Pertenezco a una
organización muy selecta de hombres y mujeres con capacidades especiales para
soportar los viajes en el tiempo. Esta organización se llama Tempus y nuestra
misión es asegurarnos de que la raza humana sobrevive en el futuro. Usamos la
máquina en el tiempo, creada en el año 43.575, para trasladarnos de época en
época.
Tenemos prohibido
viajar al pasado, ya que lo que ha ocurrido nos ha llevado hasta donde estamos
ahora, sin embargo sí que podemos viajar al futuro, tan solo al futuro
inmediato, ya que igualmente tenemos prohibido viajar al año 43.575 y
posteriores.
Imagen sacada de: elmensajedeotrosmundos.blogspot.com.es |
Nuestro objetivo
es tan solo asegurarnos de sobrevivir al futuro inmediato y por ahora lo
estamos consiguiendo.
—Ya, pero ¿Qué pasará cuando
nuestro futuro inmediato sea el año 43.575? — preguntó mi compañero de viajes
Deimus.
—No lo sé Deimus, a lo mejor la
organización Tempus se acaba o a lo mejor dejamos de tener prohibido viajar a
años posteriores a esa fecha.
Mi compañero
Deimus cambió cuando investigando el futuro inmediato, solicitó al Consejo
viajar al año 43.575 para solucionar unos problemas que estaba viendo. El
Consejo le denegó su viaje al 43.575 y desde entonces, mi amigo está empezando
a sospechar que la organización guarda un malvado secreto.
—Y ¿Qué pasaría si viajáramos a esa
fecha sin autorización? — seguía Deimus.
—Probablemente el Consejo te
quitaría tus credenciales de Atemporal y vivirías el resto de tus días exiliado
en la época que el Consejo decidiera y lo más seguro es que no eligieran una
época agradable para vivir, sino una en la que puedes acabar muerto. —
sentencio.
Mi amigo resopla
resignado y me mira de reojo:
—¿En serio no tienes curiosidad por
saber qué pasa? ¿No crees que es un poco raro esa norma?
—Claro que siento curiosidad, pero
no quiero perder mi empleo Deimus, tengo una familia a la que alimentar,
¿Sabes?
Como siempre mi
compañero acaba cediendo y dejando sus dudas otra vez enterradas, para sacarlas
en otro momento posterior.
Tenemos un nuevo
objetivo, detener a un hombre del futuro de matar a otro que se convertiría en
un buen líder para la sociedad. Viajamos en el tiempo, como cualquier otra
misión anterior, en cambio, noto que ocurre algo raro nada más llegar.
—¿Qué pasa? ¿Nos hemos equivocado
de fecha? — pregunto desconcertado.
Miro las lecturas
de los tempómetros y se me hiela la sangre, la pantalla indica que estamos en
año 43.575. Inmediatamente miro a mi compañero con rabia:
—¿Qué has hecho? — le grito
zarandeándole.
—Lo siento Clay, lo siento, pero
tenía que hacerlo.
—¿Sabes lo que nos harán si nos
descubren? ¿Saben lo que nos harán si averiguan que estamos en la fecha
prohibida?
—Lo sé, tenía que habértelo
consultado, pero necesitaba tus huellas para viajar en el tiempo, la máquina
del tiempo la tienen que utilizar dos personas, yo solo no puedo viajar, no
puedo utilizarla.
Le aparto de un
empujón y miro a mi alrededor en busca de una solución. Todavía no es tarde,
todavía podemos volver a nuestro tiempo y olvidarnos de este suceso. Sin
embargo, algo capta mi atención en el horizonte. Los edificios que se alzan a
lo lejos están casi en ruinas, todo a nuestro alrededor esta desértico.
—¿Qué ha pasado aquí? — pregunta
desconcertado Deimus.
La imagen
post-apocalíptica que tenemos ante nuestros ojos me indica dos cosas: una, que
nuestra misión de asegurarnos de que el futuro inmediato prospera fracasa y
dos, que Deimus tiene razón y el Consejo oculta algo.
—Vamos a averiguarlo — contesto.
Llegamos a lo que
queda de la ciudad más próxima, está vacía, no hay nadie, tan solo escombros de
una civilización.
—Sabes lo que esto significa,
¿verdad Clay?
—Sí, que tenías razón, el Consejo
oculta algo — contesto.
—¡Te lo dije! — se ríe nervioso
Deimus.
Pongo los ojos en
blanco y continuo caminando por las desoladas calles. Tras unos minutos, descubrimos
algo conocido, una máquina del tiempo un poco oxidada.
Me acerco a ella y
la observo con detenimiento, extiendo la mano para tocarla, pero mi compañero
me detiene en el acto.
—Cuidado, está activada, si la
tocas podrías aparecer en cualquier parte.
—No en cualquier parte — le corrijo
— sino a dónde han ido todos los que antes vivían aquí.
Deimus reflexiona
y me mira indeciso, pero finalmente accede y ambos tocamos la máquina a la vez.
Nada más hacerlo, nos teletransportamos a una época y un lugar desconocidos
para nosotros.
No estamos solos,
estamos en medio de un pueblo de escasa tecnología. Nos miran sobresaltados al principio,
pero por sorprendente que parezca, no están asustados.
—¿Dónde estamos? — pregunta mi
amigo.
—Donde no, sino cuando — contesta
un anciano que se acerca a nosotros.
El aspecto del
anciano resulta demasiado cuidado como para haber vivido toda su vida en el
campo donde se encuentra ahora:
—Estáis en los primeros años de la
humanidad, en el origen de la creación.
—¿Cómo?
—Veréis, venimos del futuro, de
dónde me imagino que venís vosotros, nuestra sociedad estaba medio destruida y
la única solución que se nos ocurrió en ese momento fue viajar al pasado, pero
no a cualquier pasado sino al principio de nuestra creación y descubrimos con
horror una verdad. No descendemos del mono, no sabemos nuestro origen, ya que
nuestra existencia es circular, nosotros vinimos del futuro y nos instalamos
aquí y así nuestros descendientes conformaron nuestro pasado. No hay futuro
después del año 43.575, tras esa fecha, nuestra raza vuelve al pasado.
Pienso en ello y
me desmorono, ¿Estamos condenados a repetir siempre la misma historia? Recuerdo
todas las misiones que el Consejo nos encomendó, ellos sabían que el mundo se
acababa en el año 43.575 e intentaron evitarlo con nuestra organización, pero
lo que no saben es que si impiden ese futuro apocalíptico, evitaran el origen
de la existencia.
Si te ha gustado…
Lo sé es un poco
“rayada” el relato, cualquier historia sobre viajes en el tiempo lo es, por eso
me he inspirado en “El Fin de la Eternidad” de Isaac Asimov (mi segundo libro
favorito) y “La Patrulla del Tiempo” de Poul Anderson. Dos grandes libros que
indagan sobre este tema.
Con esta historia
quería haceros pensar una cosa: estamos convencidos de que nuestra existencia
es lineal, es decir, que hay un pasado, un presente y un futuro, pero ¿Qué
pasaría si nuestra existencia fuera circular? ¿Qué pasaría si en un determinado
año en el futuro volviéramos al pasado e hiciéramos posible nuestra existencia
en la Tierra?
Dicho
esto, espero que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros
comentarios, dudas y opiniones al respecto.
Y un
saludo de Silvia!!
Imagen sacada de: lacajanegradelmisterio.blogspot.com.es |
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