Nada es igual
desde aquel día, mi realidad se desmorona y mis sueños se rompen. Todo empezó
de la mejor manera posible, Cristina Mora había aceptado salir conmigo esa
noche y yo estaba nervioso. Había conseguido que mi padre me dejara el coche
para llevarla al cine y todo iba rodado.
Al salir del cine
ninguno de los dos quería que la noche terminara, así que dimos un paseo y
acabamos en el parque. Estábamos allí sentados, viendo las estrellas y hablando
de tonterías, cuando de pronto pasó algo que jamás pensé que podría pasar. Algo
imposible, algo insólito, pero sobretodo algo inquietante. Ese suceso fue la
semilla de la duda que ahora me oprime el pecho.
Imagen sacada de: paideiablog.wordpress.com |
Obsesionado con
una idea, voy a la biblioteca a investigar. Hay muchas teorías, pero ninguna me
satisface del todo, así que me dirijo a la bibliotecaria para preguntarla por
una sección un poco más surrealista:
—Perdone, ¿Dónde está la sección de
religión? — me atrevo a preguntar.
—Sí, la sección de religión está…
Todo mi mundo se
para de repente. La mirada inexpresiva de la bibliotecaria me recuerda que todo
ha vuelto a ocurrir, igual que cuando estaba bajo las estrellas con Cristina
Mora. La bibliotecaria permanece quieta, al igual que todos los que se
encuentran allí, como si se hubieran congelado repentinamente. Algunos tienen
un libro en la mano con la intención de dejarlo en la estantería pero sin
llegar hacer dicha acción. Otros, sentados en las sillas de lectura se han
quedado a mitad de pasar una página de sus respectivos libros. Y otros se han
quedado a mitad de una conversación que nunca terminarán.
Contemplo con
horror mi entorno y asustado salgo de la biblioteca, con la esperanza de que
fuera todo continúe con normalidad. Sin embargo, el exterior no cambia mucho,
unos niños juegan con el agua de la fuente y desde mi posición puedo ver como
las gotas del agua se han quedado suspendidas en el aire, una madre que pasea a
su bebé por el parque, se ha tropezado con una piedra y está a punto de caerse,
pero no termina de hacerlo y los coches que hay entre el parque y la biblioteca
permanecen quietos, a pesar de que echan humo por sus tubos de escape.
Este paréntesis en
la continuidad de la vida dura unos minutos más que cuando estaba con Cristina,
son los minutos más largos de toda mi vida, pero al final todo vuelve a la
normalidad. Los niños se mojan con el agua de la fuente y se ríen, la madre se
cae al suelo y un hombre la ayuda a levantarla y los coches vuelven a circular.
Trastornado por lo
que acabo de vivir, decido volver a casa y reunirme con mi padre.
—Hola papá — le saludo.
—Hola hijo — me contesta.
Mi padre está en
el garaje, como siempre, limpiando su adorado coche bajo el sol del atardecer.
Tiene una mirada distante bajo sus lentes, como siempre cuidar de su coche
siempre le ha distraído.
—Tengo que contarte algo importante
que me ha pasado en la biblioteca hoy — me precipito a decir.
—¿Qué tal tienes el ojo? — me
interrumpe.
—El ojo está bien, papá — contesto
algo molesto.
Mi padre siempre
me pregunta por mi ojo de cristal, no quiere que se me infecte o se pierda.
Desde que mi madre y yo sufrimos ese accidente de coche cuando yo era un bebé,
mi padre no ha dejado de sobreprotegerme, aunque es lógico, dado que en ese
accidente mi madre murió y yo perdí este ojo.
—¿Lo has lavado esta mañana?
—Se me olvidó, pero no te preocupes
que lo limpiaré esta noche — contesto para calmar su mirada de desaprobación — ¡papá
tengo que contarte algo importante! Esta tarde en la biblioteca todo se ha
parado de repente, como si se hubieran quedado congelados o algo por el estilo,
¡ha sido rarísimo! Y ha tardado todo una barbaridad en volver a la normalidad.
—Vaya, que raro — contesta mi padre
— ¿estás seguro de eso?
—¡Sí que lo está! — exclama una voz
detrás de mí.
Una mujer mayor de
facciones dulces y pelo oscuro atraviesa con la mirada a mi padre.
—¡Dile la verdad! — dije la mujer —
¡Dile la verdad a nuestro hijo!
—¿A nuestro hijo? — pregunto a mi
padre desconcertado.
Mi padre en cambio
tiene una mirada completamente distinta a la que me esperaba ver, es casi
asesina.
—Dile yo no morí en el accidente —
prosigue la mujer
—Después de lo que hiciste, después
de como dejaste el rostro de nuestro hijo, ¿qué esperabas que hiciera? —
contesta mi padre.
—¿Papá? — pregunto atónito ante su
contestación.
—Está bien, se lo diré — le dije a
la mujer — te he mentido — me dice —tu madre no murió en aquel accidente, esta
mujer que ves aquí es tu madre, te separé de ella porque no era buena para ti,
no después de lo de tu ojo.
—¿Cómo pudiste hacerlo? — pregunto
horrorizado.
—Pues eso no es lo peor —
interrumpe mi madre — cuéntale lo que pasó después…
—Tal vez deberíamos hablar estos
temas más tarde, estarás cansada y...
—Tu padre es ingeniero dimensional
— prosigue ignorando a mi padre — cuando sufrimos el accidente, tu padre te
separó de mí, de todos, del mundo.
—¡No digas una sola palabra más! —
exclama mi padre.
—Él creó este sitio y te metió en
él, pero este no es un mundo real, por eso ves en el fallos en el sistema, he
tenido que usar un montón de energía para parar los sistemas momentáneamente y
poco a poco dejarte ver que el lugar en el que vives no es real. Me ha costado
muchísimo meterme en tu mundo, pero al fin estamos juntos y quiero que ahora
vengas conmigo, quiero llevarte afuera, al exterior, a la verdadera realidad.
—¿Es eso cierto, papá? — pregunto
desconcertado.
—El mundo exterior no es seguro, ya
ves lo que te pasó a ti y a tu madre, es mejor quedarse aquí, vivir protegidos
de un mundo que no nos necesita.
Mi madre extiende
su mano y yo tras mirar atrás por un segundo, decido cogerla, vivir en un mundo
falso es vivir en una mentira y la realidad por dolorosa que sea, siempre será
mejor que nada. Ahora voy a un mundo nuevo para mí, lejos de la comodidad de mi
infancia y cerca de una verdad que aún está por revelar.
Si te ha gustado…
Como ya te habrás
dado cuenta, esta historia está inspirada en el show de Truman, una gran
película que te hará pensar, aunque también está inspirada en Matrix y su mundo
falso.
¿Qué harías si
descubrieras que tu mundo no es real? ¿Qué todos los que te rodean no existen y
son solo hologramas de una falsa realidad? Esa es la pregunta que me gustaría
que os hicierais al leer este relato, mi respuesta está clara, yo haría lo
mismo que nuestro protagonista, ¿y vosotros?
Dicho esto, espero
que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y
opiniones al respecto.
Y un saludo de
Silvia!!
Imagen sacada de: www.youtube.com |
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