domingo, 30 de abril de 2017

Cocaland

Vivo en un mundo sin nombre, sin recuerdos, sin historia. Lo único que importa es el presente, por lo que el pasado se olvida. Sin embargo sabemos una cosa de nuestros antepasados, ellos vivían y morían por el mismo recurso que ahora nos perturba, la coca cola.
Una bebida tan deliciosa y refrescante que nos generó una gran adicción a todos. Olvidamos nuestros oficios, olvidamos a las personas, lo olvidamos todo por ese refresco.

Mi nombre es Fran y mi objetivo es llegar a la ciudad de Horno. La llaman así por el tremendo calor infernal que hay, sin embargo quiero ir a Horno por otra razón. Dicen que el rey García guarda en sus aposentos una lata de coca cola, una deliciosa y suculenta lata custodiada por guardias día y noche.
Imagen sacada de: patriciasanchezdeleon.blogspot.com.es
Sé que es arriesgado, sé que podría morir en el intento, pero por algo me llaman Mad Fran. Me quedan pocos kilómetros para llegar y con mi Ford Falcon XB GT del 73 y ciertas modificaciones realizadas por mí, conseguiré llegar a mi destino antes de medianoche.
Dos hombres me frenan en la carretera, debería haberles atropellado, pero sus bazokas y lanzallamas me han hecho pensármelo dos veces. Salgo del coche con mi M16 y les observo con atención, tal vez no están solos:
—¿A dónde te diriges? — me pregunta uno de ellos.
—Al norte — contesto procurando no desvelar mis verdaderas intenciones.
—Lo siento, pero la bruja Escarla no permite el paso a nadie.
—Permitirá el mío — contesto mostrando mi M16.
—Yo que tú no haría eso — dice el otro apuntando el lanzallamas hacia mi Ford.
—Está bien, iré hacía el sur entonces — contesto dándome la vuelta.
Monto en el coche y doy la vuelta, pero no tengo intención de abandonar mi objetivo. Doy un rodeo, voy a intentar entrar por la ruta de Prío. Es un camino tan peligroso y mortal que nadie se arriesga a ir por allí, en cambio yo lo haré, mi desesperación por la coca cola no tiene límites.
Llego a la entrada de la ruta de Prío y se me acelera el corazón al ver la gran montaña que tengo que escalar. Sin perder los nervios, cojo la cuerda y los clavos del maletero y me preparo para empezar el ascenso.
Cuánto más asciendo más viento hace y menos estables se vuelven las rocas que piso. Apenas puedo ver ya el brillante cromado negro de mi coche. Todo tiene un propósito, tras esta infernal montaña se encuentra el reino de la coca cola protegido por los insoportables guardias a los que pienso evitar.
Llego a la cima y me cuesta subir, todas las fuerzas las he gastado escalando. Delante de mi puedo ver al hombre – bazoka y al hombre – lanzallamas. Me han visto y no dudan en acercarse a mí.
—¿Qué haces? ¿Cómo has podido subir por el precipicio de Prío?
—Vamos, se lo diremos a la bruja Escarla — le sugiere al otro.
Ambos desaparecen en la oscuridad de la cueva, la entrada secreta al castillo del rey García. Sé que volverán, así que tengo que darme prisa, tras muchos escuerzos consigo subirme a la roca de la entrada a la cueva y sin demorarme demasiado me escondo entre sus grutas.
Tal y como predije, regresan con alguien, la bruja Escarla, tan alta que puede tocar con la cabeza el techo de la cueva.
—¿Dónde está? — pregunta la bruja
—Estaba aquí hace un momento — contesta uno de los guardias confuso.
—Pues ahora parece que no está, ¿no te parece?
—No, no es lo que piensas, ¡estaba aquí! ¡Lo juro!
—Ya hablaremos de eso después — contesta Escarla con cara de rabia.
La bruja se va y le siguen sus más fieles guardias intentando disculparse con ella, eso es una gran oportunidad para mí, ya que mientras ellos discuten yo puedo llegar con sigilo hasta la caja blanca.
La caja blanca y metálica que guarda en su interior el origen de mis males, mi desesperación, mi obsesión, la coca cola.
Abro con delicadeza su reforzada cerradura y en su interior descubro con horror una gran decepción.
—¿Coca cola zero? ¿Ya no queda coca cola original? — me pregunto.
Un gran lamento se me acumula en la garganta, un grito se esfuerza por salir entre mis labios, pero intento ser fuerte y me contengo.
—¡Fran! — grita una voz detrás de mí.
Me giro sobresaltado y descubro a la bruja Escarla mirándome sorprendida.
—¡Mamá! — grito al verla.
—¿Se puede saber qué haces? Ya sabes que la coca cola no te sienta bien por la noche, te alteras y luego no puedes dormir
—Sí, mamá tienes razón, pero me apetecía mucho — contesto dejando la coca cola zero en el frigorífico.
—Y ¿cómo has conseguido llegar hasta aquí? ¡tus hermanos estaban en la puerta de la cocina y te han impedido entrar!
Miro de reojo la ventana de la cocina y al segundo mi madre se da cuenta de lo que he hecho.
—¿Has entrado con la ventana de la cocina? — grita horrorizada.
—Lo siento, mamá, no volverá a ocurrir.
Debido al jaleo, mi padre entra en la cocina y mi madre no tarda en contarle toda la historia. Mi padre, en cambio, es más comprensivo que mi madre y se ríe al contarle que he intentado entrar por la ventana.
—Pero, ¿qué hacías? — pregunta riéndose.
—Solo estaba jugando, papá — contesto.
—Anda, ven, te llevaré a la cama.
Mi padre o el rey García según mi imaginación, me coge en brazos y me lleva a mi habitación, antes de irme veo a mi hermano bazoka y mi hermano lanzallamas reírse y no dudo en sacarles la lengua. La caja blanca brilla al fondo del pasillo, esto no es el final, conseguiré la coca cola original, como que me llamo Mad Fran.





Si te ha gustado…

Este relato me gustaría dedicárselo a mi novio Fran, un gran apasionado de la coca cola, espero que este relato te haya hecho reír.
Cómo ya os habréis dado cuenta, para escribir este relato me he inspirado en Mad Max y su mundo post-apocalipto de lucha por conseguir gasolina. También me he inspirado en Waterworld, aunque no es de mis pelis preferidas, pero también persigue un recurso en un mundo destruido.
La moraleja de esta historia es que a veces, la imaginación puede ser tan real como el mundo que te rodea, si no te gusta tu realidad, imagínatela de otra manera y así, el acto más insignificante como el de conseguir una coca cola, se convertirá en toda una aventura.
Dicho esto, espero que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y opiniones al respecto.
Y un saludo de Silvia!!

Imagen sacada de: www.wired.com

domingo, 23 de abril de 2017

Sombra Roja

A lo largo de la historia ha habido muchas guerras, muchos sacrificios y toda esa oscuridad y horror ha hecho que mucha de la información sobre nuestros antepasados haya desaparecido. Los historiadores de nuestra época crean historias a partir de ruinas, fósiles y pinturas, pero ¿Cómo podemos saber realmente lo que ocurrió en nuestro pasado?
Hace tiempo que me estoy planteando esa pregunta, ya que no dejo de tener el mismo sueño todas las noches y me he dado cuenta de que ese sueño tal vez no es lo que parece, tal vez es un recuerdo, un recuerdo de una vida anterior.
Por ello, he decidido ir a visitar a un psicólogo e hipnotizador que me hará un estudio para saber si realmente estos sueños, estos recuerdos, pertenecen o no a una vida anterior:
—¿Cómo es su sueño? — me pregunta el doctor.

—Estoy en un pueblo, un pueblo medieval, es de noche y los pueblerinos están nerviosos, corren de un lado al otro con antorchas y las mujeres gritan.
Imagen sacada de: es.pinterest.com
Me recuesto en el sofá de la consulta y cierro los ojos para visualizar mejor el sueño.
—Y ¿Dónde estás tú? — me pregunta.
—Yo estoy en la muralla, mirando hacia la oscuridad del bosque, los hombres susurran un nombre, la Sombra Roja está cerca.
De pronto estoy allí, siento el frío nocturno y temor de los soldados. El Capitán se da cuenta de mi presencia y me grita:
—¡Eh tú! ¡Mercenaria! Este no es tu sitio, deja que mis hombres hagan su trabajo, vete con las mujeres y los niños…
—Yo sé luchar, puedo ayudaros — replico.
—Las mujeres no están hechas para el arte de la guerra, deberías irte.
Los soldados se ríen por la respuesta del Capitán y eso enciende la ira de mi interior. Decido largarme, pero no para irme con las mujeres y los niños, sino para buscar un caballo.
Le robo uno a uno de los soldados del Capitán Drum y voy al galope hasta la torre del Rey. No tengo intención de proteger ni de hablar con el Rey, tan solo quiero estar a cierta altura, necesito ver la Sombra Roja.
De la bruma aparece como un espectro. Sus dientes afilados saborean el ansiado majar de su alma, sus escamas rojas, duras como el acero, brillan a la luz de la luna y sus largas alas sobrevuelan el cielo nocturno más silenciosas de lo que esperaba.
Ya ha llegado. Los hombres preparan las catapultas de fuego y el aceite hirviendo está listo, pero todos sabemos que eso no será suficiente. Solo una espada empuñada por un caballero digno será capaz de matar a la Sombra Roja.
Pero, ¿Quién es realmente un caballero digno? ¿Quién tiene el corazón puro y la mente clara en estos tiempos? Cuenta la leyenda que una vez, un hombre llamado Molok consiguió matar a un dragón y como recompensa heredo su fuerza, su poder para escupir fuego y su piel de piedra, aunque nadie puede asegurarlo, ya que excepto Molok, nadie ha conseguido matar a un dragón.
Las catapultas se disparan, lanzando bolas de fuego con la intención de alejar a la Sombra Roja. Sin embargo, todos sabemos lo que quiere el dragón, todos sabemos lo que busca. Quiere la corona del rey, cuyas piedras incrustadas en oro fueron robadas de la cueva de Sombra Roja.
La ambición del Rey hizo que sus hombres robaran de su misma cueva, tesoros de un reino anterior, creyeron que el dragón no les había visto y que su presencia pasaría inadvertida, pero no fue así. A pesar de los continuos ataques que hemos sufrido por Sombra Roja desde entonces, el Rey se niega a ceder su corona y por eso estamos ahora aquí, a las puertas de la muerte esperando que nos depara el destino.
—¡Luchadora! — me grita uno de los guardias reales — ¿Qué hace aquí?
—He venido a proteger al Rey, como vosotros — miento.
—Sed bienvenida entonces, tu fama te precede desde…
Todo palidece y el dragón se alza con las alas extendidas ante nosotros. El fuego de su boca abrasa a la primera fila de soldados, entre ellos, al Capitán Drum. Sin embargo el dragón no pierde el tiempo con los soldados y se lanza sin dudarlo a la Torre del Rey. Él me mira con sus ojos inyectados en sangre, pero no siento miedo, sino respeto. Me escondo tras una piedra al ver arder su garganta, oigo los gritos de los guardias cuando el fuego les envuelve e intento no perder los nervios.
El dragón, Sombra Roja, entra sin esfuerzo en la cámara del Rey y yo entro tras él. Oculta tras su sombra espero mi momento.
—¿Qué quieres de mí, bestia inmunda? — grita asustado el Rey.
Los pocos guardias que le quedan a nuestro señor, miran con temor a su oponente, cuyas filas de dientes parecen sonreír ante la carne fresca.
—Quiero… tu muerte — susurra como una serpiente el dragón.
Su garganta se enciende y sé lo que va a pasar a continuación, es el momento de actuar. Me deslizo por debajo de él y le clavo mi espada en su garganta escamada. El dragón grita y su cuerpo se transforma. Donde antes había garras ahora hay manos, dónde antes había colmillos ahora hay dientes y donde antes había escamas ahora hay piel.
—¡Molok! — exclamo sorprendida.
Molok, el único hombre que según la leyenda había conseguido matar a un dragón, se encuentra ahora ante mis ojos. Molok era Sombra Roja, Molok era el dragón.
—Tú me has matado… — susurra — ahora tú heredarás la maldición del dragón…
Mis ojos amarillean, mi garganta me arde y de mi espalda unas alas se despliegan, ahora yo seré el dragón.
Me despierto en la consulta confusa, convencida de seguir aún en el castillo con el Rey, pero no es así. El doctor me mira sorprendido y la vez un poco conmocionado.
—¿Qué me has hecho? — pregunto asustada.
—Te he hipnotizado para ver cuál ha sido tu vida anterior y al parecer, eres sin duda alguna, la reencarnación de Iria la diosa de los dragones.
—Y eso, ¿Qué significa?
—Significa que te debo lealtad.
Los dientes del doctor se alargan, sus ojos se convierten en los de los reptiles y su piel se escama, él también es como yo.





Si te ha gustado…

Este relato participa en el ejercicio de “Guerrera” de La Nave Sonda (@LaNaveSonda). No es un relato de ciencia ficción como los que suelo publicar, sin embargo contiene las pautas que el ejercicio establece.
Para escribir esta historia me he inspirado un poco en el Hobbit y en Smaug, no soy muy partidaria de que las criaturas fantásticas, como los dragones, hablen, pero en este caso me ha parecido correcto, ya que el dragón también es un hombre.
Todos tenemos a un dragón en nuestro interior y es nuestra misión contenerlo, aunque también es verdad que muchas veces nos sacan tanto de nuestras casillas que hasta escupimos fuego por la boca.
Dicho esto, espero que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y opiniones al respecto.
Y un saludo de Silvia!!

Imagen sacada de: poohadventures.wikia.com

domingo, 16 de abril de 2017

Herencia Transgeneracional

Los problemas en mi familia siempre han estado ahí, primos que se llevan mal con otros primos, hijos repudiados y padres furiosos. En mi caso, yo siempre me he llevado mal con mi madre, no sé por qué, pero ella y yo no congeniamos, a veces me pregunto por qué no consigue entenderme si soy su hijo, pero al final siempre llego a la conclusión de que nunca lo sabré.

Esta mañana ha llegado al pueblo un sabio, un anciano que dice ver el futuro y el pasado. Todo el mundo está muy emocionado por su llegada y la gente le mira curiosa como si se tratara de un dios. Son pocos los sabios que conocen nuestro pasado, hemos perdido nuestra historia, nuestros orígenes y lo único que sabemos de nuestros antepasados son las ruinas que dejaron en este mundo. Grandes torres y muros se esconden ahora en la maleza, lo que nos hace pensar a todos que nuestros antepasados tenían que ser dioses.
Imagen sacada de: dibujada por mí
Muchos fueron los que pidieron el consejo y sabiduría del sabio encapuchado, pero yo esperé, esperé y dude si acercarme o no. ¿Quién quiere realmente conocer su sino?
Sin embargo, la curiosidad pudo conmigo y al atardecer decidí entrar en su tienda.
—Daris Male — dice el anciano.
Un escalofrío recorre mi espalda, ¿Cómo es posible que este forastero conozca mi nombre?
—Adelante, siéntate — me dice el anciano.
Yo obedezco y le observo con cautela, sin lugar a dudas el sabio espera a que le pregunte:
—Quiero saber por qué me llevo tan mal con mi madre — contesto.
—Hum — dice pensativo — para saber eso debemos remontarnos a tus antepasados.
El anciano coge una hoja y empieza a dibujar en ella unas líneas. Me pregunta por mi hermana, por mis padres, por mis primos, hasta llegar a mis bisabuelos. Después hace una especie de té de hierbas y ambos bebemos de él.
El efecto es inmediato, no sé cómo el sabio ha conseguido viajar en el tiempo pero lo ha hecho y yo he ido con él.
—¿Dónde estamos? — pregunto desconcertado.
—Estamos en el día de tu nacimiento, tu hermana mayor Elisa acaba de salir del vientre de tu madre y tú ya estás a punto de salir.
—No lo entiendo, ¿Qué hacemos aquí?
—Necesito ver la reacción de tu madre al verte por primera vez.
Las comadronas me cogen en brazos y anuncian a mis padres que soy un niño, mi madre me coge por primera vez y su mirada me sorprende, tal y como decía el sabio, sus ojos no son las de una madre orgullosa y feliz, sino las de una madre decepcionada.
—¿Es un niño? — pregunta ella aún sorprendida.
—Así es — contesta una de las comadronas — ¿Cómo va a llamarlo?
—Le llamaré Daris.
El sabio se gira hacía mí y me pregunta muy seriamente.
—¿Hay algún otro Daris en tu familia?
—No, creo que no.
—Veámoslo.
Volvemos a viajar, lo siento en las tripas y lo noto en la cabeza, cuando recupero la consciencia estoy en otro lugar.
—Me dijiste que tu madre Cristal había sido la primogénita de tu abuela Elisa, pero por lo que veo no ha sido así.
—¿Qué quieres decir?
—Tu abuela tuvo a un niño, un niño llamado Daris.
El corazón se me encoge de miedo y hago la pregunta que más me asusta.
—¿Qué fue de él?
—Murió.
El sabio recorre la habitación del niño no nato conocido como Daris. Mira sus juguetes y observa con atención. Estar en la habitación de un tío mío que murió y que tenía mi mismo nombre hace que se me pongan los pelos de punta.
—Aquí hubo más Daris.
—¿A qué te refieres?
—Necesito ver tu árbol genealógico — contesta saliendo de la habitación.
—¿Mi qué?
La casa de la abuela Elisa es extraña, vive en una especie de torre, como nuestros antepasados, por la ventana puedo ver una civilización de dioses que cayeron en desgracia.
—¡Aquí! —exclama el anciano sujetando una especie de tabla luminosa en sus manos — este es tu árbol genealógico, como puedes ver, aquí está tu madre Cristal Born que se casó con tu padre Paul Male y estos de aquí son tus tíos. Hay un problema.
—¿Cuál?
—En tu familia todos los que se han llamado Daris han muerto, es una señal. Tenemos que remontarnos más atrás, donde empezó todo, con tu bisabuela Jena y tu bisabuelo Job.
Con un chasquido de dedos lo veo, puedo ver como mi bisabuela tenía a su primer hijo Daris, como este murió en la guerra que destruyó el mundo de nuestros antepasados, después tubo a Elisa, mi abuela y posteriormente a dos Daris más, ningún varón sobrevivió a la guerra final.
—Tu bisabuela odiaba los chicos, por eso solo sobrevivieron las chicas, tu abuela Elisa odiaba a tu bisabuela por ello y ese odio se transfirió a tu madre Cristal que también odiaba a su madre y por eso tu sientes eso por la tuya, el odio y la rabia se transfieren con facilidad.
—Y ¿Todo eso qué quiere decir?
—Quiere decir que el nombre Daris está maldito en tu familia y que tú al llevarlo, correrás el mismo sino que tus antepasados.
El aire se calma y mi ser vuelve a la realidad, aparezco en la tienda del sabio y desconcertado miro a mi alrededor.
—Ten cuidado con tu madre, chico, si te ha puesto el nombre maldito es porque al igual que tu abuela y tu bisabuela, anhela tu muerte.
Salgo de la tienda del sabio asustado, pero esperanzado, si conozco mi sino ahora puedo cambiarlo, ¿o no?





Si te ha gustado…

He escrito este relato que, a pesar de no ser mucho de ciencia ficción, habla de un tema que me interesa, la herencia transgeneracional. Este tema habla sobre que los problemas en la familia pueden heredarse y si pones a tus hijos el nombre de algún familiar, debes de tener cuidado, porque probablemente tu hijo acabe siendo igual que el familiar que tiene ese mismo nombre.
Tal vez nuestra personalidad y destino ya esté escrito incluso antes de que nazcamos, pero si quieres romper con la cadena o el problema transgeneracional de tu familia, evita llamar a tus hijos igual que sus antepasados e intenta marcar la diferencia.
Dicho esto, espero que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y opiniones al respecto.
Y un saludo de Silvia!!

Imagen sacada de: memoriaemocional.com

domingo, 2 de abril de 2017

Falsa Realidad

Nada es igual desde aquel día, mi realidad se desmorona y mis sueños se rompen. Todo empezó de la mejor manera posible, Cristina Mora había aceptado salir conmigo esa noche y yo estaba nervioso. Había conseguido que mi padre me dejara el coche para llevarla al cine y todo iba rodado.

Al salir del cine ninguno de los dos quería que la noche terminara, así que dimos un paseo y acabamos en el parque. Estábamos allí sentados, viendo las estrellas y hablando de tonterías, cuando de pronto pasó algo que jamás pensé que podría pasar. Algo imposible, algo insólito, pero sobretodo algo inquietante. Ese suceso fue la semilla de la duda que ahora me oprime el pecho.
Imagen sacada de: paideiablog.wordpress.com
Obsesionado con una idea, voy a la biblioteca a investigar. Hay muchas teorías, pero ninguna me satisface del todo, así que me dirijo a la bibliotecaria para preguntarla por una sección un poco más surrealista:
—Perdone, ¿Dónde está la sección de religión? — me atrevo a preguntar.
—Sí, la sección de religión está…
Todo mi mundo se para de repente. La mirada inexpresiva de la bibliotecaria me recuerda que todo ha vuelto a ocurrir, igual que cuando estaba bajo las estrellas con Cristina Mora. La bibliotecaria permanece quieta, al igual que todos los que se encuentran allí, como si se hubieran congelado repentinamente. Algunos tienen un libro en la mano con la intención de dejarlo en la estantería pero sin llegar hacer dicha acción. Otros, sentados en las sillas de lectura se han quedado a mitad de pasar una página de sus respectivos libros. Y otros se han quedado a mitad de una conversación que nunca terminarán.
Contemplo con horror mi entorno y asustado salgo de la biblioteca, con la esperanza de que fuera todo continúe con normalidad. Sin embargo, el exterior no cambia mucho, unos niños juegan con el agua de la fuente y desde mi posición puedo ver como las gotas del agua se han quedado suspendidas en el aire, una madre que pasea a su bebé por el parque, se ha tropezado con una piedra y está a punto de caerse, pero no termina de hacerlo y los coches que hay entre el parque y la biblioteca permanecen quietos, a pesar de que echan humo por sus tubos de escape.
Este paréntesis en la continuidad de la vida dura unos minutos más que cuando estaba con Cristina, son los minutos más largos de toda mi vida, pero al final todo vuelve a la normalidad. Los niños se mojan con el agua de la fuente y se ríen, la madre se cae al suelo y un hombre la ayuda a levantarla y los coches vuelven a circular.
Trastornado por lo que acabo de vivir, decido volver a casa y reunirme con mi padre.
—Hola papá — le saludo.
—Hola hijo — me contesta.
Mi padre está en el garaje, como siempre, limpiando su adorado coche bajo el sol del atardecer. Tiene una mirada distante bajo sus lentes, como siempre cuidar de su coche siempre le ha distraído.
—Tengo que contarte algo importante que me ha pasado en la biblioteca hoy — me precipito a decir.
—¿Qué tal tienes el ojo? — me interrumpe.
—El ojo está bien, papá — contesto algo molesto.
Mi padre siempre me pregunta por mi ojo de cristal, no quiere que se me infecte o se pierda. Desde que mi madre y yo sufrimos ese accidente de coche cuando yo era un bebé, mi padre no ha dejado de sobreprotegerme, aunque es lógico, dado que en ese accidente mi madre murió y yo perdí este ojo.
—¿Lo has lavado esta mañana?
—Se me olvidó, pero no te preocupes que lo limpiaré esta noche — contesto para calmar su mirada de desaprobación — ¡papá tengo que contarte algo importante! Esta tarde en la biblioteca todo se ha parado de repente, como si se hubieran quedado congelados o algo por el estilo, ¡ha sido rarísimo! Y ha tardado todo una barbaridad en volver a la normalidad.
—Vaya, que raro — contesta mi padre — ¿estás seguro de eso?
—¡Sí que lo está! — exclama una voz detrás de mí.
Una mujer mayor de facciones dulces y pelo oscuro atraviesa con la mirada a mi padre.
—¡Dile la verdad! — dije la mujer — ¡Dile la verdad a nuestro hijo!
—¿A nuestro hijo? — pregunto a mi padre desconcertado.
Mi padre en cambio tiene una mirada completamente distinta a la que me esperaba ver, es casi asesina.
—Dile yo no morí en el accidente — prosigue la mujer
—Después de lo que hiciste, después de como dejaste el rostro de nuestro hijo, ¿qué esperabas que hiciera? — contesta mi padre.
—¿Papá? — pregunto atónito ante su contestación.
—Está bien, se lo diré — le dije a la mujer — te he mentido — me dice —tu madre no murió en aquel accidente, esta mujer que ves aquí es tu madre, te separé de ella porque no era buena para ti, no después de lo de tu ojo.
—¿Cómo pudiste hacerlo? — pregunto horrorizado.
—Pues eso no es lo peor — interrumpe mi madre — cuéntale lo que pasó después…
—Tal vez deberíamos hablar estos temas más tarde, estarás cansada y...
—Tu padre es ingeniero dimensional — prosigue ignorando a mi padre — cuando sufrimos el accidente, tu padre te separó de mí, de todos, del mundo.
—¡No digas una sola palabra más! — exclama mi padre.
—Él creó este sitio y te metió en él, pero este no es un mundo real, por eso ves en el fallos en el sistema, he tenido que usar un montón de energía para parar los sistemas momentáneamente y poco a poco dejarte ver que el lugar en el que vives no es real. Me ha costado muchísimo meterme en tu mundo, pero al fin estamos juntos y quiero que ahora vengas conmigo, quiero llevarte afuera, al exterior, a la verdadera realidad.
—¿Es eso cierto, papá? — pregunto desconcertado.
—El mundo exterior no es seguro, ya ves lo que te pasó a ti y a tu madre, es mejor quedarse aquí, vivir protegidos de un mundo que no nos necesita.
Mi madre extiende su mano y yo tras mirar atrás por un segundo, decido cogerla, vivir en un mundo falso es vivir en una mentira y la realidad por dolorosa que sea, siempre será mejor que nada. Ahora voy a un mundo nuevo para mí, lejos de la comodidad de mi infancia y cerca de una verdad que aún está por revelar.



Si te ha gustado…

Como ya te habrás dado cuenta, esta historia está inspirada en el show de Truman, una gran película que te hará pensar, aunque también está inspirada en Matrix y su mundo falso.
¿Qué harías si descubrieras que tu mundo no es real? ¿Qué todos los que te rodean no existen y son solo hologramas de una falsa realidad? Esa es la pregunta que me gustaría que os hicierais al leer este relato, mi respuesta está clara, yo haría lo mismo que nuestro protagonista, ¿y vosotros?
Dicho esto, espero que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y opiniones al respecto.
Y un saludo de Silvia!!

Imagen sacada de: www.youtube.com