Intentamos
dialogar con Valquiria Sangre, convencerla de que estamos haciendo lo correcto,
pero ni siquiera su hermana Sádica consigue hacerla entrar en razón.
—Camarada
Sangre, por favor, el Emperador Nocrum nos matará a todos si regresamos, el
Hombre de Nieve es nuestra única escapatoria — lo intento una vez más.
—¡Cállate
Traso Iníca! — dice escupiendo en la nieve — ¡eres un traidor!
—¿Quién
es el Hombre de Nieve? — pregunta Valquiria Navaja.
—¡Y
tú no les sigas el juego, Navaja! — exclama Sangre.
—El
Hombre de Nieve es el único que puede acabar con el Emperador Nocrum, es
nuestra única esperanza de salvarnos de su tiranía — repite Sádica.
—¿En
serio? ¿y tú qué dices Fango?
—Mi
nombre es Roger Dax — dice con firmeza.
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—Ya
y ¿a quién le importa? — dice Sangre con rabia — todavía no me puedo creer que
Sádica haya convencido a toda esta gente para seguirla en esta misión inútil,
¿tenéis idea de a quién habéis jurado lealtad? ¿sabéis quién es la Valquiria a
la que seguís?
—¡Sangre,
cállate! — exclama Sádica.
—No,
deben saberlo. Sádica se labró ese nombre al llegar a Inferno, estaba
destrozada porque la Patrulla había torturado y matado a su hermana. El
Emperador Nocrum le dijo que si se unía a él, ella conseguiría vengarse de
aquellos que destrozaron a su hermana. Ella le juró lealtad y pocos días
después, Sádica obtuvo su venganza, ¿queréis saber cómo se vengó?
Miro
a Sádica con miedo a lo que su hermana pueda decir, ella en cambio, permanece
en silencio, consciente de que haga lo que haga o diga lo que diga, Sangre
terminará de contar su terrible historia.
—Le
arrancó la pierna al hombre que maltrató a su hermana y le golpeó una y otra
vez con su propio miembro desmembrado hasta que murió. Esa es la persona a la
que seguís.
Por
un segundo, todos se callaron, ni siquiera el viento o el ruido de los copos de
nieve al llegar al suelo perturbaron esa paz. Roger Dax fue el primero en
romper aquel silencio:
—Eso
no importa, no importa lo que hayamos hecho en el pasado, lo que importa es lo
que hagamos en el futuro. Tu señor es cruel y castiga a sus ciudadanos, no es
mejor que la Patrulla.
—Eso,
se lo podrás decir tú mismo al Emperador cuando le veamos — contesta Sangre de
cuclillas — atarlos a mi Perforador Trineo y larguémonos de aquí.
Los
vehículos se mueven, ansiosos por regresar a casa, mientras que algunos de los
Trasos de Sangre y Navaja se encargan de atar nuestras manos a las cuerdas que
salen del maletero del Perforador. Nos ponen esquís en los pies y sospecho que
nos piensan llevar a rastras hasta Inferno de la forma más horrible del mundo.
El
Perforador Trineo arranca el motor y cuando empieza a moverse, Sádica, Roger y
yo salimos despedidos. Luchamos por mantenernos de pie y gracias a los esquís
lo conseguimos. Sin embargo, cuando estamos a mitad de camino, algo cambia, una
de las motos de hielo rompen nuestras cuerdas, es uno de los Trasos de
Valquiria Navaja.
—¡Corred!
¡hacer lo que tengáis que hacer! ¡yo me encargo de Sangre! — nos grita
Valquiria Navaja desde su todoterreno.
No
esperamos ni un segundo más, les quitamos las estalactitas y estalagmitas a los
motoristas y las usamos para darnos impulso con los esquís, corremos en
dirección norte, allá dónde perdimos de vista a nuestro ejército.
Valquiria
Sangre no tarda en darse cuenta del cambio de bando de su hermana Navaja y loca
de rabia da la vuelta a sus máquinas de guerra.
Navaja
trata de retenerla, granadas hielo y bombas avalancha arrasan con todo, pero no
miramos atrás, nos concentramos en seguir adelante.
—¡Traidora!
— grita Sangre a su hermana.
Los
motoristas de Navaja consiguen pinchar las ruedas del todoterreno de Sangre,
pero ella no está dispuesta a rendirse tan fácilmente. Con una estalactita y
una estalagmita a cada mano salta de su vehículo en llamas y con un grito de
guerra consigue llegar hasta el capó del todoterreno de Navaja.
Sé
que no debo mirar, que debo mantener mi mirada fija en el camino y huir de ese
escenario lo más rápido posible, pero mis ojos no pueden apartar la vista de
Sangre y su locura.
Valquiria
Sangre atraviesa el cristal con sus dos poderosas lanzas, llevándose consigo la
vida de Valquiria Navaja.
—¡No!
— grita Sádica.
—Debemos
irnos — afirma Roger — nos están esperando.
Con
mucho pesar, seguimos esquiando hasta que vemos la estrella, la estrella que
nos indica el camino hasta el Hombre de Nieve. Nuestro ejército está a pocos
kilómetros de nuestra posición y no tardan en frenar en seco en cuanto nos ven.
—Creíamos
que no regresaríais — dice Cánibal Igor al vernos.
—Por
un momento yo también — afirma Sádica — ¡en marcha!
El
camino es arduo y tedioso, los vientos han dejado de soplar y la noche ha
empezado a apoderarse del camino, ya no nieva, pero en su lugar el frío se ha
hecho tan fuerte que quema.
En
la lejanía lo vemos, las luces de colores, las luces de los árboles. Esa es la
señal que indica que estamos cerca del Hombre de Nieve.
—¡Alto!
— ordena Valquiria Sádica.
Sádica
se baja del todoterreno, seguida de Roger Dax y Cánibal Igor, juntos
acompañamos a nuestra Valquiria en la búsqueda de nuestro salvador. Tras las
luces de colores le vemos, es un hombre gordo vestido de rojo. Tras su larga
barba blanca nos sonríe, él es el Hombre de Nieve, él es nuestro salvador.
Si
te ha gustado…
¿Quién
puede salvar el invierno si no es Papá Noel? Con este toque navideño termina
este Especial de Navidad algo postapocalíptico.
Inspirado
en la película de Mad Max, furia en la carretera, puede que deje un poco de
intriga y un poco de curiosidad por saber qué es lo que ha pasado, por qué el
mundo se ha congelado y destruido, pero eso es otra historia…
Dicho
esto, espero que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros
comentarios, dudas y opiniones al respecto.
Y
un saludo de Silvia!!
Imagen sacada de: www.supercoloring.com |
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