Miro al suelo mientras mi amiga Sara nos
cuenta una sorprendente noticia que ha visto en la tele:
—¿Habéis
visto las nuevas armas que han sacado? ¡Dicen que pueden volatilizar a la
gente! Al final no queda nada de ellas y como sin cuerpo no hay delito, la
gente sale libre de cargos.
—Eso
suena un poco a ciencia ficción, Sara — se ríen los gemelos.
—Y
¿Cómo explicáis entonces tantas desapariciones?
—Esa
gente no ha desaparecido, se habrá ido de vacaciones porque no hay quién
aguante esta ciudad — contesta mi mejor amigo Roy.
Imagen sacada de: bitacoradeguerra.blogspot.com.es
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Yo escucho la conversación en silencio,
mirando distraídamente el paisaje, cuando le veo. Es él, el hombre que intentó
hundirme la vida. Se acerca a nosotros ajeno a mis miradas de odio y se dispone
a saludar a mis amigos.
—Hola
chicos, ¡Cuánto tiempo! — dice
Mis amigos están un poco nerviosos por su
presencia, ya que saben lo poco que soporto a este personaje. Siento sus
miradas de reojo esperando a ver mi reacción, así que actúo:
—Hola
Leo — digo acercándome a él y sujetándole cordialmente el brazo para alejarle
de mis amigos — ¿Podemos pasear juntos un momento? Me gustaría hablar contigo.
Leo me mira con el mismo odio que reflejan
mis ojos, pero sorprendentemente accede a pasear conmigo:
—Claro
— dice.
En los primeros minutos ninguno de los dos
dice nada, tan solo andamos, mis amigos en cambio han decidido sentarse en un
banco cercano esperando mi regreso. Le miro un segundo y me armo de valor para
hablarle con educación y no pegarle:
—Me
imagino que ya sabes que te odio — empiezo
—Eso
me ha dicho Diana, pero…
—No
era una pregunta, era una afirmación, si te parece bien, me gustaría explicarte
los hechos, para que entiendas por qué te odio tanto.
Leo asiente en silencio y me mira de reojo
con cara de preocupación.
—Antes
de todo esto, te consideraba un amigo, más que eso, te consideraba mi mejor
amigo, pero todo eso cambió cuando conocimos a Diana.
Atravesamos la calle principal de la
ciudad y nos metemos en una zona de tiendas, totalmente ajenos al ajetreo de la
gente comprando.
—Diana
nos cambió a los dos, a los dos nos gustaba, pero ella me eligió a mí.
Cualquier amigo en tu posición, lo habría dejado correr y habría dejado que su
mejor amigo fuera feliz con su chica…
—Yo
nunca quise hacerte daño…
—Déjame
hablar un segundo — le interrumpo — déjame que termine de contarte mi versión
de los hechos y luego ya podrás decirme lo que quieras.
—Vale
— dice extrañado Leo.
—Lo
que más me duele de todo esto y por lo que nunca te podré perdonar, es que tú
no paraste cuando ella me eligió a mí. Le enviabas mensajes todos los días, la
llamabas, la mandabas regalos y la insistías para quedar los dos solos.
Dejamos la calle de tiendas atrás y nos
adentramos en un parque cercano, estaba oscureciendo y los dos sabíamos que
deberíamos volver ya a nuestras casas, pero esta conversación la llevábamos
esperando desde hacía meses.
Leo se tropieza al entrar en el parque,
pero yo le sujeto antes de que se caiga y le ayudo a ponerse en pie. Imagino
que debe de estar alucinando con nuestra conversación, hace meses que no
teníamos una conversación tan larga.
—Finalmente
y sin que ella me dijera nada, cedió a tus súplicas y quedó contigo, según me
dijo ella, para pedirte que parases, pero tú insististe en tomar una copa y la
cosa acabó como acabó. Ella pensó que querías algo más con ella, que querías
salir con ella o algo por el estilo, pero no fue así, ¿Verdad? Tú solo la
querías esa noche para darme una lección, porque no podías soportar que por una
vez en mi vida la chica me eligiera a mí en vez de a ti.
La cara de enfado de Leo se fue acentuando
cada vez más, hasta que estalló:
—¡Vale
sí! ¡Tienes toda la razón! ¿Y qué? Esa chica no valía la pena, en realidad te
hice un favor al apartarte de ella, si valiera la pena no se habría ido conmigo
— me suelta
—Ahora
llega el punto Leo, en el que yo, tengo que confesarte algo — digo ajeno a su
hiriente comentario — ¿Sabes dónde estamos, Leo?
Él mira a su alrededor, estamos en medio
del bosque del parque, casi ha anochecido y no hay ni un alma por nuestra zona.
—Estamos
solos — le aclaro — no hay nadie cerca y eso es maravilloso, ¿Sabes por qué?
Porque es el escenario perfecto para hacer lo que tengo que hacer.
—¿Me
has traído aquí intencionadamente? — pregunta sorprendido.
—Así
es Leo, tenía que apartarte de los demás, buscar un sitio íntimo donde nadie
nos moleste.
—¿Por
qué?
—Porque
voy a matarte, Leo — digo claramente satisfecho.
Busco en mi bolsillo el arma que he
comprado hace poco para matarle, la pistola volatizadora, pero no la encuentro.
Miro extrañado mi bolsillo, esperando encontrar algo que en realidad no está.
—¿Buscas
esto? — me pregunta Leo enseñándome mi arma.
—¿Cómo
has… — empiezo a decir aterrado.
—Sabes,
he empezado a sospechar de ti al entrar en el parque, por eso fingí una caída
tonta para quitarte la volatizadora ésta y sin duda, estaba en lo cierto al
dudar de ti, ¡Oh Walas! ¿Cuándo aprenderás? Deberías haberte acordado de que sé
cómo eres, cómo piensas, ¡Lo sé todo! Ya que antes de ser enemigos, fuimos
amigos.
Leo aprieta el gatillo y todo se
desvanece. La existencia que antes creía eterna, se esfuma como el humo en el
aire. No queda nada de mí, mi cuerpo, antes sólido y enorme, se ha convertido
en dos ligeras gotas de sangre, la volatizadora ha hecho su trabajo y mi
enemigo quedará libre.
Si
te ha gustado…
No soy muy amiga de los finales tristes,
prefiero los finales felices, sin embargo, para esta historia en concreto, me
ha parecido un buen giro final. En la vida real, el bien no siempre vence al
mal y eso es lo que le da veracidad al texto.
La volatizadora, no es un invento mío, en
realidad, lo vi en un C.S.I. no te voy a mentir y no estoy segura de si
actualmente están investigando para crear esa arma o si ya existe. Con lo que
este relato, no es del todo ciencia ficción.
Con esta historia quería transmitir un
mensaje: la vida real es complicada y no siempre acaban bien las cosas, con lo
que debes tener cuidado y si llevas una arma volatizadora en el bolsillo, ¡No
la pierdas de vista!
Dicho esto, espero que os haya gustado mi
relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y opiniones al respecto.
Y un saludo de Silvia!!
Imagen sacada de: www.taringa.net
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