domingo, 24 de septiembre de 2017

Sin Raíces

Primera semana:

Querido diario,

Mis vacaciones en Tailandia han sido extraordinarias y he conseguido llevarme muchos buenos recuerdos de allí, que sé que me durarán toda la vida: la figura del elefante, joyas y un montón de ropa, aunque el objeto más interesante que he conseguido de Tailandia ha sido sin duda una semilla de alguna fruta exótica.
Nadie me ha sabido decir de qué clase de planta pertenece esa semilla y eso es lo que la hace tan original. Nada más llegar a casa me he comprado una maceta para plantar la semilla, así, de esta forma, no solo me recordará mi viaje cada vez que vaya a regar la planta, sino que además, cuando crezca, podré averiguar su origen.

¡Estoy muy emocionada!
Imagen sacada de: www.taringa.net

Segunda semana:

Querido diario,

¡La planta está creciendo! Esta mañana al despertarme, he visto que ha salido un pequeño y débil tallo verde de la maceta, aunque siempre se me ha dado mal cuidar plantas y siempre se me han acabado muriendo, ésta parece florecer con mis cuidados.
Seguiré regando la planta dos veces a la semana y la dejaré al lado de la ventana para que reciba un poco la luz del sol. Más adelante, cuando sepa qué tipo de planta es, investigaré cuales son los cuidados específicos que hay que llevar.

Tercera semana:

Querido diario,

La planta crece a un ritmo extraordinario, ya se pueden vislumbrar sus hojas y flores y el tallo que antes se parecía más a una brizna de hierba que a un tallo, se ha fortalecido.
Dado que ya se pueden apreciar mejor sus exóticas cualidades, he intentado investigar qué tipo de planta podría ser y aunque hay opciones posibles: la Rafflesia Arnoldii o la Hydnora africana, ninguna de esas opciones es claramente igual a mi planta.

Cuarta semana:

Querido diario,

Esta noche he invitado a mis amigos a cenar y lo primero en lo que se han fijado todos ha sido en la planta, todos han mostrado un gran interés en ella y en su origen. Seguimos sin saber qué planta es, lo que me está resultando un poco frustrante.
Sin embargo, mis amigos y yo estuvimos bromeando sobre cómo podríamos llamarla y aunque hubo divertidas alternativas que nos hicieron reír a todos, al final decidimos que lo más apropiado sería llamarla: “Sin raíces”.

Quinta semana:

Querido diario,

La planta no deja de crecer, he tenido que comprar otra maceta más grande y trasladarla al salón, ya que la encimera de la cocina se le estaba quedando pequeña.
Sin raíces tiene un aspecto un poco extraño y siniestro, con flores rojas y pétalos que simulan dientes, aunque lo más inquietante es el grosor de su tallo y el tamaño de las flores que pueden llegar a medir medio metro de ancho.
No estoy segura de sí este repentino crecimiento de Sin raíces me convence o no.

Sexta semana:

Querido diario,

La planta ha trepado por la pared. Miles de millones de ramitas se han extendido por toda la pared del salón apoderándose de él y sus amenazadoras flores no han dejado de soltar extrañas esporas por la noche, creando así un pequeño ecosistema en mi casa.
Sin embargo, lo que más me preocupa es el bulto, una especie de bolsa viscosa se ha creado en el centro de la planta y da la sensación de que tiene líquido dentro que podría manchar mis muebles.
He llamado a mi amigo el jardinero para que me dé consejo y me ayude a quitar las ramas de la pared.

Séptima semana:

A quién me escuche,

No era una planta, Sin raíces no era una planta. El bulto que tanto me preocupaba, no estaba relleno de líquido sino de un ser, un monstruo que se ha ido alimentando de la planta hasta estar preparado.
Si estás leyendo esto, estás en peligro, sal corriendo de aquí antes de que la planta te atrape y si encuentras a ese ser, mátalo, o te matará él a ti.
Yo tardé en darme cuenta de mi error y cuando quise darme cuenta, la planta ya me había atrapado, ahora estoy prisionera entre sus raíces, atada a la pared y sin escapatoria.
La planta come carne humana.








Si te ha gustado…

Para escribir esta historia me he inspirado en la planta de mi casa, hace cosa de un año me regalaron una “Flor de Pascua” y a pesar de que no soy muy buena cuidando plantas, mi planta no deja de crecer.
Espero que no me pase lo mismo que la protagonista de esta historia, pero… ¿quién sabe?
Dicho esto, espero que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y opiniones al respecto.
Y un saludo de Silvia!!

Imagen sacada de: culturageek.com.ar

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