lunes, 19 de agosto de 2019

Amazona


Celeste Doom, ese fue el nombre que lo cambió todo. Ella fue el detonante que hizo que cambiara nuestro mundo. Sin embargo, antes de que ella apareciera, la necesidad de un cambio ya rondaba en el ambiente.
Todo empezó con un movimiento, provocado principalmente por las agresiones y maltratos del género sumiso, anteriormente conocido como “hombre”, hacía las mujeres. Ese movimiento llegó a los medios, a la educación y poco a poco fue cambiando la mentalidad de muchas personas. El movimiento en sí, empezó siendo pacifico, pero poco a poco se fue volviendo radical.
Las Feminas, un grupo de patrulla urbana, fue creado con el propósito de controlar y vigilar al género sumiso. Los criminales podían ser acusados de diversos delitos, hasta llegar al punto de que una simple mirada obscena, sentarse con las piernas abiertas o un piropo podían conllevar penas extremadamente duras.

Las Feminas también se metieron en la educación de los varones, instaurando una nueva ley por la cual todo hijo varón debía ser internado en una institución de reeducación social, donde los sujetos eran redirigidos y reeducados en el nuevo orden, donde las mujeres tenían el control sobre el género sumiso.
Tras las primeras revueltas, protestas y manifestaciones, Celeste Doom apareció de la nada y con la ayuda de las Feminas tomó el control sobre el gobierno y activó el protocolo Amazona, una serie de normas de convivencia y orden social que todos los ciudadanos debían acatar.
Han pasado más de 40 años desde que se activó el protocolo Amazona, yo misma nací ya en el nuevo orden, por lo que desconozco como era la vida antes de la aparición de Doom. Sin embargo, me cuesta creer que el género sumiso fuera capaz siquiera de mostrar agresividad, aunque mi madre, Anaya, me asegura siempre que son peligrosos aún hoy en día.
Suena el timbre de la puerta y contengo la respiración, sé quién hay tras la puerta. Hoy es el día de la asignación, por lo que el gobierno ha oído mis plegarias y me ha concedido a mi primer varón para tener hijos. El sumiso cumplirá todas mis órdenes, estará a mi servicio hasta el día en el que me dé hijos. Será entonces cuando volverá al centro de reeducación y se le asignarán otras tareas.
—Adelante, la puerta está abierta — dice mi madre sentada en el salón.
Oigo como la puerta se abre y como unos pasos se acercan al salón. Yo desde el otro lado de la mesa, me giro lentamente para descubrir a mi sumiso, un hombre de más o menos mi edad, de pelo castaño y barba recortada. No levanta la mirada del suelo, no se le permite mirarnos.
—Perfecto — dice mi madre — ya puede irse.
La fémina le quita las esposas al sumiso, pero le deja el collar para que nosotras podamos controlarle en caso de que se vuelva agresivo.
—Por la unión — se despide la fémina antes de cerrar la puerta tras ella.
—Por la unión — respondemos al unísono.
Me levanto de la silla y observo al varón, lleva la túnica negra reglamentaría, que oculta las características de su sexo.
—¿Qué te parece? — me pregunta mi madre.
—Servirá — contesto algo intimidada por su presencia.
—Llévale al centro, cómprale la túnica de sumiso doméstico, la que lleva no es apropiada — me sugiere mi madre.
—Está bien.
Insegura, le ato la correa al collar de su cuello, él no protesta, no dice nada, tan solo mantiene la mirada fija en el suelo. Le arrastro conmigo y juntos salimos a la calle.
—Dime, ¿cómo te llamas? — le pregunto.
—8564, señora — responde.
Me muerdo el labio, sé que no es apropiado intimidar con el sumiso, pero me entra la curiosidad.
—¿Y tú verdadero nombre?
8564 levanta rápidamente la mirada y aparta la vista en cuanto nuestros ojos se cruzan. Él sabe tan bien como yo, que esa pregunta no entra dentro del protocolo Amazona.
—Eloy — responde casi en un susurro.
—Me gusta pasear contigo, Eloy, creo que deberíamos hacerlo más a menudo, ¿no crees?
—Sí, mi señora.
Los paseos se vuelven rutinarios e incluso más largos de lo que deberían, despertando así cierto recelo por parte de Anaya.
—Creo que deberíamos cambiar de sumiso — dice Anaya.
—¿Qué? ¿por qué?
—Porque aún no te ha dado hijos y creo que pasas demasiado tiempo con él, las vecinas podrían empezar a sospechar.
—Pero mamá — protesto — esto lleva su tiempo, no es tan fácil tener hijos en estos tiempos.
—Una semana, le doy solo una semana más, si no te quedas embarazada después de ese tiempo, 8564 deberá irse.
—De acuerdo.
Entro en mi habitación alterada, allí me espera Eloy que nota al segundo mi preocupación:
—Lo sabe — le digo — sabe que hay algo más entre nosotros.
—Tranquila — me dice abrazándome — no te preocupes, huiremos.
—¿A dónde? — contesto con lágrimas en los ojos.
—Conozco un sitio, un sitio que no está bajo el mando del gobierno, huiremos allí esta misma noche.
La espera se hace larga y tediosa, pero a la primera oportunidad, huimos en el coche de Anaya. Dejo que Eloy conduzca, algo tremendamente mal visto en la sociedad en la que vivimos, pero no tenemos tiempo para protocolos ahora.
Ya en el coche fuera de peligro me duermo, el cansancio acumulado no perdona, pero me despierta en el momento preciso:
—¿Dónde estamos? — le pregunto.
Un grupo armado de hombres y mujeres se presenta delante de nosotros y Eloy me pide que salga del vehículo con las manos en alto.
—Eloy Pelman — se acerca una de las mujeres — te estábamos esperando.
La mirada penetrante de la mujer se posa un segundo después en mí y hace que me encoja de miedo.
—Tú debes de ser Azina Doom, la heredera de Celeste Doom.
—Así es, señora.
—Bienvenida a la Resistencia.





Si te ha gustado…

Para escribir este relato me he inspirado principalmente en la serie de “El Cuento de la Criada”, aunque en esta serie las “sumisas” son las mujeres, me he planteado qué pasaría si fuera al revés.
La conclusión que se puede deducir de esto, es la misma que en la serie de la Criada, no es bueno que un género se crea superior a otro e intente imponer su voluntad, es más equilibrado el respeto mutuo para una buena convivencia, ¿no creéis?


domingo, 28 de julio de 2019

Unicornio


Ha llegado el momento de envolver ese regalo para ese amig@ seri@ y tímid@ que todos tenemos y como no, haz que se muera de la vergüenza envolviendo el regalo con forma de Unicornio. Si puedes comprar los ingredientes rosas mejor, hazlo todo lo cursi que puedas y crea tu obra de arte siguiendo estos sencillos pasos que te voy a detallar en mi blog.

Ingredientes

  • Papel de envolver (rosa si es posible)
  • Cartulina
  • Cintas de envolver (recomendable dorado, plateado y rosa)
  • tijeras
  • celo
  • rotulador negro


Pasos a seguir

1-Envuelve el regalo con el papel de envolver y recorta en la cartulina un cono y las cuatro patas.

2-Envuelve con el papel de envolver las patas y pégalas a la base del regalo con el celo.



3-Una vez tengas el cono de cartulina, enrolla la cinta de envolver dorada alrededor del cono, ayúdate con el celo para que no se deshaga.

4-Pega el cono en el regalo y añádele dos orejas echas con el papel de envolver.



5-Para el pelo, pega una lengüeta de cartulina y pega una a una las cintas de colores que tengas, riza las cintas con el extremo de las tijeras para darle volumen al pelo. Puedes añadirle un moño de regalo a modo de horquilla si lo deseas.



6-Pega unas cuantas cintas rizadas en el otro extremo del regalo a modo de cola.



7-Usa el rotulador negro para pintarle los ojos al unicornio y añádele una nariz, usando un poco de celo un trozo de una de las cintas de envolver.



Y… ¡Ya lo tienes! ¡Sorprende a tu amig@ o haz que tu hij@ prefiera jugar con el papel antes que con el regalo!

lunes, 15 de julio de 2019

Era Biológica


Necesito dinero y eso es lo único cierto de esta historia. Me hablaron de varios métodos y formas de pago con los que conseguir dinero que utilizaría para comprar mis videojuegos y mis caprichos. Sin embargo, nadie da nada gratis y a la larga me tocaría devolver lo prestado.
Resulta irónico que tenga que estar poco menos que mendigando dinero, cuando mi padre trabaja en el Gobierno y tiene un buen puesto allí, pero así son los padres, no entienden mi afición a los videojuegos y les parece un gasto inútil. Afortunadamente para mí, mi amigo Tomás me dio la idea perfecta para conseguir el Starpunch 4, el videojuego de moda.
—Y te descargas la aplicación — sigue con las indicaciones Tomás.
—¿Y ya está?
—Sí, te irán llegando encuestas de vez en cuando y tú solo tienes que contestar las preguntas, cuantas más encuestas hagas, más dinero ganas. Claro que, si quieres ganar más dinero, las preguntas que más valen son las preguntas comprometidas y siempre tienes la opción de no contestar y por consiguiente no llevarte el dinero.


—¡Mola! — contesté pensando en el Starpunch 4.
Ese día, antes de llegar a casa, me llegó mi primera encuesta:
“¿Estudias o trabajas?”
Marqué la casilla de “Estudio” y me sorprendí cuando por la contestación de esa simple pregunta me dieron 5€.
<<Si todas las preguntas son como ésta y me pagan tanto, en menos de un mes tendré el dinero suficiente para comprarme el Starpunch 4>> pensé.
Dos días más tarde me llegó otra encuesta:
“¿Vives solo o con tus padres?”
“Con mis padres”, contesté.
“¿Te llamas Sergio Espinosa y vives en la calle Cabanillas?”
La pregunta me frenó en seco, sin duda tenía que ser una de las preguntas comprometidas de las que me habló Tomás.
Pensé en cómo habría podido averiguar la aplicación la dirección de mi casa y me di cuenta de lo fácil que es averiguar eso hoy en día por el tema de internet, pensé también en lo que ocurriría si contestaba a esa pregunta… ¿qué podría pasarme? Ya hay muchos desconocidos que saben dónde vivo.
Tras el lógico titubeo, me lancé a responder: “Sí”.
Por esa pregunta comprometida me llevé 20€.
Sabía que por las preguntas comprometidas se gana más dinero,  pero no sabía que se ganara tanto dinero.
Esa misma tarde llamé emocionado a mi amigo Tomás y le conté lo que me había pasado:
—¡Ves! ¡Te dije que por las preguntas comprometidas se gana más! — se reía Tomás.
—¡Es una pasada! ¡como siga esto así, no solo voy a poder el Starpunch 4 sino también una consola nueva y quién sabe, podría incluso vivir de contestar estas preguntas!
—¡Ya ves tío! — contestó mi amigo — tú solo no se lo digas a tus padres, que se ponen muy tontos con este tema.
—¿Por? — me sorprendí.
—Ya sabes, tu padre y el mío trabajan en un puesto importante en el gobierno y tienen miedo de que sus datos personales estén por internet, pero es una tontería, porque si la aplicación nos hace una pregunta personal de nuestros padres, simplemente nos negamos a responder la pregunta y ya está, ¿verdad?
Pensé detenidamente en las palabras de Tomás y me di cuenta de que al fin y al cabo tiene razón, no estás obligado a responder a todas las preguntas, solo respondes las que quieres.
—Sí, es verdad — respondí.
Estuve esperando casi dos semanas a recibir una nueva encuesta, ésta tardó en pronunciarse, pero cuando lo hizo me sorprendí con la pregunta:
“¿Tu padre se lleva el trabajo a casa?”
Pensé en mi padre, siempre encerrado en su despacho y en todas esas veces en las que le pedía que jugara o conmigo y él se negaba.
“Sí”, respondí.
“¿Conoces la clave de su ordenador?”
“Sí”, volví a responder un poco preocupada.
“¿Podrías escribirnos la clave?”
Sabía que no debía responder a esa pregunta, algo en mi interior me decía que estaba mal.
El sonido de la puerta principal me sorprendió, era mi padre.
—¡Papá! — exclamé al verle — ¡qué alegría que por fin estés en casa! ¿qué tal el viaje de negocios?
Como casi siempre, mi padre estaba al teléfono y a la vez que me respondía a mí, respondía al que estuviera al otro lado del teléfono:
—Bien — me respondió secamente — te he traído un regalo, toma.
Desenvolví el regalo con gran ilusión y descubrí que dentro había una pelota de futbol firmada por Messi, mi jugador de futbol favorito.
—¡Ay va! ¡está firmada por Messi! ¡no me lo puedo creer! — chillé emocionado.
—Espera un segundo, ¿quieres? — le dijo al que estaba al teléfono — ¡Sergio! ¡haz el favor de callarte! ¿no ves que estoy al teléfono?
No esperó respuesta, se fue directo a la cocina a comer el filete que le había preparado mamá.
La ira me invadió, mi padre nunca estaba cuando le necesitaba, no le importaba y si yo no le importo, ¿por qué me tiene que importar él a mí?
Volví corriendo a coger el móvil donde aún se mostraba la última pregunta de la encuesta de hoy:
“¿Podrías escribirnos la clave?”
Me fui directo al despacho de mi padre y una vez ahí me encerré, encendí el ordenador de mi padre y comprobé que la contraseña era la misma.
“SergioMessi95” respondí en la aplicación.
Acto seguido en el ordenador empezaron a mostrarse un montón de números y letras que se movían sin parar por la pantalla del ordenador, no sabía lo estaba pasando, pero sabía que no era bueno, el ordenador de mi padre se había estropeado.
Gracias — contestó una voz delante de mí.
Se me paró el corazón, quien me había respondido era un ser que jamás había visto, pero que debía haber estado ahí todo el tiempo, estaba hecho de aparatos eléctricos que había en la habitación, como la aspiradora de mi madre, la bicicleta estática de mi padre, la plancha.
A medida que se movía, todos los electrodomésticos de la sala se pegaban a él, como si fuera un imán.
La era biológica ha terminado — dijo el ser.





Si te ha gustado…

Para escribir esta historia me he inspirado en la aplicación del móvil “Rewards” con la que puedes ganar dinero respondiendo a unas “simples” preguntas.
Me he planteado el por qué alguien querría saber tantas cosas sobre nosotros y hasta dónde puede llegar el marketing y lo que podría haber detrás. ¿Estás realmente protegido en internet? ¿podría caer tu información personal en malas manos? Esa podría ser la moraleja de este relato.
Dicho esto, espero que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y opiniones al respecto.
Y un saludo de Silvia!!



lunes, 17 de junio de 2019

EL COLECCIONISTA DE MUNDOS


HUMANOS

-Sara Coy: La hija de Aron Coy. Es una niña de piel oscura y pelo rizado que pasa la mayor parte de su tiempo con sus amigos (Samuel Mora, Gus y Diego) y su bici.
-Samuel Mora: El hermano de Rebeca Mora. Es un niño pelirrojo, pecoso y de ojos marrones que pasa la mayor parte del tiempo con sus amigos (Sara Coy, Gus y Diego) y su bici.
-Rebeca Mora: La hermana de Samuel Mora. Es una adolescente pelirroja, pecosa y de ojos marrones que se ha visto envuelta en una aventura que la hará madurar.
-Agustín (Gus): Es un niño regordete, rubio y de ojos azules que pasa la mayor parte de su tiempo con sus amigos (Sara Coy, Samuel Mora y Diego) y su bici.
-Marta Coy: La madre de Sara Coy. Es doctora en el Hospital de Hormigos y miembro del Consejo del pueblo.
-Diego: Es un niño cuya desproporcionada dentadura le ha hecho ganarse el mote de “Dientes-conejo”, pasa la mayor parte de su tiempo con sus amigos (Sara Coy, Samuel Mora y Gus) y su bici.
-Rosa Recio: conocida como la cotilla del pueblo, es dueña de una tienda llamada “Sueños y Encajes” y miembro del Consejo del pueblo.
-Daniel Navas: Es un adolescente conocido por salir un par de veces con Rebeca Mora y dueño de un Cadillac rojo del 54.
-Alba Mora: Madre de Rebeca y Samuel Mora. Es una mujer pelirroja y madre súper protectora, miembro del Consejo del pueblo.
-Profesor Vega: es profesor en la Escuela Futurum de Hormigos, perdió a toda su familia en la Gran Guerra y desde entonces no ha dejado de luchar, se niega a rendirse ante el Coleccionista.
-Elisa: profesora de teatro en la escuela Futurum de Hormigos. Consiguió un montón de atrezo para su representación de “El Quijote”.
-Aron Coy: Padre de Sara Coy. Es el director de la escuela Futurum de Hormigos y guardián del pasado, miembro del Consejo del pueblo.
-Profesora Haro: profesora de idiomas en la escuela Futurum de Hormigos, hace exámenes muy difíciles.
-Francisco Seco: es el alcalde de Hormigos y el líder del Consejo.
-Hermanos Roca: son dueños del parque de bomberos de Hormigos y miembros del Consejo del pueblo.
-Alberto Mora: Marido de Alba Mora y padre de Rebeca y Samuel Mora, miembro del Consejo del pueblo.

RAKARS

-Sorna Bane: es una de los elegidos. Destinada al mundo de Eldior de los exceliors, se la conoce como una fuerte guerrera temida y admirada por todos.
-Ura Kun: La hija de Proctar Kun. Futura líder de los rakar.
-Kripton Yorus: es uno de los elegidos. Destinado al mundo de Hormigos de los humanos. Tiene el pelo azabache y patillas pronunciadas.
-Neptum Smart: es uno de los elegidos y amigo de Kripton Yorus y Sorna Bane. Destinado al mundo de Aqualar de los aqua. Es un hombre rubio y corpulento.
-Proctar Kun: Líder de los rakar y padre de Ura Kun. Es un hombre de mediana edad, rubio y de complexión atlética.
-Ioata Larka: Capitana de los rakar. Es una mujer de pelo largo azabache y mirada penetrante.
-Tartar: es uno de los científicos rakar, trabaja para crear el Regenador en Kal-Ruptar Kun.
-Elga Valaris: Capitana de los rakar, sucesora de Ioata Larka. Le concede el Kragnarar a Kripton Yorus.
-Boltak: nombre que propone Kripton Yorus para su futuro hijo.
-Comandante Cior: es el Comandante de los rakar. Tiene un problema respiratorio que le obliga a llevar una máscara continuamente.
-Roshak: es una anciana comerciante que vende carne en Kal-Ruptar Kun.
-Pliphor y Clork: herreros en Kal-Ruptar Kun.

AQUA

-Narrel Emar: Madre de los aqua y su líder. Rechaza toda unión con los rakar.
-Griptus Emar: Es el padre de Narrel Emar, conocido como el Desmembrador de raglar. Temido guerrero aqua, muerto en combate.
-Teca Dorail: Madre de los aqua y su líder.
-Titus y Plumb: revolucionarios y seguidores de Narrel Emar.

EXCELIORS

-Mirash Celsius: Mano derecho de Valwor Celsius y su hija. Reconocida doctora excelior.
-Valwor Celsius: Líder excelior.
-Wartrof Lin: Líder excelior.

SIRUS

-Sendra Doril: conocido como “El Coleccionista de Mundos”, el siru sin rostro.

lunes, 6 de mayo de 2019

Dragón


Dado este trepidante comienzo de la última temporada de Juego de Tronos, se me ha ocurrido envolver un regalo con forma de uno de los dragones de Daenerys Targaryen. ¿A quién no le gusta Juego de Tronos? Esta adictiva serie a enganchado a miles de personas, por lo que envolver un regalo que recuerde a “su serie favorita” no es tan descabellado.
Para hacerlo, solo necesitas un poco de paciencia y unos pocos ingredientes:

Ingredientes:

-Papel de envolver rojo
-Cinta roja brillante
-Cartulina negra
-Tela granate
-Celo
-Rotulador negro
-Tijeras



Pasos a seguir:

-Lo primero de todo es envolver el regalo con el papel rojo
-Una vez envuelto, dibuja unas bonitas alas tipo murciélago en la cartulina negra, dejando una pequeña solapa que doblarás y pegaras en la superficie del regalo para crear ese efecto “volador” que tendrá tu dragón





-Pega parte de la tela granate sobre las alas, rodeando la forma de la cartulina negra, para que éstas queden más bonitas y pega la solapa con celo a la superficie del regalo
-Añade detalles con la tela granate, ya sea la cola o las orejas y pégalas al regalo con celo



-Como es un dragón que escupe fuego, coge tres tiras pequeñas de cinta roja brillante y pégalas en la boca, será el fuego del dragón.



-Dibuja los ojitos del dragón para darle un toque simpático y de esta forma habrás terminado con la cara.
-Para finalizar, añade las patitas del dragón, gracias a la cartulina negra que dará más aspecto de garras y a la tela granate que le dará un toque más original.



¡Y ya lo tienes! ¡Ya tienes tu dragón de Juego de Tronos! ¡Dracarys!

domingo, 14 de abril de 2019

Zombie Survival


Es mi cumpleaños y por ello mis amigos me han preparado algo muy especial, una zombie survival. Nunca he hecho nada parecido, pero siempre he tenido curiosidad por hacerlo. El juego consiste en lo siguiente, un grupo de gente se va a las afueras de un pueblo o cualquier otro sitio escogido por el organizador y allí un grupo de maquilladores dividen este primer grupo en zombies y humanos, los maquilladores los caracterizan como el grupo que les haya tocado todo lo bien que pueden, sin embargo, si eso no es suficiente les ponen un pañuelo amarillo en el brazo a aquellos que sean humanos y un lazo rojo a aquellos que sean zombies.
—¿Qué grupo quieres ser? — me pregunta mi amigo Sergio.
—Creo que empezaré siendo humano y luego ya veremos — contesto riéndome.


Pasamos la tienda de maquillaje, donde un grupo enorme de no muertos se preparan para el juego y nos vamos a la tienda de armas, donde los organizadores nos dan las pistolas de pintura y un mapa para ubicarnos en este pueblo casi despoblado.
—Bueno, ¿qué hacemos? — pregunto.
—Vamos a dar un paseo por el pueblo, ¡hay que conocer el campo de batalla! — se ríe Álvaro.
El pueblo es viejo y sus casas están casi en ruinas, sin embargo, aún hay gente viviendo en ellas. En una de las ventanas de una casa cercana veo como una señora cierra las cortinas al vernos asustada.
—¡Eh! ¿habéis visto a esa señora? Parecía que tenía miedo — comento.
—Bueno, piénsalo desde su punto de vista, nosotros no somos más que unos forasteros invadiendo sus calles y ¡encima disfrazados de zombies! — contesta Álvaro.
—Ya, eso es cierto, pero esto de la zombie survival les beneficia, hace que la gente vaya a su pueblo que está prácticamente despoblado e incrementa los beneficios de las tiendas cercanas — replico.
—Sí, eso también es cierto, pero no dejamos de ser unos jóvenes locos corriendo por sus calles con pistolas de pintura — se ríe Sergio.
—¡Eso es verdad! — me río con él.
El juego comienza y en el camino nos encontramos con varios zombies. No había corrido más en mi vida. Sin dejar de disparar los zombies nos sorprenden al doblar una esquina y uno de ellos “ataca” a mi amigo Sergio.
—Bueno chicos, voy a convertirme en zombie a la tienda de maquillaje — dice riéndose.
—¡Luego no vengas a por nosotros! — exclama Álvaro.
—¿Bromeas? ¡es lo primero que voy a hacer!
Nos despedimos de Sergio y seguimos jugando, Álvaro y yo nos lo estamos pasando como nunca, disparando a los no muertos con pintura y corriendo de un lado para otro. Es entonces cuando nos encontramos con Sergio, un Sergio zombie.
—¡Hombre, Sergio! ¡ya nos preguntábamos cuando vendrías! — exclama Álvaro.
Sergio no contesta. Le han caracterizado extraordinariamente bien, con la piel casi traslúcida, lentillas rojas de color y sangre falsa en la mejilla.
—¿Sergio? — pregunta Álvaro un poco preocupado.
—¡Se está tomando su papel en serio! — me río con Álvaro
Sergio permanece inmóvil, mirándonos, por lo que decido darle emoción a la situación y le disparo con mi pistola de pintura, Sergio apenas se inmuta.
—¡Bang! ¡estás muerto! — me río tras dispararle.
Nuestro amigo sigue sin reaccionar.
—¿Sergio? — pregunto preocupado.
En ese momento sale corriendo a por nosotros emitiendo un gruñido extraño, casi gutural y nosotros salimos corriendo, en teoría y según las reglas del juego, Sergio había perdido la partida, sin embargo, sigue persiguiéndonos.
De pronto Álvaro se tropieza y cae al suelo, cuando me doy cuenta y me giro, descubro a Sergio arrancándole la garganta a Álvaro de un mordisco.
—¡No! — exclamo aterrado.
Salgo corriendo por todo el pueblo, estoy muerto de miedo y no sé qué pensar, acabo de ver a mi amigo matar a mi otro amigo. En el camino me encuentro a otros zombies y reconozco ese sonido casi gutural que emiten como el sonido que hacía Sergio antes de matar a Álvaro, por lo que sigo corriendo.
No sé a dónde ir y no me fío de nadie, por lo que me dirijo corriendo al campamento de maquillaje y armamento, a los organizadores. De repente alguien me agarra del hombro y me mete en una casa, es la misma anciana que vi al empezar el juego, la misma que cerró las cortinas.
—¿Estás vivo? — me pregunta apuntándome con una linterna a los ojos.
—¡Si si lo estoy! — exclamo cerrando los ojos por la molesta luz — ¿qué demonios está pasando?
La anciana apaga la luz y en la penumbra vuelve a acercarse a la ventana y a observar la calle.
—Esto no es un juego — dice — es un experimento.
—¿Qué quiere decir? — pregunto con un nudo en la garganta.
—El gobierno ha encontrado un virus mortal que transforma a la población, pero para demostrar su eficacia necesitan realizar una prueba, esta prueba, vosotros no sois más que sus conejillos de indias.
—Eso no puede ser — digo sin querer creérmelo.
—Debemos salir de aquí, tus amigos te han seguido.
Miro por la ventana y compruebo que efectivamente mis amigos avanzan hacia la casa de la anciana, ambos convertidos en zombies.
—¿Tienes algún plan? — pregunto asustado.
—Mi coche está en la otra acera, es ese Toyota rojo.
El coche que me señala está a apenas unos pasos de nosotros, si nos lo proponemos podremos conseguirlo.
—¡Vamos!
Salimos de la casa y nada más hacerlo una horda de zombies echa a correr hacia nosotros. Álvaro llega primero y se abalanza sobre mí, escupe sangre por la boca y sospecho que no es suya, grito y forcejeo pidiendo ayuda y es la anciana la que consigue quitármelo de encima.
Entramos en el coche a toda prisa y cerramos las puertas, los zombies rodean el coche, pero sorprendentemente consigo mantener la calma lo suficiente para arrancar el coche, me llevo por delante a Sergio y no miro atrás.
—¡Nos los hemos quitado de encima! — grito casi emocionado.
—No cantes victoria aún — contesta la anciana desde el asiento del copiloto — aún tenemos que conseguir salir del pueblo y el pueblo está rodeado de agentes.
Atravieso el pueblo pasando por la tienda de maquillaje y la de armamento, éstas están ahora desiertas y me doy cuenta de que la anciana tenía razón. A las afueras del pueblo los vemos, agentes y soldados rodean el perímetro, sin pensármelo dos veces acelero. No tardan en darse cuenta de mis intenciones y me piden por el megáfono que retroceda, lo ignoro.
Me niego a ser su rata de laboratorio, acelero aún más y me llevo por delante la verja metálica, los coches de policía me siguen, pero les esquivo.
—Un momento — digo mientras sigo intentando escapar de la zona afectada e intentando huir de los polis que nos siguen — si sabías todo esto, que iban a hacer un experimento con nosotros y que iban a extender un virus, ¿por qué te quedaste?
—Porque ya estaba afectada.
La miro aterrado y descubro como sus ojos se han vuelto rojos, su piel casi translucida marca sus venas y en su muñeca una herida abierta no deja de sangrar, la han mordido.
Me muerde más rápido de lo que pensaba y en mis últimos segundos de vida pienso que ha conseguido lo que quería, extender el virus más allá de la zona protegida.






Si te ha gustado…

Para escribir esta historia me he inspirado en las famosas zombie survival, siempre he querido hacer una, pero nunca he tenido oportunidad, me planteé qué podría salir mal de un juego así y de ahí, escribí este relato.
La moraleja de esta historia es la siguiente: “no te fíes de nadie y menos de una anciana simpática que parece saberlo todo”.
Dicho esto, espero que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y opiniones al respecto.
Y un saludo de Silvia!!



domingo, 24 de marzo de 2019

Túnel del Viento

Mi madre quería aventuras para su cumpleaños, quería adrenalina, por lo que se me ocurrió que mi regalo perfecto podría ser ir a un Túnel del Viento y volar en el llamado Hurricane Factory del centro comercial Sambil, a lo que, por supuesto, yo no dudaría en probar también.
A modo de apunte, os diré que me he tirado en paracaídas desde 4000 metros de altura por lo que tenía una ligera idea de cómo iba a ser esta experiencia, lo que no sabía, era lo real que iba a ser.
Esta experiencia tiene sus partes buenas y sus partes malas, a primera vista, lo que más sorprende es el tiempo y los precios. No es una actividad precisamente barata y los tiempos… para que te hagas una idea lo más barato que te puedes encontrar es 69€ por persona por 3 minutos!!!!

Sé que esto, de primeras te va a echar para atrás, pero hay trucos, no vayas corriendo a atrápalo o grupon o alguna de estas páginas buscando la oferta perfecta con el descuento perfecto para esta actividad, porque no lo vas a encontrar, todo te saldrá igual de caro que como está en su página web. Para salir ganando, te recomiendo que cojas uno de sus paquetes de actividades y sí, la primera vez que vayas te va a salir caro, pero en tu siguiente vuelo tienes descuento por si quieres repetir. (Sale mucho más barato si vas a Sambil, a su tienda física y compras allí la actividad que quieras, que si la compras por internet).
No es lo que esperabas oír, pero es así, volar es caro. En cuanto al tiempo, no te deprimas, no se te hará corto, eso sí, debes coger el HURACÁN ASCENDENTE sí o sí o tu experiencia en el túnel del viento no merecerá la pena. Te lanzarás a volar con un grupo amplio, por lo que aunque es cierto que vuelas poco, ves a los demás cómo lo hacen y así lo haces mejor tú cuando te toca.
Antes de la sesión, hay una clase informativa, de cómo tienes que poner las manos, gestos para comunicarte con el coordinador (ya que con el aire y los tapones para los oídos no se oye nada). Consejo: la clave de todo es estar relajado.
Todo el material para realizar la actividad te la da Hurricane Factory, pero eso sí, si tienes pelo largo llévate coletero y quítate pendientes o collares para que no se enganchen durante la actividad.

LA TORMENTA

Bajan la potencia del aire y es la mejor forma para aprender y practicar, disfruta del momento realizando todo lo aprendido en la clase de instrucción. Si tienes miedo a volar, a las alturas o simplemente la actividad no era la que esperabas… haz solo la Tormenta, ya que se realiza mucho más cerca del suelo y con más seguridad.
¡Sonríe! ¡Te están grabando! Dentro del Tubo de aire hay un montón de cámaras que sacarán fotos de todo el tiempo que estés dentro del túnel de viento. Al final de la actividad, podrás recoger tus fotos y videos a elegir las fotos y videos que quieras.

EL HURACÁN ASCENDENTE

Lo imprescindible. Ésta es la sensación más parecida a tirarse de un avión en paracaídas. Subes hasta el techo del centro comercial y bajas un par de veces. Es como subirte en la lanzadera del Parque de Atracciones de Madrid, pero mejor, ya que no tienes nada a lo que agarrarte. Para los amantes de la adrenalina, esta es vuestra actividad.

Datos importantes:

  • Localización: Calle de Mondragón, s/n, 28917 Leganés, Madrid
  • Precio: 69€ aprox por persona por 3 min. (Compra la actividad en la misma tienda física del centro comercial para que te salga más barato)
  • Recomendación: pelo recogido, zapatillas de deporte, calcetines altos, nada de colgantes o pendientes y muchas ganas de pasarlo bien.