Los programas de
bromas siempre han sido muy populares en nuestra sociedad, la gente se muere de
la risa viendo a gente en situaciones absurdas y como éstas reaccionan ignorantes
de la cámara oculta, pero ¿dónde está el límite entre una broma graciosa y una
broma de mal gusto?
El programa
“Bromas Nocturnas” se ha vuelto famoso precisamente por eso, por gastar bromas
pesadas. El sistema es bastante simple, cualquiera te puede gastar una broma
pesada y grabarte en el momento, para luego mandarle el video al programa.
Cuanto más obscena, escatológica o bochornosa sea la broma, más posibilidades
hay de que la emitan.
Imagen sacada de: terrorpsicologico1.blogspot.com.es |
Nadie se imaginaba
que el programa llegara a tener tanta audiencia, pero la pérdida de valores y
de moralidad ya ha hecho mella en nuestra sociedad.
Las bromas dejaron
de tener gracia cuando empezaron a ser ilegales y a pesar de los intentos de la
policía de detener la emisión, el programa seguía en antena.
Yo vivía mirando
hacia otro lado, ignorando las barbaries por las que las víctimas del programa
les tocaba pasar, ya que hasta que no te pasa a ti, siempre parece que las
desgracias son menores.
—¡Dios santo! ¿ya es esta hora? —
exclamo al fijarme en el reloj de la oficina.
Miro a mi
alrededor y descubro que soy una única que todavía sigue aquí trabajando.
Aunque tengo mucho trabajo, el cansancio se apodera de mí y decido dejar lo que
me queda para el día siguiente. Recojo y llamo al ascensor, pero un sonido
cercano me alerta.
—¿Hay alguien ahí? — pregunto
inútilmente a la puerta movida por el viento.
Unos pasos corren
hacia mí y sobresaltada grito al ver a un hombre ponerme una capucha negra en
la cabeza. Me golpean.
Cuando despierto
estoy atada a una silla y a pesar de que solo consigo ver un foco apuntándome a
la cara, reconozco el característico suelo de la oficina, sigo en el trabajo.
Mis ojos se
adaptan a la repentina luz brillante que nubla mi vista, horrorizada contemplo
a un grupo de personas a mi alrededor, pero no son personas corrientes, van
disfrazados de payasos.
—¿Quiénes sois? — pregunto mareada.
—Bueno, bueno, bueno, un pajarito me ha dicho que te acaban de ascender
en el trabajo, ¡por ese motivo hemos venido a darte esta sorpresa!
La chirriante voz
del payaso jefe me taladra los oídos.
—Vale, ya me habéis dado la
sorpresa, ahora dejarme salir.
—Nada de eso, pippireta, debes abrir tu regalo.
Uno de los payasos
lleva una cámara y graba al payaso jefe mientras este me acerca un regalo
cuidadosamente envuelto. Todos los demás gritan eufóricos, resuenan sus
trompetas y saltan ansiosos de la emoción.
Sé que no debo
abrir el regalo, sé que dentro hay algo horrible para mí y busco
desesperadamente una salida a mí alrededor.
—¿Me dejas que te ayude con el envoltorio? ¡estoy tan ansioso que no me
puedo resistir! — me dice el payaso jefe con una mirada salvaje.
Tras la tapa, el
horror se desata, la caja está llena de minúsculas arañas rabiosas, éstas salen
despavoridas y furiosas a la menor oportunidad. Chillo de horror tras las
primeras picaduras e intento por todos los medios quitármelas de encima, del
esfuerzo, la silla se cae al suelo y me retuerzo ferozmente de un lado para
otro luchando por quitármelas de encima.
Los payasos se
ríen, vociferan y cantan desaforados como si fuera la broma más graciosa del
mundo. Algunos me apalean mientras me retuerzo en el suelo, como bestias
enloquecidas, otros empujan las arañas que huyen de nuevo hacia mí.
Tras mucho
forcejeo, tras mucha rabia contenida, mis ataduras se rompen y me levanto
furiosa del suelo, con un único objetivo, acabar con todos.
Me pegan con bates
de béisbol para que vuelva al suelo, pero entre la marabunta de payasos,
consigo hacerme con uno de sus bates. Pillo a uno por banda y le empiezo a
pegar con saña.
—¡Quitármela de encima! ¡Quitármela
de encima! — grita el payaso en el suelo.
Intentan salvar a
su amigo, pero ya es tarde, las arañas del suelo se han lanzado a por él, al
mismo tiempo que la sangre de su cabeza empieza a emanar.
—¡Para que lo vas a matar! ¡PARA! —
me intenta frenar uno de ellos.
Pero yo no paro,
quiero que esto se grabe en sus retinas, quiero que se den cuenta de que
conmigo no se mete nadie y quiero también hacerles ver el daño que una simple
broma puede hacer.
—¡Cristina para! ¡solo era una
broma! ¡te estábamos gastando una broma! — dice el payaso jefe.
En ese momento el
bate se rompe por la mitad, el cráneo destrozado de mi víctima me ha salpicado
la ropa de sangre. Me giro hacia los demás y descubro que el payaso jefe se ha
quitado la máscara, es Elisa.
—Debí imaginarlo — digo al verla —
no pudiste soportar que me ascendieran a mí y no a ti y por eso has montado
todo este circo.
Elisa mira hacia
otro lado con una mueca que revela más verdad de la que quiere mostrar.
Todos ellos,
todos, son mis compañeros, mis supuestos amigos del trabajo, ellos son los que
quisieron gastarme una “Broma nocturna”. El cámara sigue grabando, como un
reportero ávido de carroña. Me acerco a él con una mirada sádica y le hablo al
objetivo.
—Las bromas dejan de tener gracia
cuando solo el que las hace se ríe. Dado que nadie está dispuesto a hacer nada
por acabar con las Bromas Nocturnas, insto a todas las víctimas de este acoso
sin precedentes a que se unan a mí. ¡Y vosotros, los bromistas del averno, con
violencia nacisteis, pero con violencia moriréis!
Me giro de nuevo
hacia el payaso muerto y recojo entre sus sesos algo que no llevaban los demás
payasos:
—Quien ríe el último, ríe mejor.
Apunto con el arma
al payaso cámara y disparo.
Si te ha gustado…
Para escribir esta
crítica social me he inspirado en el acoso escolar y en todos aquellos que han
tenido que defenderse alguna vez de abusones sin gracia.
Una broma es
cuando dos personas se ríen de algo gracioso e inofensivo, pero cuando esa
broma es acosta de otra persona, se transforma en algo mucho más peligroso.
La moraleja de
esta historia, es mi lema en la vida, no hagas nada que no te gustaría que te
hicieran a ti.
Dicho esto, espero
que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y
opiniones al respecto.
Y un saludo de Silvia!!Imagen sacada de: www.scmediation.org |
No hay comentarios:
Publicar un comentario