Necesito dinero y
eso es lo único cierto de esta historia. Me hablaron de varios métodos y formas
de pago con los que conseguir dinero que utilizaría para comprar mis
videojuegos y mis caprichos. Sin embargo, nadie da nada gratis y a la larga me
tocaría devolver lo prestado.
Resulta irónico
que tenga que estar poco menos que mendigando dinero, cuando mi padre trabaja
en el Gobierno y tiene un buen puesto allí, pero así son los padres, no
entienden mi afición a los videojuegos y les parece un gasto inútil.
Afortunadamente para mí, mi amigo Tomás me dio la idea perfecta para conseguir
el Starpunch 4, el videojuego de moda.
—Y te descargas la aplicación —
sigue con las indicaciones Tomás.
—¿Y ya está?
—Sí, te irán llegando encuestas de
vez en cuando y tú solo tienes que contestar las preguntas, cuantas más
encuestas hagas, más dinero ganas. Claro que, si quieres ganar más dinero, las
preguntas que más valen son las preguntas comprometidas y siempre tienes la
opción de no contestar y por consiguiente no llevarte el dinero.
—¡Mola! — contesté pensando en el
Starpunch 4.
Ese día, antes de
llegar a casa, me llegó mi primera encuesta:
“¿Estudias
o trabajas?”
Marqué la casilla
de “Estudio” y me sorprendí cuando por la contestación de esa simple pregunta
me dieron 5€.
<<Si todas
las preguntas son como ésta y me pagan tanto, en menos de un mes tendré el
dinero suficiente para comprarme el Starpunch 4>> pensé.
Dos días más tarde
me llegó otra encuesta:
“¿Vives
solo o con tus padres?”
“Con
mis padres”,
contesté.
“¿Te
llamas Sergio Espinosa y vives en la calle Cabanillas?”
La pregunta me
frenó en seco, sin duda tenía que ser una de las preguntas comprometidas de las
que me habló Tomás.
Pensé en cómo
habría podido averiguar la aplicación la dirección de mi casa y me di cuenta de
lo fácil que es averiguar eso hoy en día por el tema de internet, pensé también
en lo que ocurriría si contestaba a esa pregunta… ¿qué podría pasarme? Ya hay
muchos desconocidos que saben dónde vivo.
Tras el lógico
titubeo, me lancé a responder: “Sí”.
Por esa pregunta
comprometida me llevé 20€.
Sabía que por las
preguntas comprometidas se gana más dinero,
pero no sabía que se ganara tanto dinero.
Esa misma tarde
llamé emocionado a mi amigo Tomás y le conté lo que me había pasado:
—¡Ves! ¡Te dije que por las
preguntas comprometidas se gana más! — se reía Tomás.
—¡Es una pasada! ¡como siga esto
así, no solo voy a poder el Starpunch 4 sino también una consola nueva y quién
sabe, podría incluso vivir de contestar estas preguntas!
—¡Ya ves tío! — contestó mi amigo —
tú solo no se lo digas a tus padres, que se ponen muy tontos con este tema.
—¿Por? — me sorprendí.
—Ya sabes, tu padre y el mío
trabajan en un puesto importante en el gobierno y tienen miedo de que sus datos
personales estén por internet, pero es una tontería, porque si la aplicación
nos hace una pregunta personal de nuestros padres, simplemente nos negamos a
responder la pregunta y ya está, ¿verdad?
Pensé
detenidamente en las palabras de Tomás y me di cuenta de que al fin y al cabo
tiene razón, no estás obligado a responder a todas las preguntas, solo
respondes las que quieres.
—Sí, es verdad — respondí.
Estuve esperando
casi dos semanas a recibir una nueva encuesta, ésta tardó en pronunciarse, pero
cuando lo hizo me sorprendí con la pregunta:
“¿Tu
padre se lleva el trabajo a casa?”
Pensé en mi padre,
siempre encerrado en su despacho y en todas esas veces en las que le pedía que
jugara o conmigo y él se negaba.
“Sí”, respondí.
“¿Conoces
la clave de su ordenador?”
“Sí”, volví a responder
un poco preocupada.
“¿Podrías
escribirnos la clave?”
Sabía que no debía
responder a esa pregunta, algo en mi interior me decía que estaba mal.
El sonido de la
puerta principal me sorprendió, era mi padre.
—¡Papá! — exclamé al verle — ¡qué
alegría que por fin estés en casa! ¿qué tal el viaje de negocios?
Como casi siempre,
mi padre estaba al teléfono y a la vez que me respondía a mí, respondía al que
estuviera al otro lado del teléfono:
—Bien — me respondió secamente — te
he traído un regalo, toma.
Desenvolví el
regalo con gran ilusión y descubrí que dentro había una pelota de futbol
firmada por Messi, mi jugador de futbol favorito.
—¡Ay va! ¡está firmada por Messi!
¡no me lo puedo creer! — chillé emocionado.
—Espera un segundo, ¿quieres? — le
dijo al que estaba al teléfono — ¡Sergio! ¡haz el favor de callarte! ¿no ves
que estoy al teléfono?
No esperó
respuesta, se fue directo a la cocina a comer el filete que le había preparado
mamá.
La ira me invadió,
mi padre nunca estaba cuando le necesitaba, no le importaba y si yo no le
importo, ¿por qué me tiene que importar él a mí?
Volví corriendo a
coger el móvil donde aún se mostraba la última pregunta de la encuesta de hoy:
“¿Podrías
escribirnos la clave?”
Me fui directo al
despacho de mi padre y una vez ahí me encerré, encendí el ordenador de mi padre
y comprobé que la contraseña era la misma.
“SergioMessi95” respondí en la
aplicación.
Acto seguido en el
ordenador empezaron a mostrarse un montón de números y letras que se movían sin
parar por la pantalla del ordenador, no sabía lo estaba pasando, pero sabía que
no era bueno, el ordenador de mi padre se había estropeado.
—Gracias — contestó una voz delante de mí.
Se me paró el
corazón, quien me había respondido era un ser que jamás había visto, pero que
debía haber estado ahí todo el tiempo, estaba hecho de aparatos eléctricos que
había en la habitación, como la aspiradora de mi madre, la bicicleta estática
de mi padre, la plancha.
A medida que se
movía, todos los electrodomésticos de la sala se pegaban a él, como si fuera un
imán.
—La era biológica ha terminado — dijo el ser.
Si te ha gustado…
Para escribir esta
historia me he inspirado en la aplicación del móvil “Rewards” con la que puedes
ganar dinero respondiendo a unas “simples” preguntas.
Me he planteado el
por qué alguien querría saber tantas cosas sobre nosotros y hasta dónde puede
llegar el marketing y lo que podría haber detrás. ¿Estás realmente protegido en
internet? ¿podría caer tu información personal en malas manos? Esa podría ser la
moraleja de este relato.
Dicho esto, espero
que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y
opiniones al respecto.
Y un saludo de
Silvia!!
¡¡¡Atención!!!
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