Los alienígenas me llevan a la que será mi
prisión hasta Dios sabe cuándo. Miro a mi alrededor y no paro de ver celdas y
más celdas de humanos tan asustados como yo, hasta donde alcanza la vista. No
sabemos muy bien lo que quieren, por qué nos tienen prisioneros en vez de
haberlos aniquilado a todos y quedarse con la Tierra, pero eso ahora ya no
importa. Entro en mi celda y me quedo horrorizado al descubrir quién hay en
ella.
—¡Tú!
— exclamo
—Vaya,
vaya, ¡Pero si es el agente Darzo! ¡El mismo poli que me metió en la trena! —
exclamó mi compañero de celda.
Me quedé mudo de horror, nunca pensé
acabar en una celda y mucho menos con Oswalrd también conocido como Sangre.
Meter en la cárcel a Sangre fue mi mayor hazaña policial, pero no fue fácil, ya
que se escapó de la cárcel varias veces.
Imagen sacada de: dpicuantico.com |
—¡Desde
luego qué suerte de mierda tienes, macho! — se rio Sangre.
Sangre se levanta de su cama y me imagino
lo que va a pasar.
—¡Espera!
— exclamo asustado.
—Hagamos
un trato, ¿De acuerdo Darzo? — dice Oswalrd.
—¿Qué
trato?
—Dado
que estamos en una prisión alienígena y el mundo se ha ido a la mierda, solo me
vengaré de ti al 25%.
—¿Y
eso qué quiere decir? — pregunté asustado.
Antes de que pudiera reaccionar, Sangre me
dio un puñetazo en la nariz tan fuerte y rápido que me tiró al suelo y no
empecé a sentir dolor de verdad hasta que empecé a sangrar.
—Ahora
estamos en paz — contesta Sangre satisfecho.
Sin levantarme del suelo empecé a taponar
mi nariz rota con papel de váter, mientras Sangre se volvía a tumbar en su cama
con las manos en la cabeza.
Algo llamó mi atención, todas las celdas
de humanos eran de dos personas como las prisiones humanas y los alienígenas se
paseaban por las celdas de vez en cuando. Las celdas alienígenas no eran muy
distintas de las humanas. Entonces caí en algo:
—Una
cosa, tú estás acostumbrado a estar en prisión… — empecé a decir — te habrás
fijado en que estas celdas no son muy distintas de…
—¿A
dónde quieres llegar? — me interrumpió.
—A
qué tú puedes sacarnos de aquí, no es la primera vez que te escapas de una
prisión.
—Sí
podríamos escapar, pero luego ¿A dónde iríamos?
—A
recuperar la Tierra.
—¿Tú
y yo solos?
—No,
huiremos todos, todos los humanos.
—Eso
es una locura no podemos huir todos a la vez, podremos huir unos cuantos, pero
no todos.
—Bueno,
pues los que podamos — digo poniendo los ojos en blanco.
Sangre me mira dubitativo, pero finalmente
accede. Tiene un plan, pero no me entero de sus intenciones hasta que nos
reunimos todos en el patio de la cárcel. Me lleva hasta un grupo de humanos y
me los presenta:
—¿Qué
haces con ese poli, Sangre? — pregunta uno de ellos.
—Está
con nosotros — responde mi compañero — al menos por ahora, hasta que nos
libremos de esos alienígenas.
Los demás me miran con recelo, pero parece
que acceden a tenerme en su equipo.
—Darzo,
te presento a mi equipo, cada uno desde su zona intentará liberar al mayor
número de humanos posible — me informa Sangre.
—¿Qué
sois? ¿Una especie de Escuadrón Rebelde? — pregunto
—Algo
así.
El plan es complejo pero efectivo, primero
tenemos que destruir su bombona de aire, sin su aire, no podrán respirar en
nuestro planeta, después conseguiremos sus armas y para finalizar mataremos a
todo bicho que se cruce en nuestro camino.
La parte más difícil del plan es sin duda
la de destruir su bombona, después todo será coser y cantar. Por supuesto, la
misión de destruir la bombona la haremos Sangre y yo.
Nos metemos por los tubos, por los que nos
dan la comida, cuando nadie mira y recorremos todo el trayecto en silencio. Una
rejilla nos hace aparecer en una zona restringida y desconocida para nosotros y
recorremos los pasillos lo más deprisa que podemos.
—¿Sabes
a dónde vas? — le susurro a Sangre.
—Nop,
pero a algún lugar nos llevará este pasillo.
Sangre se para de pronto delante de una
puerta y mira con horror su interior.
—¿Qué
ocurre? ¿Qué ves?
Sin contestarme entra dentro de la
habitación y yo le sigo. Toda esperanza que pudiera albergar de escapar de allí
se desvanece, cuando contemplo los planetas desde el espacio. Todo este tiempo
pensaba que seguía en la Tierra, pero hemos dejado nuestro mundo atrás hace
mucho. Los pasos de los alienígenas se acercan, pero no nos importa, porque
ahora sabemos la verdad.
Si
te ha gustado…
Para escribir este relato me he inspirado
un poco en el Escuadrón Suicida, ya que en una situación como la anteriormente
descrita, tenemos que recurrir a “los malos” los que ya han estado
anteriormente en la cárcel, para escapar de la prisión alienígena. Al mismo
tiempo, también me he inspirado en Prisión Break y los intentos de Michael
Scofield por escapar de la cárcel.
Con este relato quería mandar un mensaje,
“la realidad no siempre es lo que parece”, por ello debemos de ser cautos y no
precipitarnos en nuestras conclusiones. Hay que fijarse en los detalles y a
partir de esos detalles llegar a la verdad.
Dicho esto, espero que os haya gustado mi
relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y opiniones al respecto.
Y un saludo de Silvia!!
Imagen sacada de: www.vedelisteze.sk
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