No puedo ni
imaginarme como debía de ser esto hace diez años. Si ahora me parece un horror
tener que pasar horas enchufada en la máquina del conocimiento para aprender
las lecciones de clase. Imagínate hace unos años, cuando no existía
Conocimiento y los estudiantes tenían que dedicar horas de su tiempo a estudiar
frase por frase cada entramado mensaje. Tenemos mucho que agradecer los
estudiantes de esta época, la forma de examinarnos ha cambiado, ahora todo es
poner en práctica la materia que nos ha transmitido Conocimiento, no tenemos
parte teórica en los exámenes, si la tuviéramos todos la aprobaríamos, ya que
Conocimiento nos graba en el cerebro la misma información.
Imagen sacada de: www.mirelasolucion.es |
El funcionamiento
es el siguiente, si antes cada estudiante al volver de clase tenía que pasarse
horas estudiando para los controles. Ahora tan solo tenemos que llegar de clase
y enchufarnos un par de horas a una máquina, a la que se ha bautizado con el
nombre Conocimiento, para comprender e interiorizar todo lo que los profesores
nos han enseñado. Tenemos más tiempo libre para nosotros que nuestros
antepasados, ya que Conocimiento tarda mucho menos en meternos toda la
información en el cerebro de lo que habríamos tardado nosotros en procesarla
por nosotros mismos.
Sin embargo, desde
hace unos días noto algo distinto, los discos que nos pasan los profesores para
introducirlos en Conocimiento, nos están cambiando. Lo veo en mis compañeros,
quiénes incluso detestando la política ahora se meten y discuten sobre el tema.
He visto en las
noticias lo del plan de la reforma educativa que tiene pensado implantar el
gobierno y las protestas y manifestaciones de los profesores. En cambio, esa
reforma educativa es para bien de los alumnos y tanto los padres como los
estudiantes están contentos con el nuevo programa. Hasta ahora.
Cada vez más y más
mis compañeros y amigos se meten en las protestas de los profesores y eso se
nota sobre todo en clase:
—La reforma chicos, esta reforma
será la que destruirá por completo nuestro sistema educativo… — repite el
profesor Marx.
Los alumnos
aplauden y vitorean al profesor como si de un meeting político se tratara y yo
me pongo mala. Algo está pasando, los profesores están tratando de manipularnos,
de adoctrinarnos.
Noto la mirada del
Marx justo después de haber puesto los ojos en blanco.
—¿Algo qué decir señorita Loons? —
me pregunta.
—No lo entiendo, ¿Qué tiene en
contra del plan de reforma?
—Tiene que estudiar las lecciones
que les pasamos los profesores, señorita Loons, esa reforma pretende erradicar
la existencia de los profesores ya que alegan que la existencia de Conocimiento
realiza toda nuestra labor, pero ¿Vamos a permitir que nos controlen las
máquinas? — grita Marx como si fuera un predicador.
—¡NO! — Gritan al unísono los
estudiantes.
El meeting
continúa y yo pienso que el profesor tiene razón, llevo unas semanas sin
conectarme a Conocimiento. Por eso no estoy ahora como mis compañeros,
vitoreando al profesor como si fuera el nuevo mesías.
Tengo que pensar
en algo, tengo que encontrar la forma de pillar a los profesores metiendo mensajes
subliminales en las lecciones que nos pasan. Para ello, me meto en la sala de
profesores y busco.
No encuentro
mucho, algunas tablets sin contenido, el café del profesor Totels (que tal y
como sospechábamos contiene alcohol) y unas revistas pornográficas del profesor
de gimnasia. Lo normal. Escucho el ruido de unos pasos acercándose y yo me
escondo corriendo en el armario.
A los pocos
segundos la profesora de lengua y la de matemáticas entran en la sala y a mí se
me acelera el corazón.
—¿Tienes preparada las lecciones
para mañana? — le pregunta la de Lengua a la de matemáticas.
—Sí, soy previsora, además he
añadido unos cuantos mensajes más para llegar aún más a mis alumnos.
—Bien hecho, aunque intenta que
esos mensajes no se noten mucho, si los padres se enteran de nuestros planes,
podríamos perderlo todo.
—Entendido — dice haciendo una
ligera pausa la de matemáticas — una pregunta, ¿Qué hacemos con la señorita
Loons? Marx me ha dicho que hoy se le ha enfrentado en clase, sospecha que no se
está enchufando las lecciones.
Intento contener
el aliento tras la puerta del armario y evitar hacer cualquier ruido, ya que
ahora sé que estoy en grave peligro.
—¿De verdad? — pregunta sorprendida
la profesora de lengua — Nos encargaremos de ella entonces, meteremos la idea a
nuestros alumnos de que la señorita Loons es una traidora de la causa y en unos
pocos días, ella desaparecerá, no tendremos de qué preocuparnos.
Veo por la rejilla
de la puerta como las profesoras dejan sus lecciones en una taquilla bajo llave
y salen por la puerta, juntas. Tras unos minutos de espera, decido salir, tengo
intención de salir corriendo por la puerta nada más hacerlo, pero algo me
detiene, la taquilla donde se esconden las lecciones.
La miro de reojo y
finalmente me lanzo. Abro la taquilla con una ganzúa y cojo las lecciones. Sé
que tengo que actuar deprisa y que no tengo tiempo que perder así que conecto
las lecciones al Conocimiento que hay en una esquina y elimino de él todos los
mensajes subliminales que tan perversamente los profesores nos han inculcado.
Antes de quitar los discos de las lecciones se me ocurre otro plan. Un plan
casi tan malvado como el de los profesores, pero necesario para eliminar la
amenaza.
Conecto la cámara
de Conocimiento y me grabo a mí misma:
—Hola compañeros, los profesores
tienen miedo a la reforma educativa porque ello supondrá la eliminación de su
profesión y la implantación definitiva de Conocimiento. Por ello, se han
dedicado a meternos mensajes subliminales en nuestras lecciones, para que
nosotros luchemos por su causa. Nos han manipulado, nos han metido ideas en
nuestra cabeza para controlarnos, pero se acabó. Quiero que mañana, cuando
escuchéis este mensaje, detengáis a los profesores de inmediato y los llevéis
ante las autoridades. Este es el principio, de una nueva Era.
Dejo de grabar y
meto mi mensaje en todas las lecciones que hay dentro de la taquilla. Si ellos
quieren guerra, guerra será lo que tendrán.
Si te ha gustado…
Para escribir este
relato me he inspirado en un montón de películas, entre ellas: en Matrix y su
máquina del conocimiento que hace que Neo aprenda Kung fu, en The faculty y sus
malvados profesores y en La Ola, película alemana que representa muy bien la
teoría de la manipulación de un profesor a sus alumnos.
La moraleja de
esta historia guarda un secreto. Los profesores son personas y como personas
nos resulta muy difícil ser imparciales, por eso, todo el mundo en su vida ha
tenido un profesor cuya ideología es de sobra conocida. No hace falta una
máquina llamada Conocimiento para manipularnos, los humanos tenemos el poder
para hacerlo. Por ello, no dejéis que “las lecciones” de nadie os manipulen.
Dicho esto, espero
que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y
opiniones al respecto.
Y un saludo de
Silvia!!
Imagen sacada de: www.elpelicultista.com |
No hay comentarios:
Publicar un comentario