Contemplo
el infinito mar blanco de nieve tras la ventana de mi coche, es inútil, el
motor está roto, este coche no volverá a arrancar. Los copos de nieve se pegan
al cristal de mi ventana, como estrellas en el firmamento augurando mi destino.
Si salgo moriré congelado y si me quedo sucederá lo mismo.
No
se ve ni un alma en kilómetros, ni humo de población en el horizonte, estoy atrapado
y a menos que venga el misericordioso a salvarme, estoy perdido.
Una
vez más, un último intento, giro la llave del coche y el motor empieza a
chillar como si una uña rasgara una pizarra, quito la llave del contacto con
amargura, es el fin.
Imagen sacada de: echauncable.e |
A
pesar de tener la llave entre los dedos, el chirrido no cesa y no tardo en
darme cuenta de que el sonido no procede de mi coche. Miro hacia atrás más con
miedo que con esperanza, dos tanques de guerra, cuatro furgones de asalto y al
menos un millar de motos de hielo, vienen a por mí.
Cojo
todas mis pertenencias, entre ellas, el bazuca targoláser y me oculto tras la
primera montaña de nieve que veo. Apunto con mi bazuca a mis enemigos y les
observo por el visor. Hace mucho frío y el pulso me tiembla, ahora sí que siento
haberme dejado los guantes en Jetis.
Al
poco de observarles me doy cuenta de que no me persiguen a mí, sino a un pobre
diablo que huye despavorido de la Patrulla. El desgraciado apenas le queda aire
en los pulmones para seguir corriendo, por ese motivo, se alegra tanto de ver
mi coche.
Una
parte de mi piensa en abandonarle a su suerte, los asuntos que ese hombre tenga
con la Patrulla no son mi problema, pero la otra parte no puede evitar ponerse
en su lugar.
Tengo
que pensar rápido, el hombre ya ha llegado a mi coche y no tardará en darse
cuenta de que no arranca.
—Mierda
— digo para mí.
Salgo
de mi escondite y me siento en el asiento del copiloto.
—¡Joder!,
¿Quién demonios eres tú? — grita el desgraciado.
—El
coche no arranca, tenemos poco tiempo — digo rompiendo el cristal frontal del
coche — sal por aquí y arrástrate por el suelo hasta llegar a esa montaña de
allí, yo voy en un segundo.
—¿Y
tú qué vas a hacer? — me pregunta asustado.
—Volar
este sitio — contesto poniendo las cargas en el asiento trasero —¡Vamos!
El
desgraciado me hace caso, sale por la parte frontal del coche como le he dicho
y repta hasta mi anterior escondite. La Patrulla está a punto de llegar, tengo
que darme prisa, conecto los cables y salgo por encima del volante como ha hecho
mi compañero. Ya lejos del alcance de mis enemigos espero.
Las
motos son las que llegan primero, rodean el coche a la espera de que lleguen
sus amigos, tal y como sospechaba, piensan que mi compañero está dentro.
Empiezan a disparar y a llenar mi coche de agujeros de bala, una rueda se
deshincha y el ruido de los cristales rotos rompe la calma invernal.
Cuando
los cargadores se vacían y el silencio y el frío vuelven a reinar en el
ambiente, los ojeadores empiezan a investigar, se acercan al coche a la espera
de encontrar un cadáver, pero el cadáver que encontraran será el suyo. Aprieto
el detonador de mis cargas y el coche sale volando por los aires, llevándose
consigo las vidas de mis enemigos que ahogan sus últimas palabras en gritos.
—¡Wow!
¡ha sido increíble! — chilla mi compañero — ¡gracias amigo! ¡un millón de
gracias! ¡me has salvado la vida!
—No
me has dejado elección, ese era mi coche.
—¡Te
lo compensaré! ¡claro que te compensaré!
Salgo
de nuestro escondite y examino los restos en busca de algo útil.
—Vengo
de Inferno, ¿lo conoces? Es un paraje subterráneo, allí donde todavía hay
calor, si vamos allí mi jefe, el Emperador Nocrum, te recompensará con creces
haberme salvado.
Una
de las motos de hielo funciona, tiene gasolina y el motor ruge como un león.
—Sube
— le digo a mi compañero.
No
tarda en obedecerme y juntos atravesamos el horizonte blanco sin mirar atrás.
De vez en cuando se ve alguna que otra ruina del mundo antiguo, el esqueleto de
algún que otro rascacielos o vehículos ocultos bajo la nieve, ¿quién iba a
decir que se acabaría jodiendo todo tanto?
Inferno
está bajo los túneles del metro y dentro un gran ejército nos aguarda.
—¡Alto
ahí! — nos grita un guardia — ¿quiénes sois?
—Traso
Iníca — se presenta mi compañero — del ejército de Cánibal Igor de la compañía
de la Valquiria Sádica.
—Camarada
— se presenta al guardia dándose un golpe el pecho.
Iníca
le corresponde con el mismo golpe en el pecho y el guardia no tarda en posar su
mirada ante mí.
—¿Quién
es el Fango? — pregunta señalándome.
—Un
héroe, me ha salvado de la Patrulla, Cánibal estará ansioso de conocerle.
El
guardia nos deja pasar y ya dentro, empiezo a preocuparme.
—¿Quién
es toda esta gente? — pregunto.
—Ahora
mismo estamos en Inferno, el oasis poblado del Emperador Nocrum, nuestro líder,
nosotros somos su ejército, conseguimos suministros y alimentos para todos los
que podemos acoger. Las tres Valquirias de Inferno son las líderes supremas, yo
estoy bajo las órdenes de Sádica, la más fiera de las tres. Los Cánibals son
nuestros jefes directos y nosotros, los trasos, somos los soldados.
Todo
un mundo subterráneo se abre ante mí, toda una civilización, tal vez este
podría ser mi sitio, el lugar tranquilo que siempre he deseado.
—Mira
— me señala Iníca — ahí están las Valquirias, la rubia, es Sangre, la morena se
llama Navaja y la pelirroja es…
—Sádica
— contesto.
La
Valquiria me mira, me observa entre la multitud y aunque tendría que ser
imposible fijarme en mí con toda la gente que me rodea, sé que me está mirando.
Le susurra algo a su guardia más cercano sin dejar de mirarme. Algo se cuece en
este sitio, algo que pronto averiguaré.
Si
te ha gustado…
Espero
que hayas disfrutado de esta primera parte de una historia de tres relatos. En
este Especial de Navidad, he decidido orientarlo a una sociedad
postapocalíptica dominada por la nieve y el frío, aunque la verdadera trama de
la historia está aún por salir, me pareció adecuado empezar introduciendo a
nuestro “héroe” y su origen desconocido.
Para
escribir esta historia me he inspirado en Mad Max, pero dándole un toque
navideño (a lo mejor ya te habías dado cuenta de ello).
Dicho
esto, espero que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros
comentarios, dudas y opiniones al respecto.
Y
un saludo de Silvia!!
Imagen sacada de: masqua.ca |
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