos a seguir


1. Envuelve el regalo con el papel de envolver gris, tal y como envolverías cualquier otro regalo

2. Con la cartulina gris deberás hacer lo siguiente:
  • Dibuja una cola, como la cola de un mapache, ancha y que termine en punta y recórtala
  • Dibuja los pies de tu Rocket Raccoon y recórtalos.
  • Dibuja las orejas, que tienen que ser similares a la cola, anchas y terminadas en punta, pero más pequeñas y recórtalas.


3. Con estos elementos ya recortados, empezaremos a dibujar y pegar lo siguiente:
  • Con el rotulador negro pinta rayas anchas negras en la cola, terminando con una punta negra. Dobla el otro extremo con una pequeña solapa y pégalo a tu regalo con celo.
  • Con el rotulador negro, pinta los dedos de los pies de tu mapache y una hecho esto, pégalo con celo a tu regalo

4. Para terminar las orejas de tu animal, recorta esa misma oreja en distintos tamaños con la cartulina negra y el folio en blanco y pégalos a las orejas de cartulina gris con pegamento en barra. Una vez tengas eso, ya podrás pegarlo con celo o con pegamento en barra (a elegir) a las esquinas de tu regalo.

5. Recorta dos ojos grandes negros de la cartulina negra y haz lo mismo pero más grande con el folio blanco, pégalo con pegamento en barra y añade dos pequeños círculos blancos (con el papel blanco) sobre los ojos negros y pégalos un poco girados, para que dé el aspecto de ojos tristones y adorables.

6. Para el hocico, utiliza solo los restos del folio blanco, recorta una elipse y un triángulo encima, decora en negro los cuatro puntos de los bigotes y el hocico negro con el rotulador. Por último pégalo sobre el regalo con el pegamento en barra.

7. Como detalle final, el arma, el elemento principal que convertirá a tu Mapache en Rocket Raccoon. Utiliza los restos de la cartulina negra, dibuja su arma de fuego y recórtala. Con lo sobrante de la cartulina gris, añade los detalles, sin olvidar el mango del arma y…




¡Enhorabuena!, ¡Ya tienes tu propio Rocket Raccoon!

domingo, 10 de febrero de 2019

El Hachazo


Hace poco descubrí un sitio nuevo en pleno centro de Madrid, un sitio, tan original y único que no dudé en aprovecharlo para celebrar allí el cumpleaños de mi padre. Este lugar tan especial se llama “El Hachazo”.

Para aquellos que no lo conozcáis, os diré que “El Hachazo” es un sitio en el que te enseñan a lanzar diferentes tipos de hachas, si si… ¡Hachas! Cuando entras, lo primero que ves es un montón de dianas y gente lanzando hachas por encima de sus cabezas con el objetivo de conseguir la mayor puntuación de la diana, es decir, esta actividad es como el juego de lanzar dardos, pero a lo bestia.



Lo llevan un grupo de franceses que no dudarán en enseñarte este noble arte durante aproximadamente 20 minutos, dejándote al final a tu aire para que puedas practicar en solitario. He de reconocer que impresiona un poco… incluso a una persona tan aventurera como lo soy yo le cruzó por la mente la frase: “¿dónde me he metido?”

Al principio cuesta quitarte el miedo y coges el hacha como si fuera una bomba a punto de estallar, sin embargo, poco a poco le vas cogiendo confianza. Este deporte te ayudará a descargar todo el estrés de la semana y a mejorar tu puntería.

Si con esto que te acabo de contar te ha picado el gusanillo de la curiosidad, te diré que este sitio, que se encuentra prácticamente al lado del Retiro, tiene unas tarifas bastante razonables, 1 hora cuesta 15€ por persona y créeme que no se te hará corto, porque acabarás agotado.

Se puede ir en grupos grandes, pero yo recomiendo ir en grupos de máximo 4 personas (tal y como recomienda la página web), porque así todos tendréis más de una oportunidad de probar todas las hachas.

Por otro lado, es recomendable reservar con antelación, una semana antes o dos, ya que las entradas vuelan y puedes ir tanto por la mañana como por la tarde, tienen bastante flexibilidad horaria.



TIPOS DE HACHAS

Aunque no pude probarlas todas, las principales son las siguientes:
  • Hacha de mango azul: es un hacha de tamaño mediano y clásica, se puede tirar tanto con dos manos como con una sola y suele ser la que prefieren los hombres.
  • Hacha de mango rojo: es un hacha grande y un poco pesada, esta hacha se tiene que tirar obligatoriamente con dos manos y es la que suelen preferir las mujeres ya que como solemos tirar con menos fuerza, esta hacha por su propio peso y fuerza se clava mejor en la diana de madera.
  • Hacha doble: es sencillamente preciosa (la que se ve en la foto), es muy ligera y se tiene que tirar con una sola mano. Sin duda, mi favorita y con la que más puntos me llevé…


Datos importantes

  • Vestimenta: tienes que ir con zapato cerrado, nada de sandalias ni tacones… sospecho que es por el tema de las astillas que saltan de la diana de madera.
  • Nada de alcohol, en serio, esto no es un deporte para críos, así que no seas uno de ellos.
  • Reserva con una semana de antelación como poco.
  • Sé puntual.
  • Cuando reservas te salen distintas dianas a elegir, no hay dianas para principiantes ni nada de eso, todas las dianas son iguales, así que elige la que más te convenga por horario.
  • Precio 1 hora 15€ por persona.
  • Ubicación: Calle de Narciso Serra 15, 28007, Madrid

Espero que disfrutes de tu experiencia vikinga y que pongas tus dudas comentario u opiniones en este post.

Un saludo de Silvia.



martes, 5 de febrero de 2019

Control


Empezó como una moda, todos querían llevar el último reloj Ciberwatch que había salido al mercado. Tenía funciones diversas, podía controlar el sueño que dormías, el tiempo que hacía en la calle o ver las notificaciones que te llegan al teléfono, además de las funciones propias de un reloj. Yo fui de las primeras en comprarme dicho reloj, no quería ser menos, todos mis compañeros tenían uno.
Al trabajar en el turno de noche, mi mayor preocupación era controlar el sueño, saber cuántas horas dormía y demás, ya que según cuenta la gente, si trabajas de noche se puede alterar el sueño y después tener problemas para dormir. Gracias a mi reloj, podía controlar esto y no solo eso, podía ver si me iba a dormir antes que otros usuarios o si tenía un sueño más o menos profundo que los demás.
En ese momento debí de darme cuenta, pero no lo vi. Las gráficas que salían en el reloj, comparando con otros usuarios era un claro indicativo de que no solo estaban atentando contra la privacidad de los demás usuarios, sino que ellos nos estaban controlando.
Lo que empezó siendo una simple moda se convirtió en una forma de vida, ya resultaba extraño encontrarse con alguien por la calle que no tuviera su Ciberwatch. Por ese motivo, se empezó a explotar dicho recurso.
El gobierno sacó un nuevo modelo de Ciberwatch para el ciudadano ejemplar. Tenía su parte buena, gracias a ese nuevo reloj podíamos ver por ejemplo los mensajes de conducción anticontaminación o nos ponía al día de los cambios legales. Sin embargo, tenía una intención oculta que no descubrí, hasta que ya fue demasiado tarde.
—¿Ya tienes el nuevo Ciberwatch? — me pregunta mi amiga Cintia.
Le enseño la muñeca con el reloj en ella a modo de respuesta.
—La verdad es que está muy bien, me ha librado de muchas multas por el protocolo anticontaminación y ¿has visto los nuevos emoticonos? ¡son una pasada!
—Me pregunto qué harán todos aquellos que no tengan el Ciberwatch, sobretodo la gente mayor que no está acostumbrada a estos cambios tecnológicos.
—¡Qué se fastidien! ¡Tendrán que adaptarse como todo el mundo!
Miro de reojo a mi amiga mientras sigo doblando la ropa que hay encima de la mesa. Cintia sigue tumbada en mi sofá, sin apartar la vista del reloj.
—¿Cuándo vienen todos? ¡tengo ganas de que empiece ya la fiesta de inauguración de tu casa!
—Estarán al llegar.
Como si nos hubieran escuchado, llaman a la puerta. Miro el reloj y me sorprendo al ver lo tarde que es.
—¡Cintia! ¡ve abriendo! ¡yo recojo esto!
Cintia hace lo que le pido mientras yo escondo la ropa recién doblada en la habitación, dispuesta ya a recibir a mis invitados. Todos entran dando voces y con buen humor, poniéndose cómodos sin necesidad de que yo se lo diga.
—¡Bueno bueno… bienvenidos! — les saludo.
Recibo de buen grado el vino y las flores que me han traído como regalo y me sorprendo al recibir un regalo inesperado.
—¿Qué es esto? — le pregunto a mi amigo Lucas.
—Es algo ilegal que hemos traído de nuestras vacaciones en Holanda, una sorpresita — contesta entre risas y tapándose la boca con el dedo índice, como si fuera un secreto.
Sospecho que sé de lo que se trata, pero esta clase de droga está prohibida aquí y vetada también por el código de conducta del ciudadano ejemplar.
—¿No nos meteremos en un lío por esto? — pregunto preocupada.
—¡Oh vamos! ¿qué pasa? ¿tienes miedo? — se ríe Cintia.
No muy convencida, decido sentarme con los demás en el salón, alrededor de la mesita de té y es Lucas el primero el abrir su regalo de Holanda para que lo probemos todos.
—¡Vamos chicos vamos a….
Se detiene de pronto, el reloj de Lucas empieza a vibrar:
—“Ciudadanos, estáis siguiendo una conducta no ejemplar, debéis deteneros o la ley os sentenciará” — dice una voz que sale del reloj de Lucas.
—Te dije que no podíamos — le digo a Lucas — va en contra de la conducta del ciudadano ejemplar.
—¡A la mierda! — dice con rabia Lucas.
Mi amigo es el primero en probarlo, seguido de los demás, cuyos relojes se activan y vibran con el mismo mensaje que dijo el reloj de Lucas.
Yo no pruebo bocado del regalo de mi amigo, por miedo al perenne mensaje que se repite una y otra vez por todo el salón.
De repente algo ocurre, cuando queremos darnos cuenta estamos todos empapados de un líquido rojo, tengo la cara salpicada de ese mismo líquido y hasta que no oigo a Lucas gritar, no me doy cuenta de qué es ese líquido rojo.
El reloj de mi amigo le ha amputado la mano izquierda, que chorrea sangre sin parar. Nosotros le miramos horrorizados, pero no tenemos tiempo para reaccionar, ya que Cintia se eleva en el aire, su reloj, atraído por una fuerza casi magnética, se ha pegado al techo, dejando a mi amiga suspendida en el aire.
Mis otros dos amigos luchan por quitarse sus respectivos relojes pero sus Ciberwatch se han activado. Uno de ellos se golpea una y otra vez con la muñeca, intenta controlarlo, pero es el reloj quien le está golpeando. Al otro en cambio, le aprieta tanto su reloj que le está cortando la circulación de su mano.
Me piden ayuda, todos me piden ayuda, pero yo me quedo en shock, ha sido todo tan rápido que no sé a quién ayudar primero.
La puerta de la entrada se rompe en ese preciso instante, dejando entrar a los policías que se llevan a mis amigos detenidos.
—¿Se encuentra bien? — me pregunta uno de los policías.
—Sí — miento.
—Tranquila, no tiene de qué preocuparse la situación está bajo control, ya sabemos que usted no consumió el producto prohibido. Seguimos a su amigo desde que llegó al aeropuerto, necesitamos saber qué pretendía hacer con ese producto prohibido y actuar en consecuencia.
Los policías se van, dejándome de nuevo a solas en mi casa nueva. Tardo varios minutos en reaccionar y cuando lo hago, solo hay una palabra que consigue salir de mi boca:
—Control.




Si te ha gustado…

Para escribir este relato me he inspirado en mi propia experiencia, ya que me he comprado recientemente un reloj… espero que no como el que sale en este relato, pero sí que me ha hecho qué pensar.
Por ejemplo, la parte de las estadísticas del sueño, compara mi sueño con el de otros usuarios… ¿realmente tiene autorización para realizar esas estadísticas? ¿guardan los datos de todos?
Tal vez en un futuro… mientras tanto… ¡qué disfrutéis de vuestro Ciberwatch!