miércoles, 31 de agosto de 2016

Coma

Me desperté esa mañana como cualquier otro jueves, medio dormido fui al baño, con cuidado para no despertar a mi esposa y me duché. El agua fría me hizo despertarme y salí de la ducha esperando oír la cafetera que siempre prepara mi mujer por la mañana, aunque no fue así.
Al entrar de nuevo en mi habitación, descubrí que mi mujer seguía dormida. Decidí dejarla dormir, ya que seguro que ha retrasado su alarma para despertarse más tarde. Últimamente ha tenido unos días muy duros en el hospital, debe de estar agotada.

Preparé mi café mañanero con mucho cuidado de no mancharme la corbata y revisé mi maletín para comprobar que lo llevaba todo. Una vez en la calle me sorprendí, algo iba mal, había demasiado silencio. No había ningún coche circulando por la calle, Tresy no había sacado sus macetas de flores de su floristería y el portero del edificio de enfrente no estaba cotilleando como siempre.
Imagen sacada de: www.invertia.com
Miré mi móvil, ¿Me había equivocado y no era jueves? Era jueves. Seguí andando hacia el trabajo sin parar de darle vueltas, ¿Y si era festivo? Saqué mi agenda electrónica de mi bolsillo y lo comprobé, no era festivo. Me metí en el coche y llegué al trabajo en apenas unos minutos, sorprendentemente la carretera no estaba abarrotada de coches como siempre, a decir verdad, no había ningún coche en la carretera.
Subí en el ascensor preocupado por el incesante silencio, deseando llegar a la reunión que tenía esa mañana, necesitaba escuchar algo de ruido para variar. En la recepción no estaba Bery como siempre limándose las uñas, ni Karl mi amigo y compañero de compras, en la oficina no había ni un alma.
Contrariado, me metí en la sala de reuniones y tal y como me temía estaba vacía. Decidí entonces empezar a hacer unas cuantas llamadas, llamé primero a Karl, pero no me lo cogió, luego llamé a Bery, pero el resultado fue el mismo, incluso llamé a mi jefe, pero no recibí ninguna respuesta.
Estaba empezando a preocuparme de verdad, ¿A dónde habían ido todos? En ese momento pensé en mi mujer, a la que había dejado dormida en la cama, ella era la única persona que había visto esa mañana. La llamé, pero saltó el contestador.
Un ruido llamó mi atención, era como un ligero aleteo, no sabía de dónde salía ese desconocido sonido hasta que lo vi, era gris, con el pico muy pequeño y los ojos negros extraordinariamente grandes.
—¡Un búho! — exclamé extrañado.
Nunca había visto a un búho tan cerca, resultaba extraño verle en la oficina, había entrado por una ventana cercana. He de reconocer que no soy muy amante de los pájaros y mucho menos de los búhos, por lo que decidí salir de la oficina lo antes posible. La cabeza del búho se movía a medida que me acercaba a la puerta y me entró el pánico. Llegué a mi coche casi corriendo y volví a casa.
Al llegar, me sorprendió ver a mi mujer aún todavía en la cama, eran casi las once de la mañana, debería estar despierta ya. Intenté despertarla con la mano, pero su cuerpo no reaccionaba. Subí las persianas y ni por esas, mi mujer aún dormía, no había manera de despertarla. Le tomé el pulso, seguía viva. Me tranquilicé.
Pensé que lo mejor sería llevarla al hospital, que lo que le ocurría no era normal y así lo hice. Al llegar, el búho estaba esperándome.
—¿Qué haces aquí? ¡Fuera! ¡Estúpido pajarraco! — grité asustado y enfadado al mismo tiempo.
El búho no se movió, no dejaba de mirarme y me ponía nervioso. Saqué a mi mujer en brazos del coche y entré en el hospital. Allí no había nadie. No había ninguna enfermera ni gente haciendo cola para ser atendida.
Cogí una camilla y tumbé a mi esposa. Todo esto era muy extraño, no se oía ningún grito de ningún paciente, ninguna queja, nada. Paseé por las habitaciones de los ingresados llevando a mi mujer en la camilla y me di cuenta, de que las camas sí que estaban ocupadas.
Todos estaban sumidos en un profundo sueño, pero allí estaban, en sus camas, inmóviles. Confuso decidí entrar en la sala de personal, donde deberían estar los médicos y enfermeras de guardia. Cuando entré les vi en el suelo, a todos ellos.
Empecé a pensar en una pandemia o algo por el estilo y me empecé a asustar, salí del hospital corriendo con mi mujer en la camilla, preocupado por contagiarme de lo mismo que le habían pasado a todos.
Ya en el coche me di cuenta de otra cosa, si hubiera sido una enfermedad yo ya estaría contagiado, dado que no ha sido así, debo de ser inmune. Un ruido dentro del coche me sobresalta, el búho está en el asiento del copiloto.
Grito asustado e intento abrir desesperadamente la puerta del coche.
—Jon, deja de intentar huir de esto — dice una voz.
Me giro y veo que en el asiento del copiloto ya no hay un búho sino una mujer, una mujer desconocida.
—¿Quién eres? — pregunto aterrado.
—Soy la doctora Aras Culpuris, he venido a ayudarte.
—¿A ayudarme a qué?
—Este mundo no es real — me dice — está en tu mente.
—¿En mi mente?
—Jon, todo el mundo no está en coma, el único que está en coma, eres tú.
—¿Qué yo estoy en coma?
La chica búho asiente y me mira con preocupación.
—Verás, hemos creado una máquina con la que podemos comunicarnos con la gente que está en coma, yo soy la intrusa que se ha metido en tu mente, estoy intentado que te despiertes.
Yo la miro sin comprender.
—Sé que para ti solo ha pasado un día, pero en realidad llevas dos años en coma.
—Si lo que dices es cierto, ¿Qué debo hacer para despertarme?
—Debes suicidarte, en cuanto tu mente detecte que te vas a suicidar, el susto hará que te despiertes.
—¿Estás loca o qué? — grito desesperado.
—Jon mira a tu alrededor, te darás cuenta de que esto no tiene sentido.
No sé cómo, pero la doctora Búho me convence. Me subo a la azotea del hospital y la miro de reojo desde la cornisa, ella asiente con la cabeza y sé que tengo que hacerlo. Cierro los ojos y salto. La adrenalina recorre mi cuerpo, el pánico se apodera de mí y de repente despierto.





Si te ha gustado…

Para escribir este relato me he inspirado en dos cosas: en Life on Mars una serie que no pude acabar de ver, pero que me encantó y en la peli de La Cuarta Fase, peli de miedo que recomiendo ver.
Con este relato quiero transmitir algo tan simple como que a veces, culpamos a los demás de nuestros errores, pero en realidad los verdaderos culpables somos nosotros. Este mensaje lo muestro con la gente en coma, creemos que todos están en coma (son los culpables), pero en realidad el único que está en coma eres tú (es tu error).
Dicho esto, espero que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y opiniones al respecto.
Y un saludo de Silvia!!
Imagen sacada de: www.taringa.net

sábado, 27 de agosto de 2016

Invasores

Estamos llegando a la Tierra. Ya hemos mandado nuestra declaración de guerra a los humanos y estamos esperando a que nos contesten. No es nada personal, no tenemos nada en contra de los humanos, es solo que somos una especie conquistadora y queremos la Tierra.
Queremos su planeta no solo por sus recursos, sino también porque es un punto estratégico para defender nuestro territorio y conquistar otros mundos.

Al tercer día llegó la respuesta de los humanos, nos esperábamos un “Que os den” o “Venir a por nosotros si podéis” como han hecho los demás planetas que hemos conquistado, pero los humanos son raros. Nos mandaron un mensaje de paz, un “bienvenidos”, imagino que es una raza pacifista o algo así. Nos estuvimos riendo de su mensaje varios días, me alegro de que los humanos sean tan idiotas, con un poco de suerte, la guerra acabará pronto sin muchas bajas nuestras y así podré ir a ver a mi familia temprano.
Imagen sacada de: elrobotpescador.com
Nuestra nave militar está lista, al igual que nuestras otras doscientas naves. Nuestro enemigo es débil, aún no han conquistado el espacio, por lo que no nos espera una guerra espacial, ésta será a la vieja usanza, en tierra. Mi trabajo es investigar a nuestros enemigos, ver sus puntos débiles para saber dónde atacarles luego. Esta mañana he conseguido unos documentos históricos sobre los humanos, así que me dispongo ahora a investigarlos.
Enciendo la pantalla de mi despacho y me paseo por la habitación nervioso:
—Ordenador, muéstrame los documentos históricos de los humanos.
La pantalla de mi despacho ocupa toda la pared y en pocos segundos me muestra algo insólito. La cámara se mueve y la música inunda la habitación, al mismo tiempo unas letras empiezan a aparecer en la parte inferior de la pantalla.
—Pero, ¿Qué demonios es esto? — pregunto al ordenador confuso.
—Los humanos lo llaman el Séptimo Arte, señor — me contesta el ordenador.
Sigo mirando la pantalla con el ceño fruncido y en pocos minutos las letras que aparecían en la parte inferior de la pantalla, aparecen en el centro y muestran dos palabras “Love Actually”.
—¿Love Actually? ¿Qué es eso? ¿Alguna clave de guerra?
—No señor, es el nombre del documento histórico — me contesta el ordenador.
Tengo la sensación de que este documento histórico va a ser largo, así que me siento delante la pantalla y observo.
Al cabo de una hora, la puerta de mi despacho se abre y yo me sobresalto.
—¡Bibon! ¿Qué estás haciendo aquí? — pregunta mi amiga Nenara — ¿Eso son palomikas? ¿Estás llorando?
La cara de Nenara es de absoluta sorpresa, yo no me he dado cuenta de que ha pasado tanto tiempo ni nada:
—Nenara, tienes que ver esto, es muy bonito — digo sonándome los mocos.
—¿Qué es? — me pregunta
—Es uno de los documentos históricos de los humanos, es tan bonito — contesto entre lágrimas
Los dos nos quedamos viendo el documento histórico comiendo palomikas y llorando a moco tendido hasta que acaba.
—No puedo atacarles — le digo a Nenara al final.
—Tu trabajo es muy estresante, tienes que meterte en la mentalidad de nuestros enemigos, investigarles, para después saber cuál es su punto débil y atacarles, es normal que estés así, pero no puedes dejarte influenciar por un documento histórico, tienes que ser fuerte Bibon.
—De acuerdo, lo seré — digo aún sensible.
Llegamos a la Tierra y nuestros ejércitos se preparan para aterrizar. En nuestra declaración de guerra dijimos que empezaríamos a atacar en todas las capitales del mundo, es una cuestión de honor y tradición de nuestra especie, anunciar a nuestro enemigo dónde atacaremos primero. En mi opinión, más que una cuestión de honor y tradición es una cuestión de “vacilar al enemigo”, una señal con la que decimos “te damos la ventaja de saber dónde vamos a atacar primero, ya que sabemos que no vas a poder hacer nada para controlar nuestro ataque”.
Mi nave aterriza en Madrid, en el parque del Retiro y los humanos ya nos están esperando en tierra. Mi ejército baja en formación y con nuestras armas apuntando. A medida que vamos bajando de la nave me doy cuenta de que algo va mal.
Los humanos que tan pequeños nos parecían desde arriba, se van haciendo más grandes cuanto más nos acercamos al suelo. Nuestro enemigo aún no se ha dado cuenta de nuestra presencia, siguen mirando la puerta de nuestra nave esperando a que salgamos, sin embargo estamos delante de ellos.
—¡Esto es una locura! — grita mi compañero a los demás — ¡Los humanos son cincuenta veces más grandes que nosotros! ¡Huyamos!
Antes de que nuestro General pudiera impedírnoslo, nosotros ya estamos corriendo hacia nuestra nave despavoridos. Pensábamos que los humanos medirían dos centímetros más o menos como nosotros, pero son unos gigantes pacifistas románticos. Tal vez los humanos nos hayan ganado esta batalla, pero no ganaran la guerra.






Si te ha gustado…

Un poco de risa y humor nunca vienen mal. Este relato está inspirado en una idea que tuve de pequeña. De niña tuve una época en la que quería ser “escritora” de cómics y la idea que tuve fue ésta: unos alienígenas intentan invadirnos, pero se llevan un chasco al darse cuenta de que los humanos son quinientas veces más grandes que ellos, en cambio deciden invadirnos de todas formas.
Pretendía ser una serie de cómics de risa y entretenidos, pero al final nunca lo llevé a cabo. Por eso, he decidido hacer este relato en “honor” a esa idea que tuve y si hay alguien interesado en hacer unos cómics del tema por mí estupendo, me hará ilusión.
Con esta historia intento mandar un mensaje: “antes de tirarte a la piscina, asegúrate de que hay agua”.
Dicho esto, espero que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y opiniones al respecto.
Y un saludo de Silvia!!
Imagen sacada de: ahoracriticoyo.blogspot.com.es

miércoles, 24 de agosto de 2016

El Monstruo del Armario

Siempre tenemos que enfrentarnos a nuestros peores miedos a nuestras pesadillas y eso es lo que voy a hacer. Llevo varios años aterrorizada por el ser que habita en mi armario. Mis padres no me creen, no creen que haya nada en el armario y yo no sé qué hacer para que cambien de opinión.
Todas las noches espero escondida entre las sábanas, sabiendo que cuando mis padres se vayan a dormir, el monstruo golpeará la puerta de mi armario desde dentro, esperando su momento para salir. Sin embargo yo no pienso permitírselo.
Imagen sacada de: www.youtube.com
Siempre cierro la puerta del armario con llave antes de dormir, pero eso no quita para que el monstruo siga intentando entrar. Oigo sus golpes, como araña la madera como un gato enfurecido y sus gritos ahogados de enfado. Algún día lo conseguirá, algún día abrirá la puerta.
Mis padres están preocupados por mis problemas para dormir, yo les digo que es el monstruo el que no me deja dormir, pero no sirve de nada. El médico me ha mandado unas pastillas, me las tengo que tomar en la cena, antes de dormir. El problema es que yo no quiero dormirme, tengo miedo de que el monstruo consiga abrir la puerta del armario y me pille dormida por culpa de esas pastillas.
Para solucionar este problema, después de comer voy al baño y me meto los dedos en la boca para vomitar. Prefiero quedarme sin cenar que me ataque el monstruo.
—¿Estás bien hija? Apenas te has tomado la sopa — me pregunta mi madre.
—Sí, estoy bien, es solo que no tengo mucha hambre — contesto levantándome de la mesa.
Dejo mi plato en el fregadero de la cocina y me meto en el baño para vomitar. Mi madre oye los ruidos de mis arcadas y llama a la puerta:
—¿Cielo estás vomitando?
Sin que me dé tiempo a contestar, mi madre abre la puerta del servicio y me pilla con los dedos en la boca. Mis padres se enfadan. Dicen que lo que estoy haciendo es muy inmaduro y que no es sano, me castigan sin salir más de dos semanas y mis quejas no hacen más que enfurecerles aún más, así que me callo hasta que paran.
Me seco las lágrimas con el papel del váter y me sorprende ver a Rita, mi hermana pequeña en el umbral de la puerta.
—Déjame sola Rita — le digo entre lágrimas.
—Yo también le oigo — me dice muy seria.
—¿Qué oyes a quién?
—Al monstruo
El corazón se me acelera y por un segundo tengo la esperanza de no estar loca.
—¿Le oyes desde tu habitación? — pregunto esperanzada.
—Sí, oigo como golpea la puerta de tu armario, como araña y como gruñe desde dentro.
Mi hermana tiembla de miedo y me mira asustada. Yo le sujeto los bracitos y la miro fijamente a los ojos.
—Tienes que decírselo a nuestros padres, así no pensarán que estoy loca, porque tú también lo escuchas.
Rita niega con la cabeza.
—Tengo miedo, el monstruo me ha dicho que no me hará nada, que solo viene a por ti.
—¿Te ha dicho eso?
El terror se apodera de mí y un escalofrío recorre mi espalda. Rita asiente con la cabeza:
—Si no le digo nada a papá y mamá, el monstruo no me hará nada.
—Ya Rita, pero a mí sí que me hará daño, ¿Quieres que el monstruo me haga daño?
Mi hermana me mira dubitativa, pero finalmente me contesta:
—Tú eres fuerte Jara, podrás con el monstruo.
—¿Y si no puedo?
—Podrás — me contesta antes de irse.
Estoy tan furiosa que pierdo el control. Agarro a mi hermana del brazo y le doy un bofetón.
—¡Diles la verdad Rita! ¡Diles a papá y a mamá lo que has oído!
Rita se pone a llorar y mis padres corren en su ayuda preocupados.
—¿Qué ha pasado? — pregunta mi madre.
—Jara me ha pegado — contesta mi hermana llorando.
—¡Jara castigada! ¡A tu habitación! — grita mi padre.
—¡No lo entendéis, Rita también lo ha oído! ¡También ha oído al monstruo de mi habitación!
—¡Ya basta! — grita mi madre sujetando a mi hermana que llora sin parar.
Al final desisto, me encierro en mi habitación furiosa y frustrada. No sé qué hacer. Lo he intentado todo, pero no lo he conseguido. Una idea loca cruza por mi mente, ¿Y si no cerrara la puerta de mi armario con llave esta noche? ¿Qué pasaría?
Mi padre siempre dice que hay que enfrentarse a tus miedos, que es la única forma de vencerlos, de hacerte más fuerte.
Me decido. Esta noche no duermo, me siento en el suelo de mi habitación con las piernas cruzadas y espero. Oigo como mis padres arropan a mi hermana en la habitación contigua, como mis padres apagan las luces y me meten en su habitación. Yo no aparto la vista de mi armario.
Pasan diez minutos, veinte y no se oye nada. Entonces la puerta de mi armario se entreabre ligeramente y el pulso se me acelera, ¿Y si he cometido un error? ¿Y si el monstruo quiere matarme?
La puerta se abre del todo y no puedo creer lo que hay en su interior. El monstruo sale y no es como lo imaginaba, es un ser brillante de forma humana, no tiene rostro, pero sé que me está mirando. El interior de su “cueva” aún guarda un secreto, una espiral de luces se abre ante mí, parece el espacio.
El monstruo me ofrece su mano, la miro dudosa, pero finalmente le doy la mía. Si piel es fría, como de cristal. El ser de luz me guía hacia el interior del armario y me detengo justo enfrente, ¿Debería entrar? Siempre tenemos que enfrentarnos a nuestros peores miedos a nuestras pesadillas y eso es lo que voy a hacer.





Si te ha gustado…

Para escribir este relato me he inspirado en dos cosas: el relato de “Muerte Súbita” del libro de “Trece Sombras” de Gemma Herrero Virto y en la serie de Strange Things.
Me he fijado en éstas dos cosas porque las dos tienen algo en común, algo extraño aguarda entre las paredes, en el armario. Esta historia tiene un final abierto, dejo a la imaginación del lector cómo será el País de los monstruos, ¿Será Narnia? ¿Será como Monstruos S.A.?
Esta trama tiene algo especial, un mensaje que quiero transmitir y que la verdad es como una regla de oro para mí: Enfréntate a tus miedos. Sé valiente, porque nadie lo será por ti.
Dicho esto, espero que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y opiniones al respecto.
Y un saludo de Silvia!!
Imagen sacada de: mrkline.deviantart.com

domingo, 21 de agosto de 2016

Celos

Mi novio es demasiado guapo y a consecuencia de ello, tiene a muchas “lagartonas” a su alrededor. Una de esas lagartonas en particular, es la que más me mosquea. Su exnovia es un mal bicho, no para de mandarle mensajes, llamarle, hacerle regalos caros para llevarse bien con él, etc.
Por todo ello, he ideado una venganza, pero para hacerla necesito un objeto, una máquina que conseguí por internet. Ese aparato revolucionario se llama “El Cambiador”, es un objeto completamente ilegal, ya que tiene la habilidad de cambiar el aspecto de las personas.

Hace unos años salió en las noticias que unos atracadores habían robado un banco y gracias al Cambiador, nunca les pillaron, porque nadie sabía su verdadero aspecto.
Imagen sacada de: tulatv.com
Mi Cambiador me ha costado una fortuna, pero merece la pena si con ello consigo que la lagarta robanovios desaparezca. Mi pedido acaba de llegar a casa y mi amiga Manry y yo abrimos la caja emocionadas:
—Todavía no me puedo creer que vayas a hacer esto, podrías ir a la cárcel por tener un Cambiador — dice Manry ayudando a desenvolver el Cambiador de la caja.
—Tengo que apartar a esa bruja de mi novio enseguida, es tóxica y sería capaz de hacer cualquier cosa con tal de recuperarle.
Una vez desenvuelto, cojo el Cambiador sorprendida, es una especie de collarín. Me lo abrocho al cuello y observo como una fina capa brillante envuelve mi cuerpo por completo y mi aspecto físico se transforma, ahora soy un hombre, pero no cualquier hombre, soy mi novio, tengo el cuerpo de mi novio.
Manry se ríe a carcajadas y yo la miro confusa:
—¿Qué pasa?
—A tu novio no le queda demasiado bien el vestido que llevas — contesta riéndose.
Me miro en el espejo corriendo y no puedo evitar reírme también, tengo una pinta horrible. Ya más calmadas observo mi cuerpo extrañada.
—No puedo evitar sentirme rara, siento que este es mi verdadero cuerpo, el de mi novio, pero Dios, menos mal que no soy un hombre, no podría andar siempre con ese cable suelto que tienen entre las piernas.
—Aquí dice que puedes cambiar de aspecto dependiendo de en quién pienses — comenta Manry leyendo las instrucciones — ¡Rápido! ¡Piensa en el tío bueno ese de la tele!
Yo me río, pero le hago caso. Pienso en Argus Flerman, un actor por el que Manry y yo se nos cae la baba. La reacción es automática, mi cuerpo vuelve a cambiar, me hago más alta y me sale barba.
—Debería depilarme — digo tocándome la barba molesta.
—¡Madre mía! ¡Pero qué bueno estás!, digo buena, estás buena, bueno, eso suena raro — dice confusa Manry.
—Bueno, ya está bien de juegos, tengo que preparar mi venganza.
—¿Qué piensas hacer?
—Voy a mandarle un mensaje a esa pelandusca como si fuera mi novio, voy a quedar con ella con el aspecto de mi novio y voy a cortar con ella definitivamente.
—¿Tu novio sabe algo de todo esto?
—¡Qué dices! Por supuesto que no, me lo impediría.
He quedado con esa bruja enfrente de la estatua de Marbol, el gran conquistador de Marte. Son las nueve de la noche y estoy nerviosa, llevo puesto “el cuerpo” de mi novio y por ahora nadie se ha dado cuenta de que en realidad llevo un Cambiador.
La víbora robanovios aparece y me saluda con la mano contenta, yo le vuelvo el saludo intentando controlarme para no partirle los dientes:
—Peter, ¡Cuánto tiempo sin vernos! Apenas te veo desde que sales con Alipsis.
—Vengo a decirte que me dejes en paz, no quiero volver a verte, no quiero que me mandes mensajes, ni que des regalos — digo la ensayada contestación que llevaba preparada.
—Peter, ¿Estás bien? ¿Es por Alipsis?
—¡Pero qué demonios! — dice una voz cercana.
Me giro y me quedo en shock al ver a mi novio mirarme atónito. El pobre está alucinando al verse a sí mismo.
—Yo, te lo puedo explicar — me apresuro a decir asustada.
—¡Peter! — grita atónita la lagarta — un momento, ¿Quién de los dos es Peter?
Estoy tan nerviosa que dejo de controlar mi aspecto físico, el Cambiador empieza a cambiar mi cuerpo sin parar, por un segundo soy mi padre, al siguiente soy Manry y al siguiente Argus Flerman, hasta que finalmente el Cambiador se apaga y acabo siendo yo, Alipsis.
—¿Alipsis? — pregunta desconcertado mi novio.
—Te… lo puedo… explicar — susurro avergonzada.
La cara de enfado de mi novio es palpable y me aterra lo que pueda hacer.
—Hablaré contigo después — dice mi novio antes de marcharse.
Vuelvo a quedarme sola con la lagarta y me desconcierta ver una sonrisa en sus labios.
—Con que un Cambiador, ¿Eh? — dice riéndose.
—¿Y tú de qué te ríes? — le suelto enfadada.
—Resulta que yo también tengo uno de esos.
De repente el aspecto de la bruja cambia y se transforma en algo que jamás habría imaginado. La lagarta robanovios es en realidad Darz, el mejor amigo de mi novio.
—Te seré sincero — dice Darz — nunca me caíste bien, así que compré este Cambiador y le hice creer a Peter que era su ex, la novia que de verdad se merece mi amigo, tenía la esperanza de que se diera cuenta del error que cometió cortando con ella y que te dejara. Sin embargo, después de la que has liado hoy, no voy a necesitar transformarme en su ex nunca más, porque tu solita la has fastidiado con él. En fin, que te vaya bien Alipsis.
Un cúmulo de sentimientos aparecen en mi interior, no sé qué pensar, estoy confusa. Si no hubiera usado el Cambiador nada de esto habría pasado, tal vez la próxima vez lo haré mejor.





Si te ha gustado…

Con un toque de humor, pero con algo de verdad. Los celos no son buenos y la venganza se puede volver en contra tuya. Con este relato quería hacerte sonreír. No es uno de mis típicos relatos de mensajes transcendentales, pero me lo he pasado muy bien escribiéndolo.
Los celos son un sentimiento bastante frecuente, pero no son sanos. Por ello, te recomiendo que cuando sientas el irrefrenable deseo de vengarte, pienses en esta historia. A veces lo que vemos desde fuera, no es la realidad, hay que confiar más en las personas y esperar lo mejor.
Dicho esto, espero que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y opiniones al respecto.
Y un saludo de Silvia!!
Imagen sacada de: www.harrymedia.com

miércoles, 17 de agosto de 2016

Juego de Niños

Había quedado con mi amigo Bulix en su casa como todas las tardes, teníamos pensado jugar a nuestro juego favorito y me moría de ganas por llegar. Llamé a su puerta y pude oír sus rápidas pisadas antes de que ésta se abriera.
—¡Por fin! ¡Ya pensé que no ibas a venir! — exclama Bulix.
—Perdona, mi madre me ha entretenido…
—¡Tío, no te vas a creer lo que hecho Carlos!
Carlos es el avatar favorito de Bulix en el juego, no entiendo muy bien por qué le gusta tanto, tan solo es un policía normal y corriente, como mucho pone multas de tráfico.
—No habrás estado jugando sin mí, ¿Verdad? —pregunto molesto.
—Es que estabas tardando mucho — se excusa Bulix.

Llegamos a su habitación y nos sentamos delante del ordenador, Bulix me enseña la emocionante escena de Carlos discutiendo con un peatón, por haberle puesto una multa de tráfico injustamente. Es todo tan aburrido que me da sueño.
Imagen sacada de: www.telam.com.ar
—Bulix, de verdad, no entiendo por qué te gusta tanto Carlos, ¡Si es muy aburrido!
—¡Porque es un poli corrupto! ¡Es lo mejor!
—Tan solo le sopla un poco de información a Manu, mi personaje y el mayor traficante de armas de la historia, de vez en cuando, no hace mucho más.
—Ya, pero aun así me sigue pareciendo alucinante.
Contemplar a Carlos en la pantalla, me aburre soberanamente, así que se me ocurre una idea para cambiarlo todo.
—Bulix, se me acaba de ocurrir una idea, ¿Y si lo cambiamos todo? ¿Y si provocamos no sé, una pequeña catástrofe?
—¿Cómo cuál?
—¿Te acuerdas del almacén de armas que tiene Manu escondido en el sótano ese?
—Claro, el que está en el centro de Madrid, ¿No?
—Exacto, ¿Qué pasaría si la banda de Lucas, cuya enemistad con la banda de Manu es palpable, decidiera explotar dicho almacén?
—¡Tío! ¿Pretendes volar toda la manzana? — pregunta sorprendido mi amigo.
Yo asiento con la cabeza emocionado y esperando a que a Bulix le guste la idea tanto como a mí. Su sonrisa pícara es la que me responde:
—¡Vamos a hacerlo! — exclama.
Manipulamos con nuestro ordenador a nuestros avatares y hacemos que Lucas y su banda exploten el almacén de Manu en contra de su voluntad. La reacción es inmediata, todo el edificio explota y cunde el caos en la ciudad.
Los coches se paran, la gente huye y grita sin parar y el humo de la explosión se extiende por toda la calle. Sin embargo, lo más impresionante de ver, es como se agrieta La Cibeles, uno de los monumentos emblemáticos de Madrid.
—¡Ha sido increíble! — grita eufórico Bulix.
Yo grito con él y saltamos como locos desde nuestros asientos. Ya un poco más calmados, contemplamos como la policía y los bomberos llegan al lugar.
—Los humanos son idiotas — dice Bulix — son tan fáciles de manipular, solo hace falta este ordenador y todo su mundo se sume en el caos.
—Ya ves.
¡Ha comer! — se oye a la madre de Bulix desde la cocina.
—Bueno, dejemos a la Tierra por ahora, que mi madre ha preparado unos Nargets deliciosos del planeta Orus y tengo un hambre increíble. — dice Bulix antes de apagar el ordenador con sus tentáculos.
Salimos de la habitación y yo miro un instante el ordenador antes de irme, ¿Qué pensarían los humanos si supieran que unos alienígenas están jugando con ellos?




Si te ha gustado…

Para escribir este relato me he inspirado en una novela de Stephen King, La Cúpula, una novela increíble en mi opinión y que recomiendo. Hicieron una serie de La Cúpula, pero no es ni por asomo como el libro, deja mucho que desear, por lo que la serie no llegó a terminar.
También he hecho un pequeño guiño a una serie, Sons of Anarchy, ya que los humanos con los que juegan los dos pequeños alienígenas, están inspirados en esa adictiva serie de traficantes de armas.
Con este relato quería transmitir que debemos tener cuidado con lo que hacemos y ponernos siempre en el lugar de otro antes de meter la pata. La empatía es una de mis cualidades favoritas y para mí una de las más importantes.
Dicho esto, espero que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y opiniones al respecto.
Y un saludo de Silvia!!

domingo, 14 de agosto de 2016

Escuadrón Rebelde


Los alienígenas me llevan a la que será mi prisión hasta Dios sabe cuándo. Miro a mi alrededor y no paro de ver celdas y más celdas de humanos tan asustados como yo, hasta donde alcanza la vista. No sabemos muy bien lo que quieren, por qué nos tienen prisioneros en vez de haberlos aniquilado a todos y quedarse con la Tierra, pero eso ahora ya no importa. Entro en mi celda y me quedo horrorizado al descubrir quién hay en ella.
—¡Tú! — exclamo
—Vaya, vaya, ¡Pero si es el agente Darzo! ¡El mismo poli que me metió en la trena! — exclamó mi compañero de celda.
Me quedé mudo de horror, nunca pensé acabar en una celda y mucho menos con Oswalrd también conocido como Sangre. Meter en la cárcel a Sangre fue mi mayor hazaña policial, pero no fue fácil, ya que se escapó de la cárcel varias veces.
Imagen sacada de: dpicuantico.com
—¡Desde luego qué suerte de mierda tienes, macho! — se rio Sangre.
Sangre se levanta de su cama y me imagino lo que va a pasar.
—¡Espera! — exclamo asustado.
—Hagamos un trato, ¿De acuerdo Darzo? — dice Oswalrd.
—¿Qué trato?
—Dado que estamos en una prisión alienígena y el mundo se ha ido a la mierda, solo me vengaré de ti al 25%.
—¿Y eso qué quiere decir? — pregunté asustado.
Antes de que pudiera reaccionar, Sangre me dio un puñetazo en la nariz tan fuerte y rápido que me tiró al suelo y no empecé a sentir dolor de verdad hasta que empecé a sangrar.
—Ahora estamos en paz — contesta Sangre satisfecho.
Sin levantarme del suelo empecé a taponar mi nariz rota con papel de váter, mientras Sangre se volvía a tumbar en su cama con las manos en la cabeza.
Algo llamó mi atención, todas las celdas de humanos eran de dos personas como las prisiones humanas y los alienígenas se paseaban por las celdas de vez en cuando. Las celdas alienígenas no eran muy distintas de las humanas. Entonces caí en algo:
—Una cosa, tú estás acostumbrado a estar en prisión… — empecé a decir — te habrás fijado en que estas celdas no son muy distintas de…
—¿A dónde quieres llegar? — me interrumpió.
—A qué tú puedes sacarnos de aquí, no es la primera vez que te escapas de una prisión.
—Sí podríamos escapar, pero luego ¿A dónde iríamos?
—A recuperar la Tierra.
—¿Tú y yo solos?
—No, huiremos todos, todos los humanos.
—Eso es una locura no podemos huir todos a la vez, podremos huir unos cuantos, pero no todos.
—Bueno, pues los que podamos — digo poniendo los ojos en blanco.
Sangre me mira dubitativo, pero finalmente accede. Tiene un plan, pero no me entero de sus intenciones hasta que nos reunimos todos en el patio de la cárcel. Me lleva hasta un grupo de humanos y me los presenta:
—¿Qué haces con ese poli, Sangre? — pregunta uno de ellos.
—Está con nosotros — responde mi compañero — al menos por ahora, hasta que nos libremos de esos alienígenas.
Los demás me miran con recelo, pero parece que acceden a tenerme en su equipo.
—Darzo, te presento a mi equipo, cada uno desde su zona intentará liberar al mayor número de humanos posible — me informa Sangre.
—¿Qué sois? ¿Una especie de Escuadrón Rebelde? — pregunto
—Algo así.
El plan es complejo pero efectivo, primero tenemos que destruir su bombona de aire, sin su aire, no podrán respirar en nuestro planeta, después conseguiremos sus armas y para finalizar mataremos a todo bicho que se cruce en nuestro camino.
La parte más difícil del plan es sin duda la de destruir su bombona, después todo será coser y cantar. Por supuesto, la misión de destruir la bombona la haremos Sangre y yo.
Nos metemos por los tubos, por los que nos dan la comida, cuando nadie mira y recorremos todo el trayecto en silencio. Una rejilla nos hace aparecer en una zona restringida y desconocida para nosotros y recorremos los pasillos lo más deprisa que podemos.
—¿Sabes a dónde vas? — le susurro a Sangre.
—Nop, pero a algún lugar nos llevará este pasillo.
Sangre se para de pronto delante de una puerta y mira con horror su interior.
—¿Qué ocurre? ¿Qué ves?
Sin contestarme entra dentro de la habitación y yo le sigo. Toda esperanza que pudiera albergar de escapar de allí se desvanece, cuando contemplo los planetas desde el espacio. Todo este tiempo pensaba que seguía en la Tierra, pero hemos dejado nuestro mundo atrás hace mucho. Los pasos de los alienígenas se acercan, pero no nos importa, porque ahora sabemos la verdad.




Si te ha gustado…

Para escribir este relato me he inspirado un poco en el Escuadrón Suicida, ya que en una situación como la anteriormente descrita, tenemos que recurrir a “los malos” los que ya han estado anteriormente en la cárcel, para escapar de la prisión alienígena. Al mismo tiempo, también me he inspirado en Prisión Break y los intentos de Michael Scofield por escapar de la cárcel.
Con este relato quería mandar un mensaje, “la realidad no siempre es lo que parece”, por ello debemos de ser cautos y no precipitarnos en nuestras conclusiones. Hay que fijarse en los detalles y a partir de esos detalles llegar a la verdad.
Dicho esto, espero que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y opiniones al respecto.
Y un saludo de Silvia!!
Imagen sacada de: www.vedelisteze.sk

miércoles, 10 de agosto de 2016

Monster GO

Estaba harta de que todas mis amigas me dieran la vara con lo mismo, de que todos los días me pidieran que me descargara el nuevo juego de móvil que había revolucionado el mundo. Así que lo hice, me lo descargué y entré en sus desconocidos dominios.
El juego es simple, eres un cazador y tienes que atrapar a todos los monstruos que te encuentres. Los monstruos están esparcidos por todo el mundo y tienes que andar para encontrarlos y capturarlos.

Esta tarde mis amigas y yo vamos a ir a una “Monsterquedada” en el parque del Retiro, se van a congregar muchos cazadores y todos juntos buscaremos nuevos monstruos que capturar. Por extraño que pueda parecer, Monster GO no es un juego que me termine de llenar, no me llama demasiado la atención y mis amigas lo notan.
Imagen sacada de: www.t13.cl/etiqueta/pokemon-go
Llegamos al parque del Retiro dos horas antes de lo previsto y mis amigas ya han conectado sus móviles para capturar monstruos. Yo más que jugar, hago el tonto, finjo que las capturo a ellas como si mis amigas fueran monstruos. Lo hago para que se rían, aunque ellas están demasiado concentradas en el juego como para hacerme caso.
Finalmente desisto, desconecto el juego y me alejo de ellas a sabiendas de que ni se darán cuenta de que no estoy allí, hasta que sea la hora de la Monsterquedada. Veo el paisaje, los árboles que se mueven con el ligero viento primaveral, las brillantes gotas de agua del césped recién regado y las flores, que abren sus pétalos ante los primeros rayos de sol. Creo que con la forma que tenemos de relacionarnos ahora, hace que nos perdamos las maravillas de la naturaleza y las cosas que antes mirábamos con admiración, ahora las miramos con desinterés.
—¡Lagoda! ¿Dónde te habías metido? ¡Te hemos buscado por todas partes! — exclama mi amiga Tesa acercándose corriendo hasta mí.
—No me cabe ninguna duda — contesto con ironía y el ceño fruncido.
—Pues sí, te estábamos buscando Lagoda — contesta mi amiga molesta — La Monsterquedada va a empezar, nos están esperando junto al estanque.
Salimos corriendo como si no hubiera un mañana hasta llegar al punto de encuentro y se me hiela la sangre al llegar allí. Todos están tirados en el suelo, convulsionándose y echando espuma por la boca. Mi amiga Tesa cae al suelo y empieza a sufrir el mismo ataque que los demás. Intento sujetarle la cabeza para que no se golpee contra el suelo y miro a mi alrededor desesperada.
Incluso las personas que no están en la Monsterquedada están sufriendo dicho trastorno. Las palomas huyen despavoridas al ver como los clientes de los bares cercanos se desploman y se retuercen sin parar, los que estaban subidos en las barcas, caen al agua y aquellos que antes disfrutaban del sol tumbados en el césped, ahora escupen espuma blanca por la boca.
De repente todo cesa, los cuerpos se paran y los ojos se cierran. Intento reanimar a Tesa, pero no tiene pulso. Entonces, en ese preciso instante, los móviles se mueven, como si un imán les atrajera y todos se unen hasta formar una figura, uno de los monstruos del juego. Las pantallas de los móviles se iluminan de verde fosforito, el mismo color que aparece al inicio del juego, y entonces lo entiendo. Yo no he sufrido el ataque, porque tenía desconectado el juego, pero todos los demás no han tenido tanta suerte.
El monstruo verde hecho de móviles me mira y parece que sonríe:
—Habéis jugado con nosotros, ahora nos toca a nosotros jugar con los humanos.







Si te ha gustado…

Como ya te habrás dado cuenta, este relato es una crítica a Pokemon GO, no tengo nada en contra de ese juego en particular. Sin embargo, para mí fue todo un aterrador descubrimiento cuando paseando por el Retiro, me fijé en la cantidad de personas que allí había congregadas para jugar a ese juego. Eran como zombis, esparcidos por todo el parque y esa imagen me inspiró para escribir esto.
El mensaje que quiero transmitir con esta historia, es que está bien que juegues al Pokemon GO o a cualquier otro juego, pero no te olvides nunca, de que la realidad, tu vida, está ahí fuera, no se vive a través de una pantalla.
Dicho esto, espero que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y opiniones al respecto.
Y un saludo de Silvia!!
Imagen sacada de: www.importancia.org/naturaleza.php

domingo, 7 de agosto de 2016

El Programador de Dimensiones



La tecnología ha avanzado hasta tal punto, que podemos crear otros universos, otras dimensiones. Si eres programador, tienes el poder para crear cosas extraordinarias e incluso vivir de ellas.
Yo trabajo en el parque de atracciones de Dimension, el primer parque de atracciones de dimensiones. Como programador, tengo que crear dimensiones que atraigan a la gente, mundos por los que la gente pagaría por entrar. Los grandes éxitos de Dimension fueron sin duda la dimensión de Harry Potter y la del Señor de los Anillos. La gente paga verdaderas fortunas para instalarse un fin de semana en Hogwarts o en Rivendell.
Sin embargo, estoy casi seguro que esta nueva dimensión que tengo entre manos va a revolucionar Dimension y nuestros ingresos. Estoy creando el mundo de Star Wars y esto lleva su trabajo, pero cuando lo termine esta tarde será alucinante. Solo me queda por terminar la Estrella de la Muerte, lo que resulta un poco irónico.
Cojo un TIE avanzado X1 y me acerco a la Estrella de la Muerte, necesito ver cómo van mis programadores con su trabajo. Aterrizo en el hangar principal, como si fuera un lord Sith, ya que la mayoría de mis programadores esperan mi llegada. Bajo de la nave y me acerco a mi segundo al mando, el programador Jenkis.
—Todo está casi terminado Bave, solo queda el retoque final — dice mi amigo Jenkis.
—Estoy ansioso por ver mi trabajo terminado — comento nervioso.
—Lo sé — contesta riéndose.
Los últimos retoques tardan unas horas en terminarse y yo contemplo con entusiasmo el final de mi trabajo. Una vez finalizado éste, mis programadores lo celebran con champagne y música, pero yo no estoy para celebraciones, me siento extraño y abandono la Estrella de la Muerte para aterrizar en Tatooine. Necesito un momento de paz cerca de la casa de Luke Skywalker y contemplar los soles mientras pienso en mi siguiente paso.
Imagen sacada de: astroseti.org
Unos pasos de arena suenan detrás de mí y sé perfectamente de quién se trata incluso antes de girarme:
—¿Qué haces aquí Bave? ¿Por qué no estás con los demás celebrándolo? — me pregunta mi amigo Jenkis.
—Tengo pensado hacer algo, pero me pregunto si debería hacerlo o no
—¿De qué se trata?
—Siempre creamos dimensiones nuevas y cuando éstas están terminadas, llamamos a los actores para que las colonicen y den aspecto de real a esto, para que no sea un universo vacío.
—Sí, así es — me interrumpe confuso mi amigo.
—Pues se me ha ocurrido que en vez de llenar éste mundo de actores, tal vez podríamos llenarlo de personas reales. Crear vida en esta dimensión, crear a los personajes de Star Wars.
Jenkis se negó por completo, dijo que era muy peligroso y una idea absurda, pero esa idea seguía en mi cerebro y no podía quitármela de la cabeza, así que me encerré en la casa de Luke Skywalker en secreto y empecé a crear a mi primer personaje. Dado que estaba en Tatooine, me pareció correcto que mi primer personaje tenía que ser el mítico Skywalker. Tardé varios días en terminar a mi primera creación de verdad, le metí toda la información sobre su personaje: sus gustos, sus sueños, sus miedos, todo y cuando terminé contemplé mi obra satisfecho:
—¿Anakin? ¿Qué tal te encuentras? — le pregunté.
—Estoy confuso — dijo algo mareado — ¿Quién eres?
—Soy tu creador — susurré.
—¿Mi creador? ¿Eres mi padre? — me preguntó sorprendido
Yo no pude evitar sonreír ante esa pregunta, pero automáticamente la negué en rotundo:
—No, no lo soy, soy tu creador, yo he creado este mundo y ahora te he creado a ti.
—¿Por qué? — preguntó confundido.
—Porque era lo que le faltaba a este mundo, verás he creado este mundo con la intención de ser un parque de atracciones para los que son de mi mundo, tu misión será que los que vengan de mi mundo se lo pasen de maravilla en tu universo…
—¿Así que eso es lo que soy para ti? ¿Unas atracciones? — me interrumpe.
Los objetos empezaron a moverse y como si de un terremoto se tratase, muchas herramientas se cayeron al suelo. El cuello me empezó a doler, aunque Anakin no me tocaba, sentía como sus manos estrangulaban mi cuello y me impedían respirar. Intenté hablar, intenté pedirle perdón, pero ninguna palabra salía de mi boca. Sin quererlo, había convertido a Anakin en Darth Vader.







Si te ha gustado…

Este relato quiero dedicárselo a mi novio, ya que en un futuro será un gran informático.
Para este relato me he inspirado en: el videojuego de Disney Magical Word (videojuego que recomiendo) y que es básicamente un parque de atracciones de dimensiones Disney, en Star Wars y todo su mundo y por supuesto en la legendaria novela de Mary Shelley, Frankenstein.
La moraleja de este cuento es la misma que la del monstruo creado por Víctor Frankenstein, hay que tener cuidado con lo que creas. Sin embargo, también quería dejar una pregunta en el aire, ¿Qué pasaría si nuestro mundo no fuera más que un parque de atracciones creado por otros seres?
Dicho esto, espero que os haya gustado mi relato y que me dejéis vuestros comentarios, dudas y opiniones al respecto.
Y un saludo de Silvia!!