La tecnología ha avanzado hasta tal punto,
que podemos crear otros universos, otras dimensiones. Si eres programador,
tienes el poder para crear cosas extraordinarias e incluso vivir de ellas.
Yo trabajo en el parque de atracciones de
Dimension, el primer parque de atracciones de dimensiones. Como programador,
tengo que crear dimensiones que atraigan a la gente, mundos por los que la
gente pagaría por entrar. Los grandes éxitos de Dimension fueron sin duda la
dimensión de Harry Potter y la del Señor de los Anillos. La gente paga
verdaderas fortunas para instalarse un fin de semana en Hogwarts o en
Rivendell.
Sin embargo, estoy casi seguro que esta
nueva dimensión que tengo entre manos va a revolucionar Dimension y nuestros
ingresos. Estoy creando el mundo de Star Wars y esto lleva su trabajo, pero
cuando lo termine esta tarde será alucinante. Solo me queda por terminar la
Estrella de la Muerte, lo que resulta un poco irónico.
Cojo un TIE avanzado X1 y me acerco a la
Estrella de la Muerte, necesito ver cómo van mis programadores con su trabajo. Aterrizo
en el hangar principal, como si fuera un lord Sith, ya que la mayoría de mis
programadores esperan mi llegada. Bajo de la nave y me acerco a mi segundo al
mando, el programador Jenkis.
—Todo
está casi terminado Bave, solo queda el retoque final — dice mi amigo Jenkis.
—Estoy
ansioso por ver mi trabajo terminado — comento nervioso.
—Lo
sé — contesta riéndose.
Los últimos retoques tardan unas horas en
terminarse y yo contemplo con entusiasmo el final de mi trabajo. Una vez
finalizado éste, mis programadores lo celebran con champagne y música, pero yo
no estoy para celebraciones, me siento extraño y abandono la Estrella de la
Muerte para aterrizar en Tatooine. Necesito un momento de paz cerca de la casa
de Luke Skywalker y contemplar los soles mientras pienso en mi siguiente paso.
Unos pasos de arena suenan detrás de mí y
sé perfectamente de quién se trata incluso antes de girarme:
—¿Qué
haces aquí Bave? ¿Por qué no estás con los demás celebrándolo? — me pregunta mi
amigo Jenkis.
—Tengo
pensado hacer algo, pero me pregunto si debería hacerlo o no
—¿De
qué se trata?
—Siempre
creamos dimensiones nuevas y cuando éstas están terminadas, llamamos a los
actores para que las colonicen y den aspecto de real a esto, para que no sea un
universo vacío.
—Sí,
así es — me interrumpe confuso mi amigo.
—Pues
se me ha ocurrido que en vez de llenar éste mundo de actores, tal vez podríamos
llenarlo de personas reales. Crear vida en esta dimensión, crear a los
personajes de Star Wars.
Jenkis se negó por completo, dijo que era
muy peligroso y una idea absurda, pero esa idea seguía en mi cerebro y no podía
quitármela de la cabeza, así que me encerré en la casa de Luke Skywalker en
secreto y empecé a crear a mi primer personaje. Dado que estaba en Tatooine, me
pareció correcto que mi primer personaje tenía que ser el mítico Skywalker.
Tardé varios días en terminar a mi primera creación de verdad, le metí toda la
información sobre su personaje: sus gustos, sus sueños, sus miedos, todo y
cuando terminé contemplé mi obra satisfecho:
—¿Anakin?
¿Qué tal te encuentras? — le pregunté.
—Estoy
confuso — dijo algo mareado — ¿Quién eres?
—Soy
tu creador — susurré.
—¿Mi
creador? ¿Eres mi padre? — me preguntó sorprendido
Yo no pude evitar sonreír ante esa pregunta,
pero automáticamente la negué en rotundo:
—No,
no lo soy, soy tu creador, yo he creado este mundo y ahora te he creado a ti.
—¿Por
qué? — preguntó confundido.
—Porque
era lo que le faltaba a este mundo, verás he creado este mundo con la intención
de ser un parque de atracciones para los que son de mi mundo, tu misión será
que los que vengan de mi mundo se lo pasen de maravilla en tu universo…
—¿Así
que eso es lo que soy para ti? ¿Unas atracciones? — me interrumpe.
Los objetos empezaron a moverse y como si
de un terremoto se tratase, muchas herramientas se cayeron al suelo. El cuello
me empezó a doler, aunque Anakin no me tocaba, sentía como sus manos
estrangulaban mi cuello y me impedían respirar. Intenté hablar, intenté pedirle
perdón, pero ninguna palabra salía de mi boca. Sin quererlo, había convertido a
Anakin en Darth Vader.
Si
te ha gustado…
Este relato quiero dedicárselo a mi novio,
ya que en un futuro será un gran informático.
Para este relato me he inspirado en: el
videojuego de Disney Magical Word (videojuego que recomiendo) y que es
básicamente un parque de atracciones de dimensiones Disney, en Star Wars y todo
su mundo y por supuesto en la legendaria novela de Mary Shelley, Frankenstein.
La moraleja de este cuento es la misma que
la del monstruo creado por Víctor Frankenstein, hay que tener cuidado con lo
que creas. Sin embargo, también quería dejar una pregunta en el aire, ¿Qué
pasaría si nuestro mundo no fuera más que un parque de atracciones creado por
otros seres?
Dicho esto, espero que os haya gustado mi
relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y opiniones al respecto.
Y un saludo de Silvia!!
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