Mi novio es demasiado guapo y a
consecuencia de ello, tiene a muchas “lagartonas” a su alrededor. Una de esas
lagartonas en particular, es la que más me mosquea. Su exnovia es un mal bicho,
no para de mandarle mensajes, llamarle, hacerle regalos caros para llevarse
bien con él, etc.
Por todo ello, he ideado una venganza,
pero para hacerla necesito un objeto, una máquina que conseguí por internet.
Ese aparato revolucionario se llama “El Cambiador”, es un objeto completamente
ilegal, ya que tiene la habilidad de cambiar el aspecto de las personas.
Hace unos años salió en las noticias que
unos atracadores habían robado un banco y gracias al Cambiador, nunca les
pillaron, porque nadie sabía su verdadero aspecto.
Imagen sacada de: tulatv.com
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Mi Cambiador me ha costado una fortuna,
pero merece la pena si con ello consigo que la lagarta robanovios desaparezca.
Mi pedido acaba de llegar a casa y mi amiga Manry y yo abrimos la caja
emocionadas:
—Todavía
no me puedo creer que vayas a hacer esto, podrías ir a la cárcel por tener un
Cambiador — dice Manry ayudando a desenvolver el Cambiador de la caja.
—Tengo
que apartar a esa bruja de mi novio enseguida, es tóxica y sería capaz de hacer
cualquier cosa con tal de recuperarle.
Una vez desenvuelto, cojo el Cambiador
sorprendida, es una especie de collarín. Me lo abrocho al cuello y observo como
una fina capa brillante envuelve mi cuerpo por completo y mi aspecto físico se
transforma, ahora soy un hombre, pero no cualquier hombre, soy mi novio, tengo
el cuerpo de mi novio.
Manry se ríe a carcajadas y yo la miro
confusa:
—¿Qué
pasa?
—A
tu novio no le queda demasiado bien el vestido que llevas — contesta riéndose.
Me miro en el espejo corriendo y no puedo
evitar reírme también, tengo una pinta horrible. Ya más calmadas observo mi
cuerpo extrañada.
—No
puedo evitar sentirme rara, siento que este es mi verdadero cuerpo, el de mi
novio, pero Dios, menos mal que no soy un hombre, no podría andar siempre con
ese cable suelto que tienen entre las piernas.
—Aquí
dice que puedes cambiar de aspecto dependiendo de en quién pienses — comenta
Manry leyendo las instrucciones — ¡Rápido! ¡Piensa en el tío bueno ese de la
tele!
Yo me río, pero le hago caso. Pienso en
Argus Flerman, un actor por el que Manry y yo se nos cae la baba. La reacción
es automática, mi cuerpo vuelve a cambiar, me hago más alta y me sale barba.
—Debería
depilarme — digo tocándome la barba molesta.
—¡Madre
mía! ¡Pero qué bueno estás!, digo buena, estás buena, bueno, eso suena raro —
dice confusa Manry.
—Bueno,
ya está bien de juegos, tengo que preparar mi venganza.
—¿Qué
piensas hacer?
—Voy
a mandarle un mensaje a esa pelandusca como si fuera mi novio, voy a quedar con
ella con el aspecto de mi novio y voy a cortar con ella definitivamente.
—¿Tu
novio sabe algo de todo esto?
—¡Qué
dices! Por supuesto que no, me lo impediría.
He quedado con esa bruja enfrente de la
estatua de Marbol, el gran conquistador de Marte. Son las nueve de la noche y
estoy nerviosa, llevo puesto “el cuerpo” de mi novio y por ahora nadie se ha
dado cuenta de que en realidad llevo un Cambiador.
La víbora robanovios aparece y me saluda
con la mano contenta, yo le vuelvo el saludo intentando controlarme para no
partirle los dientes:
—Peter,
¡Cuánto tiempo sin vernos! Apenas te veo desde que sales con Alipsis.
—Vengo
a decirte que me dejes en paz, no quiero volver a verte, no quiero que me
mandes mensajes, ni que des regalos — digo la ensayada contestación que llevaba
preparada.
—Peter,
¿Estás bien? ¿Es por Alipsis?
—¡Pero
qué demonios! — dice una voz cercana.
Me giro y me quedo en shock al ver a mi
novio mirarme atónito. El pobre está alucinando al verse a sí mismo.
—Yo,
te lo puedo explicar — me apresuro a decir asustada.
—¡Peter!
— grita atónita la lagarta — un momento, ¿Quién de los dos es Peter?
Estoy tan nerviosa que dejo de controlar
mi aspecto físico, el Cambiador empieza a cambiar mi cuerpo sin parar, por un
segundo soy mi padre, al siguiente soy Manry y al siguiente Argus Flerman,
hasta que finalmente el Cambiador se apaga y acabo siendo yo, Alipsis.
—¿Alipsis?
— pregunta desconcertado mi novio.
—Te…
lo puedo… explicar — susurro avergonzada.
La cara de enfado de mi novio es palpable
y me aterra lo que pueda hacer.
—Hablaré
contigo después — dice mi novio antes de marcharse.
Vuelvo a quedarme sola con la lagarta y me
desconcierta ver una sonrisa en sus labios.
—Con
que un Cambiador, ¿Eh? — dice riéndose.
—¿Y
tú de qué te ríes? — le suelto enfadada.
—Resulta
que yo también tengo uno de esos.
De repente el aspecto de la bruja cambia y
se transforma en algo que jamás habría imaginado. La lagarta robanovios es en
realidad Darz, el mejor amigo de mi novio.
—Te
seré sincero — dice Darz — nunca me caíste bien, así que compré este Cambiador
y le hice creer a Peter que era su ex, la novia que de verdad se merece mi
amigo, tenía la esperanza de que se diera cuenta del error que cometió cortando
con ella y que te dejara. Sin embargo, después de la que has liado hoy, no voy
a necesitar transformarme en su ex nunca más, porque tu solita la has
fastidiado con él. En fin, que te vaya bien Alipsis.
Un cúmulo de sentimientos aparecen en mi
interior, no sé qué pensar, estoy confusa. Si no hubiera usado el Cambiador
nada de esto habría pasado, tal vez la próxima vez lo haré mejor.
Si
te ha gustado…
Con un toque de humor, pero con algo de
verdad. Los celos no son buenos y la venganza se puede volver en contra tuya.
Con este relato quería hacerte sonreír. No es uno de mis típicos relatos de
mensajes transcendentales, pero me lo he pasado muy bien escribiéndolo.
Los celos son un sentimiento bastante
frecuente, pero no son sanos. Por ello, te recomiendo que cuando sientas el
irrefrenable deseo de vengarte, pienses en esta historia. A veces lo que vemos
desde fuera, no es la realidad, hay que confiar más en las personas y esperar
lo mejor.
Dicho esto, espero que os haya gustado mi
relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y opiniones al respecto.
Y un saludo de Silvia!!
Imagen sacada de: www.harrymedia.com
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