Éramos como
dos gotas de agua de distintas nubes. Siempre me han fascinado los espejos,
pensamos que nuestro reflejo somos nosotros, pero qué pasaría si no fuera así.
He dedicado
toda mi vida a estudiar los espejos, muchos creen que mi obsesión por ellos es
una tontería, sin embargo ellos no saben lo que he descubierto. Hace unos meses
creé un aparato para poder comunicarme con mi reflejo y sorprendentemente me
contestó. Descubrí que lo que parecía mi reflejo, era en realidad una versión
de mí en otra dimensión. Empecé a investigar sobre ese universo paralelo,
mantenía largas charlas con mi reflejo y pronto nos hicimos amigos.
Mi reflejo se
llama Rubén, justo como me hubieran llamado mis padres, si no les hubiera
gustado más José. El universo de Rubén era completamente opuesto al mío, cuando
en nuestro universo tomamos una decisión, en su universo se toma la decisión
contraria.
A Rubén no le
gustaba mucho hablar de su universo, sin embargo, se emocionaba mucho cuando le
hablaba del mío.
Nuestra
amistad se hacía cada vez más fuerte y empecé a pensar una forma para que mi
amigo viajara hasta nuestro mundo. Estuve varios meses pensando y diseñando
algún aparato que pudiera darme lo que tanto buscaba y lo conseguí.
—Entonces, ¿Dices que con éste aparato podré
viajar a tu mundo? — preguntó Rubén.
—Sí tranquilo, funcionará, solo tengo que
conectarlo al espejo.
Una vez
conectado mi invento, Rubén tocó su espejo y mi espejo reaccionó a su tacto
provocando unas ondas, como si hubiera tocado un lago de aguas tranquilas.
Rubén pasó a través del espejo y yo no podía estar más feliz, nos abrazamos
contentos de por fin estar juntos y me dispuse a enseñarle todo mi mundo.
Fue el día más
feliz de mi vida, mi reflejo se sorprendía y maravillaba con todo lo que había
a su alrededor y las diferencias de nuestros mundos. La gente pensaba que
éramos hermanos gemelos, aunque los dos sabíamos que no era así. Llego la hora
de despedirse, Rubén debía volver a su mundo. Sin embargo, él no quería volver.
—¿Qué ocurre? — le pregunté.
—He estado pensando, que tal vez, podríamos usar
este aparato para algo más que para hacernos visitas — me contestó ensimismado.
—¿Qué quieres decir?
—Mi mundo se muere, José, sé que no te lo había
dicho antes, pero es así. Sin embargo tu puedes salvar a nuestro planeta, si
creas un aparato como este en todos los espejos de tu mundo, toda mi gente
podría salvarse. Sé que mi gente ha cometido errores, pero ¿No merecemos una
segunda oportunidad?
—No sé Rubén, no me parece una buena idea.
—Piensa en lo que te convertirías, habrías salvado
a todo un planeta, serías un héroe y juntos podríamos llevar a nuestros dos
mundos a lo más alto, ¡Podríamos hacer lo que quisiéramos!
—Creo que si hiciéramos eso, acabaríamos siendo
algo que no somos.
Rubén agachó
la cabeza claramente decepcionado:
—Entiendo, en ese caso, no me dejas otra opción.
Antes de que
me pudiera dar cuenta, Rubén me clavó un cuchillo en el costado, mi
incredulidad se transformó en ira y cualquier efímero sueño de unión se
desvaneció. Conseguí quitarme el cuchillo del costado y se lo clavé a Rubén en
la garganta. Contemplé como su mirada se nublaba y como sus labios intentaban
pronunciar una súplica que yo no iba a aceptar.
—No… he hecho…
nada… que… no hubieras hecho… tú — consiguió pronunciar.
Algo en mí se
rompió, él era yo y yo era él, aunque viviéramos en mundos distintos, éramos
iguales. Aquello significaba que lo que había sido él, podría llegar a ser yo.
Éramos como dos gotas de agua de distintas nubes.
Si te ha gustado…
Tengo que
confesarte algo, me encanta usar la epanadiplosis en mis relatos. La
epanadiplosis, es una figura retórica de construcción que consiste en terminar
una frase con la misma palabra con la que empieza. En este texto he usado esa
figura retórica con “éramos como dos
gotas de agua de distintas nubes”, que, como puedes comprobar, uso esa
frase tanto al principio como al final del relato.
Me hice fan de
la epanadiplosis tras ver la película de Sin City, peli que te recomiendo, en
ella usan ese recurso con cada historia y me encanta, con lo que es probable
que lo use en otros relatos.
Cambiando de
tema, este relato se me ha ocurrido mirándome al espejo, ¿Lógico no? Sé que
está muy visto tal vez lo de viajar a través del espejo, pero con este relato
quería transmitir algo distinto.
Como diría
Sirius Black “todos tenemos luz y
oscuridad en nuestro interior” y eso es exactamente lo que quiero
demostrar. Muchas veces hacemos cosas que creíamos que jamás haríamos, pero las
hacemos, ¿Por qué? Pues porque nuestras circunstancias han cambiado y nadie
sabe lo que estaría dispuesto a hacer hasta que se encuentra en esa situación.
Piensa en ello, ¿Eres un lobo con corazón de oveja? O ¿Una oveja con corazón de
lobo?
Dicho esto,
espero que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros comentarios,
dudas y opiniones al respecto.
Y un saludo de
Silvia!!
Imagen sacada de: guiainfantil.com
|