No he llegado a
conocer una época sin el Alpha, aunque dicen que era una catástrofe. Guerras y
más guerras azotaban sin cesar, había hambre, podredumbre y desesperanza. Fue
entonces cuando llegó nuestro actual líder, Alpha, y lo cambió todo. Se
implantó un nuevo gobierno, un gobierno cuyos principios se basan en la
disciplina y el trabajo duro.
Dejó de existir la
clase media y solo quedaron dos, o eras tremendamente rico, o eras
tremendamente pobre. La gran mayoría de la población pertenecía a esa segunda
clase, mientras que los líderes de nuestro gobierno tenían suficiente dinero
como para vivir siete vidas.
Imagen sacada de: diverlaura.blogspot.com.es |
La criminalidad
cesó, sin embargo el número de suicidios no dejaba de aumentar. Para remediar
aquello, Alpha implantó una semana al año en la que dejaba a sus ciudadanos un
poco de libertad, esa semana era la última semana de diciembre, las únicas
vacaciones que se nos permitían. Con esa semana al año a la que llamaban La
Holganza, tenían la esperanza de que los suicidios bajaran.
—¿Qué vas a hacer durante La
Holganza? — me preguntó mi compañero Reg mientras trabajábamos en la
construcción.
—No lo sé, supongo que visitaré a
mi madre en Saturn, desde la última Holganza no la he visto.
—Yo creo que haré lo mismo, durante
estas fechas es mejor ir a ver la familia, ¡quién sabe cuándo les volverás a
ver!
Terminamos nuestro
turno y cuando nos disponemos a limpiarnos el polvo y la mugre acumulada lo
veo, el primero de muchos.
—¿Qué es eso? — Pregunto señalando
al callejón de enfrente.
—¡Un muñeco de nieve! — exclama
desconcertado Reg — ¿Quién habrá puesto eso allí?
—No lo sé — afirmo preocupado.
Algo iba mal y lo
presentía. Cada día iban apareciendo más y más muñecos de nieve por toda la
ciudad y según parecía también en el resto del mundo. Estaba llegando un punto
en el que a la gente empezaba a preocuparse.
Los muñecos
aparecían en todas partes, incluso en lugares dónde la nieve no podía llegar.
Yo pensaba que era una broma, que algún joven descerebrado se había dedicado a
poner nerviosa a la gente con eso o simplemente era una moda pasajera.
La Holganza estaba
cerca, apenas quedaban unos días para ella y la invasión de los muñecos de
nieve ya era todo un hecho.
Una vez se me
ocurrió acercarme a uno de ellos, aparentemente parecía normal, pero había algo
siniestro en sus ojos. No eran botones negros como tenían los demás. Metí la
mano en la cabeza del muñeco y saqué su ojo. Su ojo era una cámara.
Inmediatamente
pensé que el asunto de los muñecos de nieve se trataba de una estrategia de
Alpha para mantenernos vigilados. Tiré la cámara al suelo y salí corriendo,
asustado por si me fueran a detener por alterar el orden público.
Poco a poco fueron
apareciendo más y más muñecos con cámaras. En las noticias, el asunto de los
muñecos era siempre el tema principal. Al principio decían que no era nada
peligroso, que algún gamberro los estaba haciendo y que le pillarían, pero
después cambiaron su versión y dijeron que los muñecos eran una medida de
seguridad, para protegernos.
Sin embargo nadie
se lo tragó y la inquietud y el miedo eran palpables en la población. Nos dimos
cuenta de un patrón, había zonas con más concentración de muñecos que otras.
Hasta que un día vimos como el Congreso, el Parlamento y todos los organismos
del partido estaban plagados de muñecos y aunque los quitaran, estos volvían a
aparecer al día siguiente.
Reforzaron la
vigilancia con cámaras, para pillar al causante de estos extraños sucesos, pero
las cámaras de apagaban solas en mitad de la noche y cuando se volvían a
encender, los muñecos ya estaban allí. Pusieron guardias, para vigilar durante la
noche tras el toque de queda, pero estos aparecían muertos a la mañana
siguiente.
A la víspera de la
Holganza, había tantos muñecos en las calles que apenas se podía caminar,
aunque era aún peor en los edificios del partido, dónde todos los muñecos
vigilaban desafiantes todas las salidas.
Aquella noche hubo
un gran estruendo y todos los vecinos nos asomamos a la ventana asustados. Los
edificios de Alpha habían explotado. En las noticias dijeron que habían sido
los muñecos más próximos a los edificios los que habían explotado y que por
tanto todas las residencias del partido estaban destruidas.
Se desconocía el
número de muertos, pero los había. Todos esperábamos a que Alpha diera un
discurso para tranquilizar a la población, pero ese discurso no llegaba y a
gente no salía de sus casas por miedo a lo que pudiera pasar:
—¿Qué crees que está pasando? — me
pregunto mi amigo Reg.
—No lo sé
Había invitado a
mi compañero a casa, porque tanto él como yo teníamos miedo y no quería pasar
el primer día de Holganza solo. Estábamos viendo las noticias, cuando de pronto
se paró la conexión y en lugar de ver a Mary Culgins, presentadora de
televisión, vimos a un hombre enmascarado. Llevaba una máscara de un muñeco de
nieve un tanto siniestra y si dirigió a nosotros con total tranquilidad:
—Buenos días ciudadanos, permítanme
que me presente, soy Frío y me presento aquí ante ustedes para anunciarles que
el líder Alpha y todos los villanos que han dirigido este país durante décadas
están ahora sepultados por la nieve. Querría celebrar con vosotros este primer
día de Holganza con un poco de reflexión. Permitimos que un gobierno tirano nos
controlase ya que preferisteis la seguridad y protección antes que vuestra
libertad. Sin embargo, hace unos meses me encontraba en un puente a punto de
tirarme, cuando me di cuenta de que no era el único que estaba allí, había
otros con la misma intención de tirarse al vacío.
<<Reuní un
grupo cada vez más numeroso de gente en contra de la sociedad y finalmente,
atacamos. Ahora tenéis la oportunidad de cambiar las cosas, de crear un nuevo
régimen que sea satisfactorio para todos, mirar hacia el futuro y pensar en el
nuevo mañana.>>
Si te ha gustado…
Si, lo sé, este
relato es idéntico a V de Vendetta y tenéis razón, es V de Vendetta pero con un
toque navideño. Sin embargo, es posible que no hayáis pillado un pequeño guiño
a Flash, para el nombre de nuestro “V” me he inspirado en un villano del
superhéroe velocista, el Capitán Frío.
Con esta historia
quiero que penséis una cosa: “las cosas que son ciertas ahora, no tienen por
qué ser ciertas mañana” de un día para otro todo puede cambiar, así que no
esperéis al año nuevo para llenar vuestros propósitos de buenas promesas,
¡Empezar ahora! Ya que todo es posible.
Dicho esto, espero
que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y
opiniones al respecto.
Y un saludo de
Silvia!!
Imagen sacada de: es.frozen.wikia.com |
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