Vivo en un mundo
sin nombre, sin recuerdos, sin historia. Lo único que importa es el presente,
por lo que el pasado se olvida. Sin embargo sabemos una cosa de nuestros
antepasados, ellos vivían y morían por el mismo recurso que ahora nos perturba,
la coca cola.
Una bebida tan
deliciosa y refrescante que nos generó una gran adicción a todos. Olvidamos
nuestros oficios, olvidamos a las personas, lo olvidamos todo por ese refresco.
Mi nombre es Fran
y mi objetivo es llegar a la ciudad de Horno. La llaman así por el tremendo
calor infernal que hay, sin embargo quiero ir a Horno por otra razón. Dicen que
el rey García guarda en sus aposentos una lata de coca cola, una deliciosa y
suculenta lata custodiada por guardias día y noche.
Imagen sacada de: patriciasanchezdeleon.blogspot.com.es |
Sé que es
arriesgado, sé que podría morir en el intento, pero por algo me llaman Mad
Fran. Me quedan pocos kilómetros para llegar y con mi Ford Falcon XB GT del 73
y ciertas modificaciones realizadas por mí, conseguiré llegar a mi destino
antes de medianoche.
Dos hombres me
frenan en la carretera, debería haberles atropellado, pero sus bazokas y lanzallamas
me han hecho pensármelo dos veces. Salgo del coche con mi M16 y les observo con
atención, tal vez no están solos:
—¿A dónde te diriges? — me pregunta
uno de ellos.
—Al norte — contesto procurando no
desvelar mis verdaderas intenciones.
—Lo siento, pero la bruja Escarla
no permite el paso a nadie.
—Permitirá el mío — contesto
mostrando mi M16.
—Yo que tú no haría eso — dice el
otro apuntando el lanzallamas hacia mi Ford.
—Está bien, iré hacía el sur
entonces — contesto dándome la vuelta.
Monto en el coche
y doy la vuelta, pero no tengo intención de abandonar mi objetivo. Doy un
rodeo, voy a intentar entrar por la ruta de Prío. Es un camino tan peligroso y
mortal que nadie se arriesga a ir por allí, en cambio yo lo haré, mi
desesperación por la coca cola no tiene límites.
Llego a la entrada
de la ruta de Prío y se me acelera el corazón al ver la gran montaña que tengo
que escalar. Sin perder los nervios, cojo la cuerda y los clavos del maletero y
me preparo para empezar el ascenso.
Cuánto más
asciendo más viento hace y menos estables se vuelven las rocas que piso. Apenas
puedo ver ya el brillante cromado negro de mi coche. Todo tiene un propósito,
tras esta infernal montaña se encuentra el reino de la coca cola protegido por
los insoportables guardias a los que pienso evitar.
Llego a la cima y
me cuesta subir, todas las fuerzas las he gastado escalando. Delante de mi
puedo ver al hombre – bazoka y al hombre – lanzallamas. Me han visto y no dudan
en acercarse a mí.
—¿Qué haces? ¿Cómo has podido subir
por el precipicio de Prío?
—Vamos, se lo diremos a la bruja
Escarla — le sugiere al otro.
Ambos desaparecen
en la oscuridad de la cueva, la entrada secreta al castillo del rey García. Sé
que volverán, así que tengo que darme prisa, tras muchos escuerzos consigo
subirme a la roca de la entrada a la cueva y sin demorarme demasiado me escondo
entre sus grutas.
Tal y como
predije, regresan con alguien, la bruja Escarla, tan alta que puede tocar con
la cabeza el techo de la cueva.
—¿Dónde está? — pregunta la bruja
—Estaba aquí hace un momento —
contesta uno de los guardias confuso.
—Pues ahora parece que no está, ¿no
te parece?
—No, no es lo que piensas, ¡estaba
aquí! ¡Lo juro!
—Ya hablaremos de eso después —
contesta Escarla con cara de rabia.
La bruja se va y le
siguen sus más fieles guardias intentando disculparse con ella, eso es una gran
oportunidad para mí, ya que mientras ellos discuten yo puedo llegar con sigilo
hasta la caja blanca.
La caja blanca y
metálica que guarda en su interior el origen de mis males, mi desesperación, mi
obsesión, la coca cola.
Abro con
delicadeza su reforzada cerradura y en su interior descubro con horror una gran
decepción.
—¿Coca cola zero? ¿Ya no queda coca
cola original? — me pregunto.
Un gran lamento se
me acumula en la garganta, un grito se esfuerza por salir entre mis labios,
pero intento ser fuerte y me contengo.
—¡Fran! — grita una voz detrás de
mí.
Me giro
sobresaltado y descubro a la bruja Escarla mirándome sorprendida.
—¡Mamá! — grito al verla.
—¿Se puede saber qué haces? Ya
sabes que la coca cola no te sienta bien por la noche, te alteras y luego no
puedes dormir
—Sí, mamá tienes razón, pero me
apetecía mucho — contesto dejando la coca cola zero en el frigorífico.
—Y ¿cómo has conseguido llegar
hasta aquí? ¡tus hermanos estaban en la puerta de la cocina y te han impedido
entrar!
Miro de reojo la
ventana de la cocina y al segundo mi madre se da cuenta de lo que he hecho.
—¿Has entrado con la ventana de la
cocina? — grita horrorizada.
—Lo siento, mamá, no volverá a
ocurrir.
Debido al jaleo,
mi padre entra en la cocina y mi madre no tarda en contarle toda la historia.
Mi padre, en cambio, es más comprensivo que mi madre y se ríe al contarle que
he intentado entrar por la ventana.
—Pero, ¿qué hacías? — pregunta
riéndose.
—Solo estaba jugando, papá —
contesto.
—Anda, ven, te llevaré a la cama.
Mi padre o el rey
García según mi imaginación, me coge en brazos y me lleva a mi habitación,
antes de irme veo a mi hermano bazoka y mi hermano lanzallamas reírse y no dudo
en sacarles la lengua. La caja blanca brilla al fondo del pasillo, esto no es
el final, conseguiré la coca cola original, como que me llamo Mad Fran.
Si te ha gustado…
Este relato me
gustaría dedicárselo a mi novio Fran, un gran apasionado de la coca cola,
espero que este relato te haya hecho reír.
Cómo ya os habréis
dado cuenta, para escribir este relato me he inspirado en Mad Max y su mundo
post-apocalipto de lucha por conseguir gasolina. También me he inspirado en
Waterworld, aunque no es de mis pelis preferidas, pero también persigue un
recurso en un mundo destruido.
La moraleja de
esta historia es que a veces, la imaginación puede ser tan real como el mundo
que te rodea, si no te gusta tu realidad, imagínatela de otra manera y así, el
acto más insignificante como el de conseguir una coca cola, se convertirá en
toda una aventura.
Dicho esto, espero
que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y
opiniones al respecto.
Y un saludo de
Silvia!!
Imagen sacada de: www.wired.com |