domingo, 8 de octubre de 2017

ESPECIAL HALLOWEEN: La Calabaza

El pueblo de Lobo es conocido por su tranquilidad, por su hospitalidad y sobre todo por su gran paisaje, justo lo que necesito ahora. Tras salir derrotado de la gran ciudad, un tiempo tranquilo es lo que más me hace falta.
Nada más instalarme en mi nueva casa, soy hospitalariamente recibido por la señora Alba Fort, una ancianita con un gran gusto para las tartas.
—No tenía por qué molestarse, señora Fort — digo cogiendo la preciosa tarta de bienvenida.
—¡Tonterías! Hace siglos que no viene gente nueva a este pueblo, es agradable tener la mente ocupada, ¡aunque sea solo para hacer tartas!
La invito a pasar y nada más hacerlo, Alba lo inspecciona todo, como si fuera su propia casa.
Imagen sacada de: www.natursan.net
—Pondré agua a calentar — digo entrando en la cocina.
Con mucho cuidado, corto dos trozos de tarta y preparo el té para mi invitada. Sospecho que Alba no ha venido aquí solo para darme la bienvenida, también ha venido a cotillear y revolverlo todo.
—¿Está bien? — pregunto desde la cocina al oír el ruido de los cajones de los armarios abrirse y cerrarse.
—¡Muy bien! — me contesta.
La señora Fort va muy arreglada, con su collar de perlas, su blusa estampada y su falda plisada. Su cuidado moño recupera la elegancia que solo las personas de su edad tienen.
—Dígame, señor Camps, ¿qué le ha hecho venirse a Lobo? — me pregunta desde el umbral de la puerta.
—Es complicado, antes vivía en la ciudad y la verdad, esa vida de estrés y disgustos continuos me desanimó un poco. Ahora prefiero vivir en paz, en un sitio tranquilo, por eso me he venido aquí.
—Le despidieron de su trabajo, ¿verdad?
—¿Cómo lo sabe? — pregunto sorprendido.
—Debe disculparme, señor Camps, pero he investigado un poco sobre usted, sé que era un empresario de una gran empresa, pero que le despidieron por tomar una mala decisión que hizo perder a su empresa millones.
—Vaya, sí que ha investigado sobre mí — contesto un poco molesto.
—No se preocupe, señor Camps, en Lobo será muy feliz, tenemos un gran departamento de policía, seguridad en las calles y médicos que podrán ayudarle en todo lo que necesite. Por ejemplo, el señor Albert Mur es un gran psicoterapeuta que podrá ayudarle a superar todos los traumas que tenga, es experto en interpretar los sueños y…
—Gracias, señora Fort, pero no necesito un loquero.
Tras la desagradable merienda con la cotilla del pueblo, opto por dormir, el viaje hasta Lobo ha sido muy duro y la compañía, aunque amable, ha resultado ser un poco molesta.
En mi sueño estoy en Lobo, pero un Lobo mucho más tétrico y siniestro. Una ligera niebla cubre mis pies y los árboles fantasmagóricos custodian el camino. Camino en medio de la carretera principal del pueblo, a mi derecha y a mi izquierda están las casas de mis vecinos.
Es entonces cuando empiezan a aparecer, calabazas y más calabazas se van amontonando más y más a medida que me voy acercando al centro del pueblo.
Una calabaza gigante me impide el paso, la cojo con mis manos y grito de terror al ver la cara de la señora Fort grabada en el fruto. Todas las calabazas tienen las caras de mis vecinos grabadas en su corteza.
De pronto, la calabaza de la señora Fort se me escurre y ésta se rompe en mil pedazos al llegar al suelo.
Me despierto en mitad de la noche gritando, una capa de sudor frío me recorre el cuerpo y un extraño líquido amarillo ha manchado mi cama. No me meaba en la cama desde que era pequeño. Voy al baño a lavarme la cara y tranquilizarme.
Este sueño no ha sido un sueño normal. Un nombre me viene a la mente en ese preciso instante: Albert Mur, el loquero descifra sueños que me dijo la señora Fort.
Decido ir a verle a la mañana siguiente. Intranquilo, espero en la sala de espera de su consulta, nervioso por lo ocurrido y por lo que me vaya a decir el doctor. La secretaria me hace señas para que entre y tembloroso obedezco.
Albert Mur es un hombre de media edad, de pelo gris y canas encima de las orejas, a pesar de sus incipientes arrugas, todavía puede resultar atractivo.
—Siéntese señor Camps, ¿qué le pasa? — me pregunta.
Unas hojas encima de su mesa me perturban, me asustan y me hacen temblar. Su escritorio está lleno de dibujos de calabazas.
—Las calabazas… — susurro — ¿qué son esas calabazas?
—Perdone, se me olvidó recoger, es de mi paciente anterior, discúlpeme.
—Esas calabazas son iguales a las de mi sueño — susurro.
El doctor se frena en seco y me mira de reojo con cara de miedo:
—¿Está seguro? ¿ha soñado con estas calabazas?
—Sí — contesto dubitativo — ¿qué me pasa, doctor?
—No eres el primero que sueña con las calabazas, en este pueblo todos sueñan con ellas.
—¿Y qué significa?
—Depende de lo que signifiquen para usted.
Tras una extraña, pero interesante reunión con el doctor Mur, me vuelvo a casa. Es de noche, no sé qué hora es, pero sí sé que eran las seis de la tarde cuando entré en su consulta, debo de llevar horas allí y no me había dado ni cuenta.
Tengo una sensación extraña, estoy desorientado, distraído y no sé muy bien a dónde voy. Sin embargo, todas mis dudas se aclaran cuando la veo, una mujer con los zapatos rojos. Resuenan sus tacones al andar y no puedo apartar la mirada de ellos, son hipnóticos.
Con sigilo, me acerco a ella, no hay nadie en la calle, solo estamos ella, sus zapatos y yo. La luz de la farola más cercana parpadea. Es el momento.
Antes de que pueda reaccionar, antes de que pueda pronunciar cualquier palabra, la golpeo en la cabeza con una piedra. Ella cae inconsciente al suelo y al hacerlo, aprovecho mi oportunidad. La golpeo una y otra vez con la misma piedra hasta asegurarme de que está muerta, desconozco cómo ha llegado la piedra a mis manos, pero sé qué tengo que hacer con ella… porque la calabaza me lo dijo.







Si te ha gustado…

Para escribir esta historia me he inspirado en la película de la Cuarta Fase y en un artículo de La Vanguardia que habla sobre los sueños y que mucha gente sueña con el mismo hombre una y otra vez.
Esta es la primera parte de una historia de cuatro relatos. Por favor, no te pierdas las otras tres historias, porque te dejarán sin habla.
Disfruta de este ESPECIAL DE HALLOWEEN y… no sueñes con calabazas.
Dicho esto, espero que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y opiniones al respecto.
Y un saludo de Silvia!!


Imagen sacada de: es.pinterest.com

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