domingo, 14 de enero de 2018

El Disparo

No me gusta tener que darle esta mala noticia a ella, pero las reglas de la empresa son claras. Hace más de un año que está con nosotros y Diana no ha conseguido alcanzar las expectativas de la compañía como se esperaba. Dado que soy su jefe, me ha tocado ser quién le dé la noticia. Afortunadamente no estaré solo, mi compañero y amigo Félix estará a mi lado y ambos como jefes de Diana le comunicaremos su baja en la empresa.
Tengo un motivo oculto por el cual esta situación me incomoda el doble y ese motivo es que Diana me gusta, me gusta más de lo que la empresa permitiría y si le digo que está despedida, temo no poder tener un futuro con ella después. Sin embargo, ya es tarde, Félix, Diana y yo nos hemos reunido en una sala, amplia y acristalada, para hacer nuestro trabajo.
—Bueno, Diana — empieza Félix — te hemos reunido aquí para preguntarte sobre cómo te has visto en la empresa estos últimos meses.
—Yo me he visto bien, de hecho creo que mejor que el trimestre pasado — se ríe.
—Bueno pues te hemos traído hasta aquí porque nosotros no lo hemos visto igual.
La cara de incredulidad de Diana se hace patente, ella siempre ha sido muy expresiva.
—Y me temo que esto ha llegado a los gerentes y han tomado la decisión, en consecuencia, de finalizar tu contrato hoy.

Un susurro, un segundo, un disparo. El tiempo se para por un instante y una bala impacta en la cabeza de Diana. El cuerpo de Diana cae inerte al suelo y la sangre empieza a salir por el agujero de su frente. Busco el orificio de entrada de la bala, hay un agujero en el cristal, alguien la ha disparado desde otro edificio. Busco al culpable, pero no veo nada.
Imagen sacada de: www.europapress.es
—¡Voy a buscar ayuda! ¡tapa la herida! — me grita Félix antes de salir corriendo de la sala.
Es inútil tapar la herida, ha sido un disparo limpio a la cabeza, un profesional, ha tenido que ser un profesional. Su mirada perdida mira al infinito, está muerta.
Estoy en shock, ni siquiera me entero cuando llega la policía y los médicos, me sacan del edificio y cuando me quiero dar cuenta estoy sentado en la ambulancia con una manta sobre los hombros.
—¿Qué ha pasado? — pregunto aún aturdido a mis amigos.
—Alguien ha disparado a Diana desde otro edificio — contesta Mari Loli.
—Un francotirador — aclara Dana.
—Pero, ¿quién ha podido hacer una cosa así? Y ¿por qué?
Nadie lo sabe. Nadie tiene respuestas. Sin embargo yo no puedo dejarlo pasar, no por alguien que me importa tanto como ella.
Pasados los días y tras el funeral, empiezo a investigar, ¿quién la odiaba? ¿quiénes eran sus enemigos? Todo lo que pueda averiguar. Sin embargo, descubro poco.
Su vida gira en torno al misterio, no tiene casa, ni documentación, no tiene nada. Ha salido de la nada, como si fuera una espía del gobierno o un criminal.
Me siento en el banco de su parque favorito y me la imagino paseando por sus caminos, en una de las barcas del estanque o comprando un perrito caliente en uno de los food trucks. Es entonces cuando escucho una especie de chispazo, alguien me ha hecho una foto.
Busco el origen del ruido y me adentro en el bosque, la autora de la foto intenta huir, pero yo la alcanzo antes, es Diana.
—¡Diana! — exclamo atónito — esto no puede ser, ¡si estás muerta!
—Es complicado — dice ella un poco aturdida.
—Te vi morir, vi como tus ojos se apagaban, ¡estabas muerta!
—Por favor, no montes una escena y déjame que te lo explique.
Me callo y aguardo la incomprensible explicación que lo aclarará todo.
—Vengo del futuro y en ese futuro, tú eres muy importante, tu reactor de fusión nos salvará a todos de la extinción. Sin embargo, los Tornaroks, unos alienígenas que quieren conquistarnos, quieren matarte y evitar así que inventes el reactor de fusión que acabará con ellos.
—Un segundo, ¿me estás diciendo que vienes del futuro?
—Así es.
—¿Y cómo sobreviviste a ese disparo en la cabeza? ¿cómo has viajado en el tiempo?
—Robamos una de sus máquinas del tiempo a los Tornaroks y con ella, puedo mantenerte con vida. Soy, por decirlo así, tu guardaespaldas, te protejo de esos monstruos que insisten en matarte.
—Y ¿yo qué puedo hacer?
—Debes acabar tu reactor y debes terminarlo hoy.
—¿Por qué hoy?
—Porque hoy es el día del juicio final.
De repente unas manchas aparecen en nuestro cielo provocando un ruido parecido al que hacen los aviones, las manchas se acercan y al poco me doy cuenta de que son naves espaciales. Los Tornaroks vienen a por nosotros y la supervivencia de la especie depende de nosotros.







Si te ha gustado…

He escrito esta historia inspirándome en Terminator y sus viajes en el tiempo. Si un enemigo externo fuera capaz de viajar en el tiempo, tendría que crearse en consecuencia una policía atemporal que controlara y mantuviera el pasado intacto.
Con este relato quiero transmitir una idea, nunca se llega a conocer a alguien del todo y si tomas una decisión debes tener presente las posibles consecuencias que pueda acarrear.
Dicho esto, espero que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y opiniones al respecto.
Y un saludo de Silvia!!

Imagen sacada de: www.1zoom.me

sábado, 6 de enero de 2018

ESPECIAL NAVIDAD: El Hombre de Nieve

Intentamos dialogar con Valquiria Sangre, convencerla de que estamos haciendo lo correcto, pero ni siquiera su hermana Sádica consigue hacerla entrar en razón.
—Camarada Sangre, por favor, el Emperador Nocrum nos matará a todos si regresamos, el Hombre de Nieve es nuestra única escapatoria — lo intento una vez más.
—¡Cállate Traso Iníca! — dice escupiendo en la nieve — ¡eres un traidor!
—¿Quién es el Hombre de Nieve? — pregunta Valquiria Navaja.
—¡Y tú no les sigas el juego, Navaja! — exclama Sangre.
—El Hombre de Nieve es el único que puede acabar con el Emperador Nocrum, es nuestra única esperanza de salvarnos de su tiranía — repite Sádica.
—¿En serio? ¿y tú qué dices Fango?

—Mi nombre es Roger Dax — dice con firmeza.
Imagen sacada de: mx.depositphotos.com
—Ya y ¿a quién le importa? — dice Sangre con rabia — todavía no me puedo creer que Sádica haya convencido a toda esta gente para seguirla en esta misión inútil, ¿tenéis idea de a quién habéis jurado lealtad? ¿sabéis quién es la Valquiria a la que seguís?
—¡Sangre, cállate! — exclama Sádica.
—No, deben saberlo. Sádica se labró ese nombre al llegar a Inferno, estaba destrozada porque la Patrulla había torturado y matado a su hermana. El Emperador Nocrum le dijo que si se unía a él, ella conseguiría vengarse de aquellos que destrozaron a su hermana. Ella le juró lealtad y pocos días después, Sádica obtuvo su venganza, ¿queréis saber cómo se vengó?
Miro a Sádica con miedo a lo que su hermana pueda decir, ella en cambio, permanece en silencio, consciente de que haga lo que haga o diga lo que diga, Sangre terminará de contar su terrible historia.
—Le arrancó la pierna al hombre que maltrató a su hermana y le golpeó una y otra vez con su propio miembro desmembrado hasta que murió. Esa es la persona a la que seguís.
Por un segundo, todos se callaron, ni siquiera el viento o el ruido de los copos de nieve al llegar al suelo perturbaron esa paz. Roger Dax fue el primero en romper aquel silencio:
—Eso no importa, no importa lo que hayamos hecho en el pasado, lo que importa es lo que hagamos en el futuro. Tu señor es cruel y castiga a sus ciudadanos, no es mejor que la Patrulla.
—Eso, se lo podrás decir tú mismo al Emperador cuando le veamos — contesta Sangre de cuclillas — atarlos a mi Perforador Trineo y larguémonos de aquí.
Los vehículos se mueven, ansiosos por regresar a casa, mientras que algunos de los Trasos de Sangre y Navaja se encargan de atar nuestras manos a las cuerdas que salen del maletero del Perforador. Nos ponen esquís en los pies y sospecho que nos piensan llevar a rastras hasta Inferno de la forma más horrible del mundo.
El Perforador Trineo arranca el motor y cuando empieza a moverse, Sádica, Roger y yo salimos despedidos. Luchamos por mantenernos de pie y gracias a los esquís lo conseguimos. Sin embargo, cuando estamos a mitad de camino, algo cambia, una de las motos de hielo rompen nuestras cuerdas, es uno de los Trasos de Valquiria Navaja.
—¡Corred! ¡hacer lo que tengáis que hacer! ¡yo me encargo de Sangre! — nos grita Valquiria Navaja desde su todoterreno.
No esperamos ni un segundo más, les quitamos las estalactitas y estalagmitas a los motoristas y las usamos para darnos impulso con los esquís, corremos en dirección norte, allá dónde perdimos de vista a nuestro ejército.
Valquiria Sangre no tarda en darse cuenta del cambio de bando de su hermana Navaja y loca de rabia da la vuelta a sus máquinas de guerra.
Navaja trata de retenerla, granadas hielo y bombas avalancha arrasan con todo, pero no miramos atrás, nos concentramos en seguir adelante.
—¡Traidora! — grita Sangre a su hermana.
Los motoristas de Navaja consiguen pinchar las ruedas del todoterreno de Sangre, pero ella no está dispuesta a rendirse tan fácilmente. Con una estalactita y una estalagmita a cada mano salta de su vehículo en llamas y con un grito de guerra consigue llegar hasta el capó del todoterreno de Navaja.
Sé que no debo mirar, que debo mantener mi mirada fija en el camino y huir de ese escenario lo más rápido posible, pero mis ojos no pueden apartar la vista de Sangre y su locura.
Valquiria Sangre atraviesa el cristal con sus dos poderosas lanzas, llevándose consigo la vida de Valquiria Navaja.
—¡No! — grita Sádica.
—Debemos irnos — afirma Roger — nos están esperando.
Con mucho pesar, seguimos esquiando hasta que vemos la estrella, la estrella que nos indica el camino hasta el Hombre de Nieve. Nuestro ejército está a pocos kilómetros de nuestra posición y no tardan en frenar en seco en cuanto nos ven.
—Creíamos que no regresaríais — dice Cánibal Igor al vernos.
—Por un momento yo también — afirma Sádica — ¡en marcha!
El camino es arduo y tedioso, los vientos han dejado de soplar y la noche ha empezado a apoderarse del camino, ya no nieva, pero en su lugar el frío se ha hecho tan fuerte que quema.
En la lejanía lo vemos, las luces de colores, las luces de los árboles. Esa es la señal que indica que estamos cerca del Hombre de Nieve.
—¡Alto! — ordena Valquiria Sádica.
Sádica se baja del todoterreno, seguida de Roger Dax y Cánibal Igor, juntos acompañamos a nuestra Valquiria en la búsqueda de nuestro salvador. Tras las luces de colores le vemos, es un hombre gordo vestido de rojo. Tras su larga barba blanca nos sonríe, él es el Hombre de Nieve, él es nuestro salvador.








Si te ha gustado…

¿Quién puede salvar el invierno si no es Papá Noel? Con este toque navideño termina este Especial de Navidad algo postapocalíptico.
Inspirado en la película de Mad Max, furia en la carretera, puede que deje un poco de intriga y un poco de curiosidad por saber qué es lo que ha pasado, por qué el mundo se ha congelado y destruido, pero eso es otra historia…
Dicho esto, espero que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y opiniones al respecto.
Y un saludo de Silvia!!

Imagen sacada de: www.supercoloring.com